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y sobrenatural de aquél pueblo y en esta vida las buenas costumbres y la verdadera santidad y, también, en la futura la felicidad sobrenatural,
como consta por el Apóstol ad Rom. 7. D. Thom. 1. 2. q. 99. art. 2. Aunque por la malicia
de los hombres: se introdujo la ley para que abundase el pecado Rom. 5. 20. Porque la antigua ley por sí no justificaba, ni confería la gracia, ni fuerzas para conseguir la santidad, Rom. 3. v. 20. Aunque mostraba el camino, sin embargo Dios daba los auxilios sobrenaturales de la gracia por los méritos de Cristo, y en la fe y por la fe de él, Rom. 10. V. 4: Cristo es el fin de la Ley para justicia a todo creyente, D. Ib. 1. 2. q. 100. art. 12. Los preceptos de la ley justificaban, en cuanto disponían a los hombres para la gracia santificante de Cristo, a la que también significaban. Y q. 104. art. 3. dice: Porque la ley fue el pedagogo que conducía hacia Cristo, como dice Gal. 3. Ampliamente Suárez de legib. lib. 9. c. 7. num. 6.
83. Contenía preceptos de tres géneros: Deut. 6. Ahí: Estos son los preceptos y las ceremonias y los juicios, a saber: 1. Morales, con los que el pueblo era formado justamente en las costumbres.
Porque éstos eran sobre todo, preceptos naturales, que se contenían en el Decálogo, Exod. 20 ex V. 3. Porque, aunque tales preceptos fueran de derecho natural, quiso Dios promulgarlos especialmente
para que fueran conocidos en forma más clara: porque los hombres obcecados por sus pasiones y sus vicios no percibían, plenamente, la fuerza de los preceptos. 2. Judiciales, con los que se determinaba el régimen político por 613 leyes dadas para todo el pueblo y para cada uno de sus miembros, sobre el orden doméstico, sobre los huéspedes y peregrinos, sobre el príncipe y el pueblo y otros juicios civiles y criminales, que, sobre todo, se encuentran en Exod. ex. cap. 21. 3. Ceremoniales, que pertenecían al culto divino: tales eran los sacramentos, como la circuncisión y la comida del cordero; los sacrificios: como el holocausto,
la hostia pacífica, la expiación, o sacrificio
por el pecado: y también las cosas sagradas: como el templo, el altar, los vasos y las festividades
del sábado, de la pascua, de los ázimos y del novilunio. Y también otras prácticas particulares como los ayunos, los alimentos prohibidos, etc., que, sobre todo, se encuentran en el Levítico. Y ciertamente, la antigua ley no sólo comprendía actos externos o hechos, Paul. ad Rom. 3. 27. Sino, también, actos internos, Levit. 19. 17. como: No odiarás a tu hermano en tu corazón.
84. La antigua ley cesó y fue abrogada, cumplido el tiempo para el que fue dada, Paul. ad Galat.: Hasta que llegara la descendencia. Porque, aunque se dijera que habría de durar perpetuamente, esto se entiende por muchos siglos: porque trasladado el sacerdocio, es necesario que se haga la traslación de la ley, como dice Apost. ad Hebr. 7. Et C. 3. h. t. Porque, como bien infiere
Santo Tomás 1. 2. q. 104. art. 5. El sacerdocio fue trasladado de Aarón a Cristo: luego también toda la ley fue trasladada. Duró, sin embargo, todo el tiempo, en el que vivió Cristo, porque él mismo la observó. Mateo 5 et. 26: exhortaba a su observancia. Mateo 23. Lucas 5. 14: dijo al leproso: Muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación
lo que prescribió Moisés. Cesó, pues, y la ley se volvió mortífera después de Cristo, sobre todo después de divulgado el Evangelio, Santo Tomás 1. 2. q. 104. art. 3. De distinto modo, otros. Ampliamente Suárez, de Legib. lib. 9. cap. 13. Porque, establecida la ley de la gracia cesó la antigua ley, porque Cristo el Señor es verdaderamente
el legislador de la nueva ley, Joan. 1. Y es cierto de fe por Trid. sess. 6. Can. 21. Porque en su ley mandó actos externos e internos. Matt. 5. Y dio preceptos morales, esto es, los que son acerca del amor del prójimo y de los enemigos, También Cristo dio varios consejos evangélicos; sin embargo, por sí ningunos preceptos judiciales instituyó, sino que para fundarlos dio potestad a la Iglesia y, por lo tanto, son meramente humanos:
así, los apóstoles prohibieron la comida de la sangre y animales estrangulados, Actor. Apost. cap. 15. y establecieron otras leyes: acerca de celebrar
el domingo, en lugar del sábado, del ayuno cuaresmal, de no ordenar a los bígamos y otras, que se encuentran en los Cánones de los Apóstoles.
Y dio preceptos ceremoniales positivos: como son los sacramentos y el sacrificio que, en cuanto miran a la substancia del culto divino, son perpetuamente
duraderos e inmutables. Las demás ceremonias las dejó al arbitrio de la Iglesia.
85. Los preceptos morales de la antigua ley, aunque hayan cesado precisamente en cuanto positivamente divinos respecto de aquel pueblo, no cesaron en cuanto naturales: porque, como la gracia no destruye, sino que perfecciona la naturaleza, así, la ley de la gracia no debilitó, sino que confirmó la ley moral, Rom. 3. v. 31. donde se dice: ¿Hemos destruído, pues, la ley por la fe? De ninguna manera, sino que hemos establecido la ley. La ley antigua, en cuanto a los preceptos judiciales
ahora está muerta, porque no obliga al pueblo cristiano, sin embargo no es mortífera, porque sus preceptos pueden restablecerse como políticos por los legisladores cristianos y, de hecho, varios preceptos del Exodo han sido suscitados por los pontífices: en C. 1. del homic. C. 1. de Adulter. C. 1. & seqq. Injuriis. Y por nuestros reyes ha sido restablecida en L. 70. Taur, la ley del rescate, Ex Levit. 25. Sin embargo, no pueden
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