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Chupitani , (Chupitan) .

Uno de los tres viejos de Tariacuri.

Chupitani, Nuriuan y Tecaqua (o Tetaco) son tres personajes importantes aunque secundarios en el relato del petamuti. Los tres eran sacerdotes, probablemente del tipo curitiecha porque los llamaban abuelos o viejos y al parecer eran hermanos entre sí y eran parientes de Vapeani y Pauacume. De hecho, primero fueron viejos y consejeros de éstos, antes de serlo de Tariacuri.

La primera vez que se les menciona es cuando Vapeani y Pauacume se preparan para ir por sus mujeres a la orilla del lago donde supuestamente los isleños las iban a llevar. Los viejos sospechan que se trata de una trampa y le sugieren a los hermanos que envíen un corredor delante de ellos como precaución. Siguiendo su consejo, Vapeani y Pauacume evitan la celada que los isleños, de acuerdo con el plan de los de Curinguaro, les habían tendido. Los isleños vuelven a insistir en que vayan por sus mujeres porque éstas los extrañan mucho y nuevamente Chupitani, Nuriuan y Tecaqua les aconsejan tener precaución. En esta ocasión, sin embargo, Vapeani y Pauacume pasan a salvo una primera celada pero más adelante los isleños los atacan y los matan. Entonces los sacerdotes Chupitani, Nuriuan y Tecaqua ofrecen a los isleños (a quienes encuentran golpeando con sus remos el cuerpo de los difuntos) un plumaje y un collar de oro a cambio de sus cuerpos y los entierran en los templos recién construidos de Pátzcuaro.

A partir de entonces los viejos se hacen cargo de la educación de Tariacuri a quien le advierten contínuamente del peligro que corre si no es el que debe, repitiéndole que debe vengar la muerte de su padre y su tío y que debe llevar leña a los templos para poder ser señor. Además alejan a Zetaco y a Aramen, los primos de Tariacuri, quienes se emborrachaban y andaban con mujeres, para evitar que Tariacuri se hiciera a esas costumbres.

Cuando Tariacuri es ya señor, Chupitani, Nuriuan y Tecaqua son sus consejeros, tal como lo habían sido de su padre y tío, y también sirven como mensajeros. Ellos son, por ejemplo, los encargados de pedirle a Chanshori permiso para pasar por su territorio cuando Tariacuri quiere ir a Condembaro. Después, cuando Tariacuri vive en Hoataro pexo, Chupitani (y probablemente los otros dos viejos también) reciben a Xoropiti y Tarequazingata, los amantes de la mujer de Tariacuri que llegan al pueblo supuestamente a sacrificarse las orejas en una fiesta. Es notorio que en todo el episodio del adulterio cometido por la mujer de Tariacuri y en otros que le siguen la consejera de Tariacuri es siempre su tía y no sus viejos. Sin embargo, Tariacuri va con sus viejos a Tariaran a buscar una nueva mujer (siguiendo el consejo de su tía) y se pasa la noche en vela razonando y platicando con ellos en lugar de dormir con las mujeres que le dio Zurunban. Y después, cuando Tariacuri está en Vpapo hoato, envía a Chupitani a Curinguaro para solicitar a Chanshori que le preste o venda un pedazo de tierra donde poder asentarse (poco después, en Querenda angangueo, la tía aparece nuevamente, esta vez advirtiéndole a Tariacuri de la traición de Zinzuni, hijo de Zurunban). Cuando Tariacuri regresa a Pátzcuaro le pide a Chupitani, a Tecaqua y a Nuriuan que averigüen en dónde están sus sobrinos Hiripan y Tangaxoan; y son ellos quienes, mientras velaban en la noche, los descubren cuando éstos llevaban leña a los templos de Pátzcuaro y se lo hacen saber a Tariacuri. Tariacuri también consulta con los tres viejos si su fiesta es mejor que la de su hijo Curatame y, después, les pregunta qué debe hacer con respecto al templo que construyeron sus sobrinos en Queretaro. Los viejos, como se nota también en otros eventos narrados en la Relación, aunque son consultados delegan siempre la toma de decisiones a su señor (véase por ejemplo el caso de la elección de Zinzicha). En esta ocasión Tariacuri decide hacer un pacto con Varapame, el señor de Pacandan, por medio del cual éste permitirá que los chichimecas cautiven a su gente para sacrificarlos y estrenar el nuevo templo que Hiripan y Tangaxoan construyeron. Chupitani es el encargado de ir a la isla y explicarle el plan a Varapame. Al parecer Chupitani era suficientemente conocido porque Varapame lo reconoce incluso en la oscuridad. Varapame acepta a regañadientes el pacto pero una vez que Chupitani ha partido se arrepiente de la cantidad de gente que han fijado para ser capturada (cien hombres) y envía inmediatamente a un mensajero para aclarar que sólo serán sesenta. Sin embargo, Varapame envía a su mensajero con Hiripan y Tangaxoan quienes no están enterados todavía del plan de su tío y, como no entienden de qué habla el mensajero, lo envían con Tariacuri. Éste llega justo cuando Chupitani acaba de decirle a Tariacuri que Varapame aceptó el trato y, después de algunas explicaciones, Tariacuri conviene con el mensajero de Varapame en la nueva cifra. La última vez que se menciona a Chupitani es a propósito de la muerte de Curatame. En esta ocasión también es el encargado de transmitir un mensaje de Tariacuri, quien manda decir a su hijo que Hiripan y Tangaxoan necesitan su ayuda para pelear con los isleños. Curatame cruza entonces el lago hasta donde Hiripan, Tangaxoan e Hiquingaje, por órdenes de Tariacuri, lo matan.

Aunque en general los tres viejos parecen haber tenido la misma jerarquía, en la narración destaca Chupitani. En tres ocasiones, por ejemplo, sólo él es el mensajero, él es quien habla con Hiripan y Tangaxoan cuando éstos llevan leña a Pátzcuaro y es él quien despierta a Tariacuri para avisarle que allí están sus sobrinos. Además en las dos últimas menciones (el pacto con Varapame y la muerte de Curatame) ya no se habla de Nuriuan y Tecaqua. En general se puede decir que el relato del petamuti no presenta serias inconsistencias de tipo temporal. Quizás Chupitani es el único personaje dudosamente longevo, sobre todo si creemos que ya era "viejo" cuando mataron a Vapeani y a Pauacume. Llama la atención, sin embargo, que en los últimos episodios de la vida de Tariacuri ya no se le menciona lo cual podría ser un indicio de que ya había muerto. Igualmente podría pensarse que Nuriuan y Tecaqua habían muerto antes que Chupitani y que por eso éste es el único que se menciona en las dos últimas ocasiones. Pero puesto que la historicidad del relato del petamuti es bastante cuestionable, estas coincidencias podrían ser simples casualidades.