LINDEROS MOVIDOS. Los que hubieren movido fuera de su término o linderos los mojones establecidos, por la Ley Agraria estaban obligados a dar en público cincuenta escudos de oro por cada uno de los mojones movidos, L. fin. ff. de Termin. mot. Y en L. 2. ff. eodem se dice que si son personas ilustres las que de ello son convictas, sin duda que hicieron esto para ocupar los linderos ajenos, y pueden ser relegados temporalmente, según lo cnsienta la edad de cada uno, esto es, si joven, por más tiempo, si anciano, por menos; pero si fueron gestores de negocio de otro, y prestaron su servicio, son castigados y condenaods por dos años a las obras; mas si por ignorancia, o caso fortuito hurtaron los mojones, bastará castigarlos con azotes. En España, el que sin autoridad del juez cambia los linderos que dividen los predios vecinos, además de la pena de cincuenta maravedís por cada mojón movido, pierde el derecho, si alguno tenía en aquella parte que pretendía adquirir para sí con la mutación y es condenado a restituir al doble, si no tenía ningún derecho, L. fin. tit. 14. p. 7. y ahí mismo, Gregorio López, V. Cinquenta maravedis.

LOCO FURIOSO. El loco furioso, si delinque en el paroxismo, a ninguna pena se somete, L. 14. ff. de Offic. Praesid.: Si bien lo ves, Elio el Antiguo padecía aquella locura, en la que carecía de todo entendimiento, por la continua enajenación de la mente. Y no hay ninguna duda de que así mato a su madre, sin simulación de su demencia y de su dolor, que ya bastante era castigado con su propia locura. Y, sin embargo, debía ser custodiado diligentemente y, desde luego, encadenado, porque así, lo exigían, tanto su represión, como su vigilancia y la seguridad de los que estaban cerca. Clem. Si furiosus, de Homic. L. 3. tit. 8. p. 7. Gómez Var. 3. cap. 1. núm. 70. Menochio de Arbitr. cas. 325.

LUJURIA. Hay muchas especies de lujuria, véase: adulterio, coito, sodomía.

MALDICIENTE. El maldiciente contra Dios es blasfemo. Véase blasfemia. Si contra los hombres comete injuria, véase injuria.

MALEFICIO. Los hechiceros utilizan el pacto o la acción del demonio para hacer maleficio o daño a otros. Hay un doble maleficio: uno se dice amatorio, o filtro, al que se recurre para excitar al amor o al odio, conmoviendo el demonio la fantasía del hombre, pero, sin actuar en su voluntad. Otro se dice hechizo, por el que se infiere daño a alguna persona, o a sus bienes, véase hechicería; para los indios, véase L. 35. tit. lib. 6. R. Ind.