Material gráfico > Cuadro conológico > Personaje
Tariacuri (Tariacueri, Taricaueri, Tariacury).
Principal héroe de la historia.
Tariacuri es el principal héroe de la historia que contaba el petamuti en la fiesta Equata consquaro. Hijo de Pauacume y de la hija del pescador Curiparaxan debe haber nacido en Tarimichundiro, aunque en una ocasión se dice que nació en Xaraquaro, de donde era su madre y en donde un tiempo su padre fue sacrificador. Quedó huérfano de padre siendo muy pequeño y fue educado por los viejos Chupitani, Nuriuan y Tecaqua en Tarimichundiro. Después vivió en Pátzcuaro, en Hoataro pexo, en Vpapo hoato, en Hurecho, en Querenda angangueo, en Vacapu, en Zurumu harupeo, en Santangel, en Pátzcuaro otra vez, en Cutu y, finalmente de nuevo en Pátzcuaro donde fue señor hasta su muerte. Se casó por lo menos dos veces. Una, con la hija de Chanshori, otra con una o dos hijas de Zurunban. Tuvo al menos tres hijos, Curatame, el mayor, con la hija de Chanshori; Hiquingaje, quien fue su sucesor como señor de Pátzcuaro; y Tamapucheca. A éste y a Curatame él mismo los mandó matar. En cambio a sus sobrinos, Hiripan y Tangaxoan, los hizo señores.
Tariacuri es el personaje mejor retratado en la Relación. Cuando apenas sabe caminar lo vemos en hombros de sus primos Zetaco y Aramen que lo llevan a sus juergas. De niño podemos imaginarlo travieso y desobediente porque sus viejos tenían que jalarle las orejas para que atendiera sus consejos. Los principales rasgos de su personalidad aparecen ya definidos en el episodio de Naca: la audacia con la que ataca y cerca a los isleños, el ingenio con el que manipula a la gente para hacer que Zurunban se coma la carne de su propio sacerdote, la actitud responsable para afrontar las consecuencias de sus acciones y la honradez con la que reconoce sus errores. No carece de humor. Parece divertirse cuando les dice a los sorprendidos mensajeros de Huresqua que las flechas de colores son plumajes verdes, oro y plata. También hay algo de broma cuando hace tres montones de tierra y espía a sus desconcertados sobrinos. Y, después del susto, le causa gracia que sus mujeres hayan salido huyendo cuando Hiripan y Tangaxoan fueron confundidos con los enemigos. Su ira produce miedo. Sus sobrinos y su hijo Hiquingaje siempre esperan con temor sus reacciones pues nunca están seguros de cuáles son sus intenciones. El temor que inspira no es gratuito ya que Tariacuri es capaz de matar a sus propios hijos. Pero también se preocupa por ellos y los ayuda cuando es necesario. En algunos momentos se siente solo y cansado se pregunta cuándo dejarán de perseguirlo sus enemigos. Cuando no le queda otra opción hace a un lado su orgullo y se anima a pedir favores incluso a sus enemigos. También siente miedo. Cuando sabe que Zurunban destruyó Vacananbaro, huye; y por temor a Chanshori no le hace daño a su mujer adúltera. Es tan hábil con el arco que derriba a un pajarillo sin matarlo. Es tan temido que sus enemigos huyen al oir su silbato con el que simula a las águilas. Prácticamente nunca se emborracha, siempre está llevando leña a los templos, hace favores y da consejos. No es el fundador del reino pero, sin su ayuda, Hiripan, Tangaxoan e Hiquingaje no habrían sido señores, no habrían conquistado Tariaran ni habrían podido formar un solo reino.
Tariacuri fue enterrado en Pátzcuaro. Su tumba, que no tenía muchas ofrendas porque murió cuando apenas empezaban las conquistas de sus sobrinos, fue saqueada por los españoles. La personalidad multifacética de Tariacuri lo convierte, sin duda alguna, en uno de los personajes de la época prehispánica más interesantes de la literatura colonial.