feriados se recita un solo nocturno de 12 salmos, porque una vez se les apareció a los monjes un ángel cantando 12 salmos, terminando cada uno con la antífona aleluya, que en hebreo significa: alabad a Dios, c. 15. de Cons. D. 5. Los Laudes se llaman así, porque en ellos se dicen los salmos 148 y 150: Laudate Dominum. En común opinión no se distinguen de maitines y según las cuatro velas o vigilias en que se dividía la noche estas partes son llamadas por Hugo de San Víctor: canticinium, intempestum, gallicinium et antelucanum (hora del canto, hora serena, hora del gallo y hora del amanecer). El Te Deum laudamus que, según Belarmino, fue compuesto por San Antonio y San Agustín, cuando éste fue bautizado por aquél en la iglesia de Milán el año de 388, pertenece a Maitines, como aparece en la noche de la Navidad del Señor, ya que los maitines terminan con este cántico. Y aunque en c. 4. h. t. se lee que el Te Deum se dice en los laudes matutinos, se entiende de la unión de maitines con laudes. Para que todo lo dicho se comprenda mejor es necesario saber que el día natural, antiguamente, se dividía en ocho partes: las partes del día se llamaban horas, y las de la noche vigilias. La hora prima se extendía desde la salida del sol hasta tercia [9 a. m. ], tercia hasta sexta [o medio día], sexta hasta nona [3 p. m. ], nona hasta duodécima en el ocaso del sol. Entonces, empezaba la primera vigilia que duraba hasta la hora nona de la noche, la segunda vigilia hasta la hora duodécima, que era la media noche, y se llamaba la hora del canto del gallo; entonces seguía la tercera vigilia de media noche hasta el canticinio o nuestras tres de la madrugada. Y de aquí la cuarta vigilia hasta el amanecer, o la salida del sol. Y así cada una de estas partes en los equinoccios consta de tres horas; pero en otros tiempos, en cuanto que son más largos los días que las noches, se extendían la hora prima y nona, a la prima y cuarta vigilia. El oficio se divide de varios modos, a saber: 1.- Es doble, y así se llama cuando la antífona toda entera se recita antes y después del salmo, es decir, en ambas vísperas, maitines y laudes, pero no en las otras horas. 2.- Es semidoble, el cual es todo el oficio íntegro como el doble, es decir, primeras y segundas vísperas, y regularmente tres nocturnos con nueve salmos y número igual de lecciones, es decir, en cada nocturno tres salmos y tres lecciones, pero no se dice toda la antífona en el principio del salmo. c. 15. de Cons. D. 5. 3.- Es simple, el que sólo lo tiene primeras vísperas, en las cuales se dicen los salmos feriales, y desde el capítulo se hace de fiesta a no ser que con él concurra el oficio de nueve lecciones, porque entonces de él sólo se hace conmemoración, y su oficio se termina en nona, y no más, ni se hace conmemoración de él. En los maitines después del invitatorio y del himno de la fiesta, se dice un solo nocturno con doce salmos, como en el salterio, según la feria que ocurra, y se leen tres lecciones. 4.- Es dominical la que se considera semidoble y comienza desde las primeras vísperas, y se recitan en maitines tres nocturnos con salmos como en el salterio y nueve lecciones. 5.- Es ferial el que se hace según el tiempo que ocurre, y es simple con un solo nocturno, 12 salmos y tres lecciones. c. 15. de Cons. D. 5. 6.- Es de vigilia, aquel cuyo oficio empieza con maitines y termina en nona, ya que las vísperas son de la siguiente fiesta, y todo se hace de la feria que ocurre y se leen tres lecciones de homilía en el evangelio de la vigilia. Se entiende por vigilia entre los cristianos el día que precede a alguna solemnidad, porque el día anterior los fieles solían pasar la noche en la iglesia del santo, cuya festividad se iba a celebrar el día siguiente y ocupaban toda la noche con cantos espirituales y salmodias, y por eso son llamadas por Tertuliano convocaciones nocturnas. Después el rito se cambió en ayuno, sin embargo, retuvo el nombre de vigilia. En la vigilia de Pentecostés se ayuna desde una antigua costumbre, en la cual también desde antiguo como en el Sábado Santo, se bautizaban los catecúmenos. Y por lo tanto, ahora, en la misa no se dice el tractus, y en el evangelio no se llevan las luminarias, porque la fe de ellos todavía estaba entre sombras, y por la misma razón no se dice el Credo. Si las vigilias de San Juan Bautista y de San Pedro y San Pablo viniesen dentro de la octava del Corpus Christi, se anticipa la vigilia a la feria cuarta. S. Cong. 23 de Septiembre de 1638. Sólo en cuanto al ayuno, pero no en cuanto al oficio, del cual nada se hace ese año. Algunas festividades suelen celebrarse con octava, esto es, que tal festividad se prorroga por ocho días. Los griegos llaman la octava disgregación o disolución porque el día de la octava se disolvía la fiesta. En la octava se hace oficio semidoble, y en vísperas se dicen todas las cosas como en las segundas vísperas de la fiesta; no se hacen los acostumbrados sufragios de los santos, ni se dicen