jurada, dice el pontífice: Que es más seguro si contrae matrimonio, y si después lo quiere, pueda entrar a una religión antes de la consumación. Sería de otro modo, si absolutamente quisiera entrar a una religión; pues entonces no está obligado a contraer primero matrimonio. Sánchez de Matr. lib. 1. D. 43. n. 5. González in c. 16. de Spons. n. 2. in fin. Quien después de haber jurado esponsales hizo voto de entrar a una religión, está obligado a cumplirlo, pues como, aun iniciados los esponsales, puede entrar en religión, también puede prometerla; pero no está obligado, más aún ni puede contraer primero matrimonio con la intención de no consumarlo, y después entrar a una religión, pues se expondría a un manifiesto peligro de consumarlo, y consecuentemente de violar el voto. Además, porque el así contrayente impondría una notable injusticia a su prometida obligándola a permanecer soltera, mientras él saliera de religión o profesara en ella. Glos. in c. 16. de Spons. V. Tutius et ibid. Juan Andrés et Hostiense, Sánchez de Matrim. lib. 1. D. 43. n. 7. contra aliquos. Pero si desfloró a la doncella, o no puede resarcir de otra manera la injusticia o la infamia que le causó más que casándose con ella, está obligado a esto, aunque después, no consumado el matrimonio, pueda pasar a la religión. Más aún, tal vez hasta estará obligado a perseverar en el matrimonio, si esto es necesario para reparar el daño causado a la doncella; porque ésta es una obligación de justicia. Sánchez de Matr. lib. 1. D. 44. ex n. 3. Layman, Perez, Henríquez et alii.
84. El voto de recibir las órdenes sagradas no dirime los esponsales contraídos con anterioridad, porque no se le ha dado esta fuerza por ningún derecho, como se ha hecho con la profesión religiosa, y Dios no acepta tal voto porque es en perjuicio de la prometida, aunque sea de un bien mejor. Por eso los ordinarios en la práctica admiten las oposiciones que suelen presentar las esposas contra los que se quieren ordenar; y puede quien hace este voto cumplir con los esponsales contrayendo matrimonio, y no está obligado a entrar en una religión. Pero si los esponsales o el matrimonio se disuelven por otra causa, el prometido está obligado a cumplir el voto. Sánchez de Matr. lib. 1. D. 47. n. 3. contra Soto de Just. et jur. lib. 7. q. 1. art. 3. Henríquez et alios. Pero si de hecho el prometido se ordena, aun contra la voluntad de la prometida, ni deben ni pueden contraer después matrimonio. Sin embargo, como el prometido por la emisión de tal voto se juzga que de su parte ha renunciado a los esponsales, como el que emite voto de religión, entonces la esposa puede libremente casarse con otro, ya que de su parte quedan también disueltos los esponsales. Sánchez de Matr. lib. 1. D. 47. n. fin. El voto simple de continencia (excepto el voto simple en la Compañía de Jesús hecho después del bienio conforme a la constitución de Gregorio XIII Ascendent) no tiene fuerza para dirimir el matrimonio; no consta en ninguna parte que la iglesia lo haya concedido; pero sí impide contraer matrimonio. c. un. de Voto in 6. porque tal promesa, siendo lícita y aceptada por Dios, obliga al que promete abstenerse de todo acto venéreo, lícito en otras circunstancias; y consecuentemente, del matrimonio. Sin embargo no anula el matrimonio, porque sólo se hace una promesa de entrega, mas no la entrega del cuerpo; y por eso, aunque ilícito, es válido el matrimonio contraído posteriormente. c. 4. c. 6. h.t. S. Thom. in 3. p. Supp. q. 53. art. 1. in corp. donde dice: El voto simple, aunque impide contraer matrimonio, porque peca quien contrae matrimonio después de un voto simple de continencia, sin embargo, como es un verdadero contrato, el matrimonio no puede dirimirse por éste. Barbosa en c. 3. h.t. González en c. fin. h.t. n. 7. donde menciona muchos concilios y autores. Si los esponsales ya han sido contraídos, no se disuelven por un subsecuente voto simple de castidad de parte de quien lo hace, ya que Dios no acepta una promesa en perjuicio de un tercero, como en este caso se seguiría a la otra parte, a la cual se le violaría la fe, como se dice en c. 5. h. t. y por lo tanto se infiere que el voto de continencia emitido después de los esponsales, no los anula, ni se considera que en ellos esté incluida la condición: a no ser que elija el estado de continencia. Porque esto se imagina gratuitamente, pero se disuelven de la parte que no hace el voto, porque la otra, al hacerlo, se supone que renuncia a los esponsales, y además se ha producido un cambio notable; porque por tal voto se impide el pedir el débito conyugal y a la otra parte se le impondría la carga de pedirlo siempre, lo cual es grave principalmente respecto a la mujer. Silvestre, Navarro Man. cap. 22. n. 27. Sánchez de Matr. lib. 1. D. 46. ex num. 5. Layman lib. 5. tr. 10 p. 1. cap. 2. et alios, contra Soto, Henríquez Rodríguez Ponce lib. 6. c. 12. n. 4. et alii.
85. Quien después de un voto de castidad corrompe por la fuerza a una virgen o viuda, está obligado a casarse con ella, si no puede reparar el daño de otro modo; porque la obligación de justicia prevalece sobre la del voto y de la religión. Pero para esto debe preceder la dispensa del pontífice,