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y de los ministros, deben ser de color conveniente
al oficio y a la misa del día, según el uso de la iglesia romana. Esta ha acostumbrado usar cinco colores blanco, rojo, verde, violáceo y negro, según prescriben las rúbricas de cada tiempo y festividad.
Y según Durando, el ornamento blanco significa pureza de vida; el rojo, caridad; el verde, contemplación; el negro, mortificación de la carne;
el morado o violáceo, la tribulación. Algunas veces, los paños son de color vario para denotar que nuestro corazón debe estar limpio de vicios, y que en él deben de estar el ornato de la virtud y la variedad de las buenas obras. El color aúreo o amarillo equivale a todos los colores, ya que todos concurren para él. La rúbrica de los colores no es de precepto, sino de dirección. Lacroix lib. 6. p. 2. ex n. 340.
369. También, hay otro ornamento propio de los cardenales y de los obispos que se llama birrete o muceta. En Roma sólo el Pontífice lleva el birrete, o muceta sobre la túnica de lino, o roquete sin mantelete, que también se llama dalmática o túnica, la cual por cierto es signo de jurisdicción, porque cuando alguien está en su propia casa no necesita usar mantelete. El Pontífice
en la segunda semana in albis, usa muzeta blanca, en las otras, roja. Los cardenales en sus iglesias titulares, en las congregaciones que tienen en los propios palacios, y en la sede vacante, usan birrete y roquete sin mantelete, porque entonces ejercen jurisdicción. Los obispos fuera de la diócesis
propia no pueden usar muzeta. El roquete de lino es veste peculiar de los obispos, y así se llama debido a ciertas palabras griegas que significan
túnica suave: tiene las mangas estrechas para significar que el prelado debe tener las manos prontas y expeditas para dar limosna. El prelado que tiene derecho al uso del roquete, debe usarlo como cortesía hacia los embajadores regios, en la audiencia del Sumo Pontífice, o en la visita de un cardenal nuevo, o que vuelve de una legación, y cuando visita a alguien que tenga el título de serenísimo.
Los prelados y cuando visita a alguien que tenga el título de serenísimo. Los prelados regulares no usan el roquete sino el sobrepelliz en la misa. El uso del roquete sólo debe permitirse a aquellos a los cuales les compete por el derecho, y a ningún otro le es lícito servir o asistir a la celebración
de la misa o de los divinos oficios con roquete
ni con cota que tenga las mangas angostas a modo de roquete. Y lo mismo se ha de observar en las predicaciones. Así ha sido declarado por la S. Congregación de Ritos y aprobado por Urbano VIII como consta en el principio del misal. Está, además el camelauco o gorro frigio que es el birrete monacal de los griegos y de los benedictinos, cuyo borde tiene dos apéndices que terminan en figuras parabólicas, que cubren las sienes de la faz, sus puntas se dividen en cuatro partes iguales y un poco elevadas forman los cuatro ángulos de la cruz. Y así es el birrete del Papa de raso pupúreo
de seda para el estío, y guarnecido de piel de armiño en invierno. Y se llama comúnmente camauro, aunque algunas veces este nombre se da a la tiara. Además el galero o galerum se toma hoy por el capelo cardenalicio, Y los cardenales lo usan en las solemnes cabalgatas y en otras partes, aunque también antiguamente usaban en los concilios y consistorios el galero, pero no el birrete.
Macri, Hiero-Lexico V. Cardinalis. En efecto Inocencio IV concedió a los cardenales el capelo rojo. El año de 1294 Bonifacio VIII les concedió las vestes purpúreas a imitación de los cónsules romanos, que usaban este ropaje en el año del consulado. Gregorio XIV, el año de 1590, también concedió capelo rojo a los cardenales regulares. Pero los obispos usan capelo de seda verde. El palio,
que es ciertamente el signo de la plenitud del oficio pontificial, cap. 23. de Privileg., se les concede
a algunos obispos por privilegio, y a todos los arzobisos por derecho común. También se le llama estola del apostolado, estola del arzobispado, y estola pontifical. Corresponde al efod como en alguna parte se insinúa. Porque efod es una palabra
hebrea, que significa superhumeral, del cual se revestía el sumo Pontífice de los hebreos. Alguna vez se le añade la dicción bad, esto es, de lino. Y esta veste era común tanto a los sacerdotes como a los levitas. El tercer efod era político y se les permitía a los mismos laicos, como era aquel que David llevaba, cuando bailaba delante del arca. 2 Reg. 6. v. 14. Pero, ciertamente, el efod del sumo sacerdote era el más noble de todos los demás. Así se describe el efod de Aarón in Exod. 28. ex n. 6. : Mandarás hacer artísticamente el efod, en oro, púrpura violácea, roja y escarlata y lino torzal. Llevará dos hombreras unidas por los extremos. El cíngulo para sujetar el efod arrancará de él y será de la misma labor: de oro, púrpura violácea, roja y escarlata y lino torzal. Tomarás dos piedras de ónice y harás grabar en ellas los nombres de las tribus israelitas: seis en cada piedra por orden de
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