Así, Diana, Lacroix, Alloza y otros.
244. La forma es ésta: Por esta Santa Unción y por su piadosísima misericordia, el Señor te perdone cuanto pecaste por la vista, el oído, el tacto, etc. En esta forma se han de significar la acción de ungir, el modo de la deprecación y la deprecación para la remisión del pecado cometido ciertamente por el sentido. Si se dijere: Yo te unjo para que Dios te perdone cuanto pecaste por la vista, etc., aunque no obste para el valor del sacramento, según Suárez contra alios será sin embargo, una práctica ilícita, Lacroix lib. 6. p. 2. ex n. 2095. El ministro ordinario de este sacramento es el párroco, u otro sacerdote con su licencia; pero válidamente lo administra cualquier sacerdote. No puede ser administrado válidamente por uno que no es sacerdote, aun por dispensa del pontífice, Lacroix lib. 6. p. 2. n. 2099. Y no se requieren varios sacerdotes, sino que basta uno solo. Sin embargo, los griegos utilizan siete presbíteros, o al menos tres. Aunque estuvieren presentes varios, sería abuso que cada uno de ellos unjiese la misma parte, repitiendo tantas veces la misma forma, como suelen hacer los griegos, Lacroix lib. 6. p. 2. n. 2099. El sujeto de este sacramento es el hombre vivo bautizado que, alguna vez tuvo uso de razón, aunque sea niño, demente, o furioso, con tal que sufra una debilidad letal, ya proceda de enfermedad, veneno o herida o de sola ancianidad: porque la ancianidad es una enfermedad y, por cierto, del todo incurable. No se da al hombre que va a ser colgado en el patíbulo o decapitado, ni al que va a entrar en batalla o a una peligrosa navegación, porque éstos no son enfermos. Se da a los enfermos, aun destituidos del uso de los sentidos. En la duda de si un niño u otro enfermo tiene uso de razón, o si está en pecado mortal, o en peligro de muerte; debe ungirse al enfermo. Porque este sacramento, no sólo ha sido instituido para quitar los pecados y las penas del pecado, sino también para que el enfermo no sucumba a las tentaciones y para que sea restituido a la salud, si le conviene, Lacroix lib. 6. p. 2. n. 2085: La esencia y los efectos de este Sacramento se explican con aquellas palabras: Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor le aliviará y los pecados que hubiere cometido le serán perdonados: porque esta es la gracia del Espíritu Santo, cuya unción lava los delitos, si aún hay algunos por expiar, y las reliquias del pecado y alivia y robustece el alma del enfermo, excitando en él una gran confianza de la divina misericordia, que, ayuda al enfermo, le hace más leves las incomodidades y los trabajos de la enfermedad para que más fácilmente resista las tentaciones del demonio, que le acecha y, algunas veces, la unción le devuelve la salud del cuerpo, cuando conviene a la salvación del alma, Trid. sess. 14. Extr. Unct. cap. 2. Por reliquias del pecado se entienden, no sólo los pecados veniales, sino los mortales inculpablemente no perdonados por los primeros sacramentos, o cometidos después de aquéllos, si ahora se ignoran; también se entienden en parte las penas de los pecados y, sobre todo, la debilidad o la ansiedad dejadas después del pecado. Así, en D. Thomas & aliis, Lacroix lib. 6. p. 2. n. 2119. Por lo regular, si no existe una causa razonable, deben preceder la confesión y la comunión para conferir este sacramento: sin embargo, puede conferírsele a aquél que no puede recibir otro sacramento, v. gr. si está destituido de los sentidos: Más aún, también puede conferírsele a aquél que aún no ha recibido la eucaristía, por ejemplo, a un niño. Omitir este sacramento, excluido el escándalo y el desprecio, no es pecado mortal. Algunos dicen que la Santísima Virgen recibió este sacramento.
245. También los emperadores y los reyes suelen ser ungidos, no con el crisma, sino con el óleo de los catecúmenos. Esta unción se hace en el brazo derecho, en el hombro o en la espalda. Conforme a aquello de Isaías 9, 6: Que tiene sobre su hombro la soberanía, C. un §. Unde h. t., L. 13. tit. 4. P. 1: Ungir solían a los Reyes en la Vieja Ley con Olio bendito en las cabezas: mas en esta nuestra ley Nueva les facen unción en otra manera, por lo que dixo Isaías, Profeta de nuestro Señor Jessu-Christo, que es Rey de los Cielos e de la tierra, e que su Imperio sería sobre su hombro. E esto se cumplió, quando le pusieron la Cruz sobre el hombro diestro, e se la ficieron llevar: porque cumplidamente ganó virtud en el Cielo e en la tierra: E porque los Reyes Chistianos tienen su lugar en este Mundo para facer justicia, e derecho, son tenudos de sufrir todo cargo, e afán, que les avenga por honra, e por ensalzamiento de la Cruz. Por esso los ungen en este tiempo con Olio Sagrado en el ombro de la espalda del brazo diestro, en señal, que toda carga e todo trabajo que les venga por esta razón, que la sufran con muy buena voluntad, e lo tengan como por ligero, por amor de nuestro Señor Jesu-Christo, que dixo en el Evangelio: Jugum meum suave est, et onus meum leve. El mi yugo es manso e mi carga es liviana. Este óleo con el que son ungidos significa la alegría y la prontitud para destruir a los enemigos de la iglesia y para pelear en favor de la fe y para obtener la victoria, así en otro tiempo los luchadores eran ungidos con óleo, según aquello: Los que defienden a la patria luchan desnudos, bañados con aceite. Y, por cierto, en otro tiempo no sólo el emperador, sino varios reyes eran ungidos: como los reyes de Francia, de Sicilia y de Jerusalén. Y en España los Reyes