de las reliquias, de las indulgencias y de las Ordenes.
9. La dignidad papal aumentó por el César: y la perfección y la institución del Papa dimanó de la potencia del César.
10. Ninguno, sin revelación, afirmaría razonablemente de sí mismo o de otro, que fuese cabeza de una iglesia particular; tampoco el Romano Pontífice es cabeza de la Iglesia Romana particular.
11. No se ha de creer que éste, cualquiera que sea, Romano Pontífice, sea cabeza de alguna santa iglesia particular, a no ser que Dios lo haya predestinado.
12. Nadie es vicario de Cristo, o de Pedro, si no lo sigue en sus costumbres, ya que no hay seguimiento más propio, ni de Dios recibe la potestad procuratoria de otra manera: porque para ese oficio del Vicariato se requiere la conformidad de costumbres y la autoridad del Fundador.
13. El Papa no es verdadero y manifiesto sucesor de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, si vive con costumbres contrarias a Pedro. Y si busca la avaricia, entonces es vicario de Judas Iscariote. Y con igual evidencia, los cardenales no son verdaderos y manifiestos sucesores del Colegio de los otros apóstoles de Cristo, si no vivieren al modo de los Apóstoles, guardando los mandamientos y los consejos de Nuestro Señor Jesucristo.
14. Los doctores que sostienen que aquél que debe ser enmendado por una censura eclesiástica, si no quisiere corregirse, debe ser entregado al juicio secular, siguen en ésto, ciertamente, a los pontífices, a los escribas y a los fariseos, que diciendo: no nos es lícito matar a nadie, entregaron a Cristo, que no quería obedecerlos en todas las cosas, al juicio secular: y por tanto, los tales son homicidas más graves que Pilatos.
15. La obediencia eclesiástica es obediencia según la invención de los sacerdotes de la Iglesia, fuera de la expresa autoridad de la Escritura.
16. La división inmediata de las obras humanas es que son o virtuosas, o viciosas: porque si el hombre es vicioso y hace algo, ll hace viciosamente: y si es virtuoso y hace algo, lo hace virtuosamente: porque así como el vicio, que es llamado crimen o pecado mortal, mancha en general los actos del hombre vicioso: así la virtud vivifica todos los actos del hombre virtuoso.
17. Los sacerdotes de Cristo que viven según su ley, y tienen conocimiento de la Escritura y deseo de edificar al pueblo, deben predicar, a pesar de alguna pretendida excomunión. Y si el Papa, o algún superior manda al sacerdote, así dispuesto, no predicar, el súbdito no debe obedecer.
18. Todo el que accede al sacerdocio recibe por mandato el oficio de predicar. Y ese mandato lo debe ejercer, no obstante una pretendida excomunión.
19. Por las censuras eclesiásticas de excomunión, de suspensión y de entredicho el clero subordina en su provecho al pueblo laico, multiplica la avaricia, protege la malicia y prepara el camino al anticristo. Porque es signo evidente que del anticristo proceden esas censuras que, en sus procesos llaman fulminaciones, con las cuales el clero procede muy particularmente contra aquéllos que desnudan la maldad del anticristo, el cual utilizará al clero muy en su favor.
20. Si el Papa es malo y, sobre todo si es predestinado a la condenación, entonces, como Judas es apóstol del diablo, ladrón, e hijo de perdición, y no es cabeza de la Santa Iglesia Militante, ya que no es miembro de ella.
21. La gracia de la predestinación es el vínculo, por el que el Cuerpo de la Iglesia y cualquier miembro de ella se une indisolublemente a Cristo Cabeza.
22. El Papa, o el superior malo y predestinado a la condenación es equívocamente pastor, y verdaderamente ladrón y salteador.
23. El Papa no debe ser llamado santísimo, ni por su oficio: porque, entonces también el rey, por su oficio, debería ser llamado santísimo: y los verdugos y los pregoneros serían llamados santos, más aún, también el diablo debería ser llamado santo, ya que es ministro de Dios.
24. Si el Papa vive contrariamente a Cristo, aunque haya ascendido por rata y legítima elección, conforme a la constitución humana conocida; sin embargo, subiría por entrada ajena a Cristo: aun concediendo que entrara por elección hecha principalmente por Dios: pues Judas Iscariote recta y legítimamente fue elegido por Cristo Jesús Dios para el episcopado y, sin embargo ascendió por otra entrada al redil de las ovejas.
25. La condenación del artículo 45 de Juan Wicleff hecha por los doctores es irracional, inicua y mal hecha: y es falsa la causa alegada por ellos, por la razón de que ninguno de ellos es católico, sino que cualquiera de ellos, o es hereje, o erróneo, o escandaloso.
26. No por el hecho de que los electores, o la mayor parte de ellos votara de viva voz,