Relación de Michoacán, texto completo

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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.379

lo que queréis los de la isla?". Respondieron ellos: "si, señor. Ves aquí este
pescado que te envía tu hermano mayor Carícaten, el cual nos dijo: Vení acá y lle-
vad este pescado a mi hermano Zurumban y decidle que le hago saber que Taría-
curi me ha cercado en esta isla. ¿Dónde tengo de salir? ¿Qué tengo de quemar? ¿Dón-
de tengo de hacer mis sementeras? ¡Que me ha cercado en esta isla!. ¿Qué le pare-
ce a mi hermano?. Que él es señor del pueblo, que él de aquí es y no de Taríaran,
donde mora, que isleño es y del linaje de Hapáricha y Vinturopatin
y tiene por dios y es Apáricha. Que por una hambre que envió la madre Cuerá-
baperi, que no llovió un año, se salió de la isla por hambre y hiciéronle
allá sementeras que comiese y asiéronle y tuviéronle allá por la ham-
bre y así fué esclavo dellos. Y como trujese leña para los cúes, la dio-
sa Xarátanga le favoresció y fué Sacerdote mayor, y el dios del
infierno le oyó y un topo que salió encima de la tierra, en me-
dio del camino donde él traía leña en Vnguani, púsose aquel topo
en el camino levantado y allí le mandó que fuese señor y que tuviese por
diosa a Xarátanga, y ahora lo es. Que ¿quién es Taríacuri que en una ma-
ñana que nos juntásemos le destruiríamos?". Rióse mucho, en demasía,
Zurunban de la embajada de los isleños, y dijo a los mensajeros:
"¿Qué habéis de decir o hacer pobres de vosotros?. Que Taríacuri conos-
ce muy bien los dioses celestes, y a la madre Cueráuaperi y a los
dioses de las cuatro partes del mundo, y al dios del infierno,
y él ya es conoscido de todos. Pues, ¿cómo le podéis hacer algún mal
ahora que vuestras mujeres le parieron, como le parieron? ¿Por qué no le
ahogastes entonces y le echastes en la laguna?. Ahora ¿cómo
le podéis hacer algún mal?, porque los dioses le conoscen. Asenta-
os y comeréis y yo os despidiré". Y como comieron, pidieron
licencia y dijeron: "señor, danos licencia que nos queremos ir".


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