TÍTULO XXXVIII
DE LAS PENITENCIAS Y LAS REMISIONES

359. Por medio de la penitencia se obtiene la remisión de los pecados. Así, San León, en el c. 49. de Poenit. D. 1.: La sobreabundante misericordia de Dios, de tal manera socorre a los humanos caídos, que no sólo por la gracia bautismo, sino también por la medicina de la penitencia restaura la esperanza de la vida eterna, para que los que hubieran violado el don de la regeneración que con su propio juicio se condenan, puedan llegar al perdón de sus pecados. Así también, los paganos manifiestan ésto al hablar con sus dioses, entre las sombras de su ceguera. Así otro poeta: Muchas veces perdonan las penas y devuelven las luces perdidas, cuando ven que se arrepienten bien de su pecado. La penitencia consiste en llorar los errores pasados y, no cometer de nuevo los que habría que llorar, dice Ambrosio in c.1. de Poenit. D. 3. y según S. Agustín in c. 4 de Poenit.: es cierta pena con que el doliente castiga en sí lo que le duele haber cometido. L. 18. tit. 4. p. 1. ahí: Penitencia es arrepentirse ome, o dolerse de sus pecados, de manera, que non haya más voluntad de tornar a ellos. Santo Tomás, en 3. part. q. 85. art. 1. ad. 3. ahí: El dolor del penitente es el desagrado, o la reprobación de un hecho pasado, con la intención de remover su secuela, ésto es, la ofensa de Dios y el reato de la pena. Y, ciertamente: 1. Se toma por virtud de la penitencia, en cuanto que es: el hábito que inclina a la interna detestación del pecado, en cuanto que es ofensa de Dios, con ánimo de satisfacer a Dios. Santo Tomás, en 3. p. q. 85. art. 3. dice: la penitencia no tiene de sí el ser una virtud especial por el solo hecho de dolerse del mal cometido (porque para ésto bastaría la caridad), sino por el hecho de que el penitente se duele del pecado cometido, en cuanto que es ofensa de Dios, con el propósito de la enmienda. Y la encomienda de la ofensa cometida contra alguno no se hace por la sola cesación de la ofensa, sino que se exige, además, cierta compensación que tiene lugar en las ofensas cometidas contra otro, y tambien como una retribución. Es una compensación por parte del que ofende (puesto que satisface), y es una retribución por parte de aquél contra quien fué cometida la ofensa, porque entre uno y otro se da cierta conmutación. De donde es manifiesto que la penitencia, en cuanto es virtud, es parte de la justicia. 2. Se toma por el sacramento de la penitencia, cuando a esta