solo fuerzas, para herirse; es capaz de todo mal e incapaz de todo bien.
40. Sin la gracia, nada podemos amar, sino nuestra condenación.
41. Todo conocimiento de Dios, aún el natural, y el de los filósofos paganos, no puede venir sino de Dios, y sin la gracia no produce sino presunción, vanidad y oposición al mismo Dios, en lugar de afecto de adoración, de gratitud y de amor.
42. Sola la gracia de Cristo vuelve al hombre apto para el sacrificio de la fe: sin éste nada hay sino impureza, nada sino indignidad.
43. El primer efecto de la gracia bautismal es hacer que muramos al pecado: de tal manera que el espíritu, el corazón y los sentidos no tengan más vida para el pecado, que la que un hombre muerto tiene para las cosas del mundo.
44. No existen sino dos amores, de donde nacen todas nuestras voliciones y acciones: el amor de Dios, que hace todas las cosas por Dios y al que Dios premia; y el amor con el que nos amamos a nosotros mismos y al mundo, que debiendo ser dirigido a Dios, no es dirigido y por ésto se hace malo.
45. Si el amor de Dios no reina ya más en el corazón de los pecadores, necesariamente reinará en él la pasión carnal que corrompe todas sus acciones.
46. La pasión, o la caridad hacen bueno o malo el uso de los sentidos.
47. La obediencia de la ley debe manar de la fuente y esta fuente es la caridad. Cuando el amor de Dios es su principio interior y su fin la gloria de Dios, entonces es puro lo que aparece al exterior, de otra manera no es sino hipocresía, o falsa justicia.
48. ¿Qué otra cosa podemos ser sino tinieblas, sino aberración, sino pecado sin la luz de la fe, sin Cristo y sin caridad?.
49. Como no hay ningún pecado sin el amor de nosotros, así, ninguna buena obra hay sin el amor de Dios.
50. En vano clamamos a Dios: ¡Padre mío!, si el espíritu de caridad no es el que clama.
51. La fe justifica cuando obra: pero ésta no obra sino por la caridad.
52. Todos los otros medios de salvación están contenidos en la fe como en su germen y semilla: pero esta fe no existe sin amor y sin confianza.
53. Sola la caridad obra al modo cristiano (acciones cristianas) por la relación a Dios y a Jesucristo.
54. Sola la caridad es la que habla a Dios, a ella sola Dios escucha.
55. Dios no corona sino a la caridad: el que corre por otro impulso y por otro motivo corre en vano.
56.Dios no premia sino la caridad, porque sola la caridad honra a Dios.
57. Todo falta al pecador cuando le falta la esperanza: y no hay esperanza en Dios donde no hay amor de Dios.
58. No hay Dios ni religión donde no hay caridad.
59. La oración de los impíos es un nuevo pecado y lo que Dios les concede es un nuevo juicio contra ellos.
60. Si el solo temor del suplicio anima la penitencia, cuanto más violenta es ésta, tanto más conduce a la desesperación.
61. El temor sólo cohibe la mano, pero el corazón tanto es subyugado por el pecado, cuanto no es guiado por el amor de la justicia.
62. El que no se abstiene del mal, sino por el temor de la pena, lo comete en su corazón y ya es reo delante de Dios.
63. El bautizado aún está bajo la ley como el judío si no cumple la ley o la cumple por solo temor.
64. Bajo la maldición de la ley nunca se hace el bien, porque se peca, o haciendo el mal, o evitándolo únicamente por temor.
65. Moisés, los profetas, los sacerdotes y los doctores de la Ley murieron sin haber dado un solo hijo a Dios, ya que no hicieron más que esclavos por el temor.
66. El que quiere acercarse a Dios no debe venir a El con brutales pasiones, ni ser conducido por el instinto natural o por el temor como las bestias, sino por la fe y por el amor como los hijos.
67. El temor servil no se representa a Dios más que como a un Señor duro, imperioso, injusto, intratable.
68. La bondad de Dios abrevió el camino de la salvación encerrando todo en la fe y en las oraciones.
69. La fe, el uso, el aumento y el premio de la fe todo es un don de la pura liberalidad de Dios.
70. Dios nunca aflige a los inocentes y las aflicciones sirven siempre,