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Madre de Hiripan y Tangaxoan.

En venganza por la muerte de Naca, Zurunban manda expulsar a Zetaco y a Aramen de Vacananbaro. Éstos logran huir pero la gente de Zurunban destruye el pueblo y deshonran a sus mujeres quitándoles la ropa y "echándoles tierra en la cara". Entre las mujeres estaban las madres de Hiripan y Tangaxoan quienes "encubrían su deshonra" (se cubrían el cuerpo desnudo) abrazando a sus hijos, como se ve en la lámina 24.

Posiblemente después de estos acontecimientos las mujeres, con sus hijos, se reencontraron con sus maridos y sólo después de la muerte de Aramen comenzó el vagabundeo de Hiripan y Tangaxoan por varios pueblos alrededor del lago de Pátzcuaro. La Relación dice, efectivamente, que Hiripan y Tangaxoan, siendo muchachos y habiendo quedado huérfanos, se fueron con su madre a Pechataro. Al contar la historia de Hiripan y Tangaxoan, el narrador (en este caso debe ser el autor del documento, no el petamuti) dice no saber cómo murieron Zetaco y Aramen, aunque la muerte de este último había sido narrada con anterioridad (la de Zetaco en efecto no se explica), y ya sólo habla de "la madre" de Hiripan y Tangaxoan, por lo cual parece que ambos eran hijos de una misma mujer. Como sea, esta mujer lleva a los muchachos y a su hija a Pechataro, a Sauinan, a Cheran, a Sipiaxo, a Matoxeo y a Zaueto en donde se hacía un mercado. Allí los encuentra mendigando la mujer de Niniquaran y los lleva a todos a vivir con ella a Hucariquaro.

Cuando Chapa, el señor de Hetoquaro, se entera de que Hiripan y Tangaxoan están en Hucariquaro envía por ellos para que sean sacerdotes y para que su hermana, "que es muy hermosa" --dice Chapa--, hiciera ofrendas para Curicaueri; pero la tía de los muchachos, temiendo que Tariacuri atacara a Chapa y matara a sus sobrinos, le recomienda a su madre que los lleve de regreso a Pátzcuaro. Después de pasar nuevamente por Sipiaxo y Matoxeo, van a Timban y luego a Erongariquaro donde un hermano de la madre de Hiripan y Tangaxoan, Cuyuva, les da alojamiento. Hiripan y Tangaxoan le prometen a su tío ocuparse de varias labores (asar los animales cazados por su tío, llevar leña para su casa, hacer sus sementeras y cargar a sus hijos) pero en lugar de hacer lo que prometieron se dedican exclusivamente a llevar leña a los templos. Cuyuva, enojado, echa a la calle a la madre de los muchachos con todas sus pertenencias y cuando éstos vuelven del monte la encuentran al pie de un cerezo llorando y abrazando a su hija. Entonces la mujer decide ir a Uricho con otro hermano suyo llamado Anbaua. Hiripan y Tangaxoan vuelven a prometer los mismos servicios pero nuevamente se ocupan solamente de llevar leña a los templos, por lo que Anbaua también los expulsa de su casa. Finalmente la madre de los muchachos los lleva a Pareo con Zirutame, otro hermano suyo, quien sí reconoce que Hiripan y Tangaxoan son señores y en lugar de recibirlos como sirvientes les dice que se dediquen a llevar leña para los templos. Hiripan y Tangaxoan llevan entonces leña a los templos de Pátzcuaro y allí los descubren los viejos de Tariacuri quien, al enterarse, envía por ellos, por su madre y por su hermana. Es muy probable que la madre (o las madres) de Hiripan y Tangaxoan fueran de origen chichimeca pues, al contrario de Tariacuri y de Curatame, éstos no tenían "parte" isleña y por lo tanto eran los verdaderos sucesores del señorío.