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Dios del infierno.

Probablemente dios de la tierra o del inframundo.

Es probable que el dios del infierno esté relacionado con la tierra (en oposición al cielo) y que de hecho haya sido el dios de la tierra [quizás de lo que en el centro de México se denominaba el inframundo]. La relación con la tierra está atestiguada de manera más o menos directa por la historia de Zurunban, según la cual éste recibió el mandato de ser señor en Tariaran y de adoptar a la diosa Xaratanga por parte del dios del infierno a través de uno topo "que salió encima de la tierra". De forma menos directa también se infiere la relación entre el dios del infierno y la tierra porque se decía que los muertos, al ser enterrados, iban al dios del infierno. Por ejemplo, Tariacuri le manda decir a Varapame, el señor de la isla Pacandan, que ya están viejos y que quieren ir al dios del infierno haciendo alusión directa a su entierro. También del difunto Zuangua se dice que se dirigía al infierno y, según el autor de la Relación, algunos sacerdotes le hicieron creer a la gente que los religiosos españoles eran muertos que de noche se iban al infierno donde tenían mujeres. El hecho de que los delincuentes condenados a muerte en la fiesta Equata consquaro, abandonados en los herbazales para que se los comieran los animales de rapiña, estuvieran dedicados al dios del infierno también puede ser una indicación de la relación entre éste y la tierra. Lo mismo que la creencia de que el dios del infierno enviaba las peñas sobre las cuales se edificaban los templos (tómese en cuenta que esas peñas sobresalían de la tierra).

Por otra parte hay una clara evidencia de que el "infierno" ocupaba un lugar específico en el espacio y que dicho lugar puede haber sido la tierra. Por ejemplo, cuando Sirundaran busca a Querenda angapeti, va primero hacia "meridión", luego hacia el poniente, luego hacia "setentrión", luego al infierno y finalmente al cielo en donde lo halla. Si el cielo está arriba, puede pensarse entonces que el infierno estaba "abajo". La misma relación se infiere de las palabras que le dice a Tariacuri su tía para sacarlo de la depresión causada por la infidelidad de su mujer: "y llegas ya al cielo, por fama, donde están los dioses, y al infierno y a las cuatro partes del mundo"; y de la oración que se pronunciaba en la ceremonia de la guerra dirigida primero a los dioses del "quinto cielo" y luego a las cuatro partes del mundo (los puntos cardinales) y al infierno. Por lo demás, en varias "oraciones" se repite la fórmula que agrupa a los dioses celestes, a los dioses de las cuatro partes del mundo y al del infierno, agregando a veces a los dioses de la mano izquierda y a los de la mano derecha.