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Zurunban (Çurunban, Zurumban).

Señor de Tariaran, suegro de Tariacuri.

De acuerdo con lo que dicen los mensajeros de Caricaten, Zurunban era originario de Xaraquaro y, por lo tanto, era del linaje Aparicha. Salió de la isla por una hambruna debida a una sequía ("por una hambre que envió la madre Cuerábaperi, que no llovió un año") y se fue a Tariaran, donde lo hicieron esclavo. Como llevaba leña para los templos, la diosa Xaratanga lo hizo sacerdote mayor y el dios del infierno, a traves de un topo que se le apareció en el camino, le ordenó "que fuese señor y que tuviese por diosa a Xarátanga". Como sacerdote de Xaratanga usaba una guirnalda de hilo en la cabeza, unas pinzas de oro en el cuello, cantaba los cantares de Xaratanga llamados canajqua y vxuriqua, y se pintaba el cuerpo y la cara de amarillo.

La relación de Zurunban con Tariacuri fue cambiante. En general fue su enemigo, pero también fue su suegro. El primer enfrentamiento entre ambos personajes tuvo lugar cuando Tariacuri tenía sitiada la isla de Xaraquaro. Caricaten pide ayuda a Zurunban, quien planea el ataque y envía a su sacerdote Naca a hacer gente de guerra. Tariacuri se entera y ordena a sus primos, Zetaco y Aramen, que maten a Naca. Engañado por Tariacuri, Zurunban se come el cuerpo de Naca y al darse cuenta, enfurecido, manda expulsar a Zetaco y a Aramen de Vacananbaro, donde residían.

Tiempo después, cuando Tariacuri reside en Hoataro pexo y ha sido engañado por su primera mujer, una tía suya le sugiere ir a buscar otra mujer a Tariaran. Tariacuri visita entonces a Zurunban quien lo recibe bien. Antes de entrar al pueblo, Zurunban le pide a Tariacuri que demuestre sus habilidades de chichimeca flechando a un pajarito. Ya en el pueblo comen y beben, y Zurunban pinta de amarillo a Tariacuri. Luego le da dos mujeres para que lo cuiden y duerman con él, pero Tariacuri las manda a un rincón de su aposento y vela toda la noche junto con sus viejos. Al día siguiente Zurunban se entera del comportamiento de Tariacuri y concluye: "ciertamente es señor". Luego le ofrece a Tariacuri una buena manta para que "tome el humo" y se bañe. Más tarde, lo invita nuevamente a beber pero Tariacuri lo lleva al lugar donde se guardan los dioses. Allí le propone que en lugar de beber tanto lleve leña a los templos, que haga las ceremonias de la guerra, que ataque a sus enemigos para capturar esclavos y para obtener plumas y otros productos para Xaratanga. "Verás, Zurunban, --le dice Tariacuri-- que te hago señor si haces esto, porque no eres señor, mas de baja suerte y mendigo, y agora te hago señor y haz mercedes". Entonces Zurunban, conmovido, le entrega dos mujeres y un gran ajuar que Tariacuri lleva a Hoataro pexo.

A pesar de la aparente amistad y del parentesco, Zurunban, quien en realidad todo el tiempo parece estar receloso de Tariacuri en este encuentro, no ayudará a su yerno cuando lo necesita. Perseguido por su primer suegro, Chanshori, Tariacuri llega a Querenda angangueo. Los de Curinguaro piensan atacarlo y va como espía Zinzuni, un hijo de Zurunban, el cual finge ser amigo de Tariacuri. Éste va a Tariaran y le pide ayuda a Zurunban, aún cuando ha sido advertido por su tía quien descubrió el engaño de Zinzuni, y su suegro también finge: "y Zurunban, fingiendo que lloraba de compasion de su yerno, untóse la cara con saliva y díjole que viniese en buen hora", pero no le da alojamiento y lo envía a Vacapu.

Para cuando Tariacuri explicó a sus sobrinos por qué no habrá más señores que ellos, Zurunban ya estaba viejo y había quedado ciego. Tuvo los siguientes hijos: Haramen, el mayor, Cacapu, Vaspe, Terazi, Cuçiqua, Tupuri, Hiuacha (quien le sucede como señor de Tariaran), Zinzuni (el espía), Hanzina, Quarao y una hija llamada Mauina.

Una de las características de Zurunban que más se destacan en la Relación es su afición a la bebida. De manera menos explícita se le presenta también como un hombre muy expresivo. Cuando recibe la noticia de que Tariacuri sitio la isla, Zurunban ríe mucho, "en demasía", burlándose de los isleños que no mataron a Tariacuri cuando era pequeño (y vivía en Xaraquaro). La ira lo domina cuando le descubren el engaño de Tariacuri sobre Naca, pero después lo vemos emocionado contando a sus mujeres la hazaña de Tariacuri con el pajarito y, más tarde, llorando conmovido con las palabras de su futuro yerno.