 |
|
leve no es una irreverencia tan grande, que por ella Dios quiera o pueda condenar al hombre. 25. Con causa el lícito jurar sin intención de jurar,
sea la cosa leve, o sea grave. 26. Si alguno, o solo, o en presencia de otros, o interrogado, o espontáneamente,
o en broma, o por cualquier otro fin, jura que él no hizo algo que sí hizo, pensando
dentro de sí en algo que no hizo, u otro modo diferente a aquél en el que lo hizo, o cualquier
añadido verdadero, no miente efectivamente,
ni es perjuro. 27. Hay causa justa para usar de estas anfibologías, cuantas veces ésto es necesario o útil para la salud del cuerpo, para el honor, para cuidar las cosas familiares, o para cualquier otro acto de virtud, de tal modo, que la ocultación de la verdad se considere, entonces, libre y provechosa. 28. El que mediante una recomendación
ha sido promovido o al cargo de magistrado, o aun oficio público podrá, con restricción
mental, prestar el juramento que por mandato del rey suele exigirse en semejantes casos,
sin tener en cuenta la intención del que exige,
porque no está obligado a confesar un crimen oculto. 29. Un miedo grave urgente es causa justa
para simular la administración de los sacramentos.
30. Es lícito al hombre honrado matar al agresor que pretende inferir una calumnia, si de otro modo no se puede evitar esta ignominia. Lo mismo debe decirse, si alguien da una bofetada, o golpea con el bastón y huye, después de haber dado la bofetada o el golpe de bastón. 31. Regularmente
puedo matar a un ladrón por defenderme
de que me arrebate una corta cantidad de dinero.
32. No sólo es lícito defender con defensa occisiva lo que poseemos actualmente, sino también
aquéllo a lo que tenemos derecho incoado y aquellas cosas que esperamos poseer. 33. Es lícito,
tanto al heredero como al legatario, defenderse
de la misma manera contra el que impide injustamente
que la herencia sea entregada, o los legados sean cubiertos: como también, al que tiene derecho a una cátedra o a una prebenda, contra el que injustamente impide su posesión. 34. Es lícito procurar el aborto antes de la animación
del feto, para que la muchacha no vaya a ser muerta o infamada, si su embarazo es descubierto.
35. Parece probable que todo feto mientras está en el útero carece de alma racional y recién comienza a tenerla cuando nace: y, por consiguiente
se dirá que en ningún aborto se comete homicidio. 36. Está permitido robar, no sólo en la extrema necesidad, sino también en la grave. 37. Los criados y criadas domésticos pueden ocultamente sustraer a sus amos lo que compense su trabajo que ellos consideran de mayor salario que el que reciben. 38. Ninguno está obligado a restituir bajo pena de pecado mortal lo que fué quitado por pequeños hurtos, aunque la suma total sea grande. 39. El que mueve o induce a otro a inferir un grave daño a un tercero, no está obligado a la reparación de este daño causado. 40. El contrato Mohatra es lícito también respecto
de la misma persona y con contrato de retroventa
previamente iniciado con intención de lucro.
41. Cuando una cantidad de dinero ha subido a más valor, y no hay quien haga mayor el dinero presente que el futuro, puede el acreedor exigir al mutuatario algo de interés y por ese título ser disculpado de usura. 42. No hay usura cuando además de los intereses, se exige algún donativo voluntario o gratuito, se exige interés siempre y cuando se exija justamente, y por ese título ser disculpado de usura. 43. ¿Qué otra cosa es sino pecado venial destruir con un falso crimen
una gran autoridad nociva para uno? 44. Es probable que no peque mortalmente el que atribuye
a alguno un falso crimen para defender su justicia y su honor: y si ésto no es probable, apenas
habrá alguna opinión probable en teología. 45. Dar lo temporal por lo espiritual no es simonía
cuando lo temporal no se da como pago, sino tan sólo como estímulo para conferir o realizar lo espiritual, o también cuando lo temporal sea únicamente una gratuita compensación por lo espiritual, y viceversa. 46. Y ésto tiene lugar también
si lo temporal sea el principal motivo para dar lo espiritual: más aún, aunque sea el fin de la misma cosa espiritual, de tal manera que sea más estimado que la misma cosa espiritual. 47. Cuando
dijo el Concilio Tridentino que aquéllos que participan en los pecados ajenos pecan mortalmente,
a no ser que promuevan para las iglesias a los que consideren “más dignos” y más útiles a la iglesia, el Concilio parece que, primero, por este
|