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Sacrificadores, Axamencha.
Función principal: Ejecutar los sacrificios humanos.
Categoría general: Sacerdotes.
Los sacrificadores eran de los sacerdotes más importantes. Incluso podría decirse que eran los más importantes pues a esta "dignidad" pertenecían el cazonci y los señores. Aunque resulta obvio que los sacrificadores o axamencha eran quienes realizaban los sacrificios humanos, en la Relación de Michoacán nunca se dice ésto explicitamente. En cambio, su participación en la ceremonia de la guerra se menciona varias veces.
De acuerdo con la descripción más completa de este ritual, uno de los sacerdotes llamados hiripacha, cinco curitiecha y cinco sacrificadores hacían pelotillas de tabaco y las ponían en una calabaza para que uno de los sacerdotes llamados tiuimencha las llevara a la casa de los papas. Allí el hiripati decía ciertas oraciones con el fin de que los dioses los ayudaran a vencer al enemigo mientras los curitiecha y los sacrificadores que habían hecho las pelotillas dormían en la puerta. Terminadas las oraciones, el hiripati despertaba a los curitiecha y a los sacrificadores quienes se ponían las pelotillas en las manos para comenzar la ceremonia de la guerra. En ella participaban los sacerdotes llamados cuiripecha quienes echaban incienso en los braseros (la ceremonia de la guerra se describía con mayor detalle en la primera parte de la Relación ahora perdida). Finalmente, tras dos noches de ceremonias y oraciones, echaban las pelotillas de olores en los fogones que ardían delante de los templos. Los sacrificadores, por lo menos en Curinguaro, también participaban en la fiesta de Hunisperaquaro. En ella el sacrificador cantaba con los esclavos y contaba "la historia de los huesos", al parecer un sermón relativo a los huesos de los cautivos que se velaban en aquella fiesta.
Haciendo caso al texto, los sacrificadores se confunden con los curitiecha, tanto por las insignias como por sus características. Como ellos, usaban una guirnalda de hilo en la cabeza, llevaban una calabaza en la espalda, símbolo de "tener a la gente a cuestas", usaban unas tenazetas colgadas en el cuello y tenían hechas unas "entradas" en el cabello. En la lámina 4, sin embargo, se les representa de manera muy distinta: con el pelo largo peinado hacia atrás, con taparrabos y con un hueso (parece ser un húmero) con una punta de piedra, ensangrentada, incrustada en un extremo. Un hombre con las mismas características está representado también en la lámina 16 y en ella se percibe con mayor claridad la falta de cabello en lo alto de la frente. Los personajes que en la lámina 9 ejecutan a los delincuentes son muy parecidos a los sacrificadores y, hasta cierto punto, también el carcelero representado en la lámina 19, aunque éste tiene el cabello trenzado.
Puesto que los señores pertenecían a esta dignidad es posible que todos los antepasados del cazonci, y quizás otros señores, hayan sido sacrificadores, aunque sólo de Hiquingaje se dice explícitamente que lo era. Pauacume y Vapeani fueron sacrificadores en Xaraquaro pero no parece que lo hayan sido antes ni que lo hayan seguido siendo después de haber sido expulsados de la isla. Si bien Chapa mandó llamar a Hiripan y a Tangaxoan para que uno de ellos fuera sacrificador en Hetuquaro y el otro fuera sacerdote, ellos no aceptaron la invitación. Por otra parte, en la lámina 40, Ticatame tiene en la mano el hueso con la navaja incrustada y el atuendo característico de los sacrificadores.