Relación de Michoacán, texto completo

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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.659

Pues entraron en consulta los viejos que habían quedado de las enfermedades,
sobre alzar otro señor y dijéronle a Zinçicha: "señor, sé rey." ¿Cómo ha de que-
dar esta casa desierta y anublada? Mirá que daremos pena a nuestro dios Curí-
caberi. Algunos días haz traer leña para los qúes." Respondió Zinçicha:
"no digáis esto, viejos. Sean mis hermanos menores y yo seré como padre de
ellos; o séalo el señor de Cuyacan llamado Paquíngata." Dijéronle: "qué dices,
señor? Ser tienes señor. ¿Quieres que te quiten el señorío tus hermanos me-
nores? Tú eres el mayor." Dijo el cazonçi después de importunado: "sea
como decís, viejos, yo os quiero obedecer. Quizá no lo haré bien; ruégoos que
no me hagáis mal, mas mansamente apartame del señorío. Mirá que no ha-
bemos de estar callando. Oí lo que dicen de la gente que viene, que no sabemos
qué gente es; quizá no serán muchos días los que tengo de tener este cargo."
Y ansí quedó por señor. Y sus hermanos mandólos matar el cazonçi nuevo
por inducimiento de un principal llamado Timas, que decía al cazonçi
que se echaban con sus mujeres y que le querían quictar el señorío y quedó
solo sin tener hermanos. Y después lloraba que habían muerto sus hermanos y echaba la
culpa a aquel principal llamado Timas. Y vino nueva que había venido un español
y que había llegado a Tiximaroa en un caballo blanco, y era la fiesta de Puré-
coraqua, a veinte y tres de hebrero, y estuvo dos días en Taximaroa y tornó-
se a México. Desde a poco vinieron tres españoles con sus caballos y llega-
ron a la Cibdad de Mechuacan, donde estaba el cazonçi. Y rescibiólos muy bien
y diéronles de comer y envió el cazonçi toda su gente, entiznados, a caza,
muy gran número de gente, por poner miedo a los españoles y con muchos ar-
cos y flechas, y tomaron muchos venados y presenctáronles cinco venados
a los españoles, y ellos le dieron al cazonçi plumajes verdes y a los señores. Y el
cazonçi hizo componer los españoles, como compunían ellos sus dioses: con
unas guirnaldas de oro y pusiéronles rodelas de oro al cuello y a cada uno le pusieron
su ofrenda de vino delante, en unas tazas grandes, y ofrendas de pan de bledos
y frutas. Decía el cazonçi: "estos son dioses del cielo". Y dióles el cazonçi mantas
y [a] cada uno dió una rodela de oro. Y dijeron los españoles al cazonçi que querían
rescatar con los mercaderes que traían plumajes y otras cosas de México,
y díjoles el cazonçi que fuesen, y por otra parte mandó que ningún mercader ni
otro señor comprase aquellos plumajes. Y compráronlos todos los sacrista-
nes y guardas de los dioses, con las mantas que tenían los dioses diputadas para


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