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Mujeres de Zurunban.

Mujeres de Zurunban.

Como otros señores, Zurunban tenía varias mujeres que entre otras cosas se encargaban de preparar la comida. Así, por ejemplo, cuando los viejos de Quaracuri, siguiendo las instrucciones de Tariacuri, llevaron a Tariaran el cuerpo descuartizado del sacerdote Naca, Zurunban pidió a sus mujeres que calentaran la carne. Éstas la calentaron, la cortaron, se la sirvieron a los señores y junto con ellos comieron en el patio. Cuando poco después llegó un muchacho a avisarle a Zurunban que la carne era de Naca (siempre siguiendo las instrucciones de Tariacuri) las mujeres trataron de vomitar pero "no la pudieron echar que ya estaba asentada en el estómago y vientre". En la lámina 23 las mujeres de Zurunban aparecen a su alrededor provocándose el vómito con la mano.

Tiempo después, cuando Tariacuri visita a Zurunban con la intención de conseguir una nueva esposa, éste le pide que demuestre su habilidad con el arco y la flecha tirándole a un pajarito diminuto. Tariacuri lo flecha sin matarlo y Zurunban, llegando a su casa, le cuenta a sus mujeres que estaban allí reunidas la hazaña de Tariacuri. Éstas, aparentemente con gran admiración, toman el pajarillo y se lo van pasando una a otra.

Las mujeres de Zurunban, como las de otros señores, eran algunas de ellas sus parientas, otras probablemente eran hijas de principales y otras más quizás eran esclavas. Y, tal como después se explica para el caso del cazonci, Zurunban las ofrecía a ciertos hombres para obtener su lealtad. En este caso, Zurunban le ofrece a Tariacuri dos de sus mujeres (el autor de la Relación dice no saber si eran sus hijas o sus mujeres) para que le den de beber y lo ayuden a caminar en la noche (porque estará borracho y el lugar es peligroso). Las mujeres beben con Tariacuri y Zurunban y cuando éste se despide porque ya está borracho pide a las mujeres que duerman junto a Tariacuri y cuiden que nada le pase. Pero Tariacuri sospecha que se puede tratar de una trampa, que las mujeres ya están prometidas a otros y que así Zurunban tendrá oportunidad de argüir algo en su contra, y no duerme con ellas sino que vela toda la noche con sus viejos. Al día siguiente las mujeres le cuentan a Zurunban lo que hizo Tariacuri tildándolo de loco y sin seso porque no se juntó con ellas; pero a Zurunban le parece que esa es una señal de que verdaderamente es señor. Después, Zurunban le ofrece a Tariacuri otras o las mismas mujeres (en esta ocasión el fraile da a entender que eran sus hijas y que con ellas Zurunban envió también a muchas otras mujeres para que les sirvieran); esta vez al parecer como esposas (aunque por el comentario que hace la tía de Tariacuri cuando ve el ajuar que envió Zurunban, parece que la mujer que sería esposa de Tariacuri llegaría después: "pues verás, señor Tariacuri, cómo es señor Zurunban. Mira lo que han traído, y esto no es nada para lo que enviará para la con que has de ser señor"). En las dos ocasiones en que Zurunban ofrece las mujeres a Tariacuri se especifica que las ataviaron con collares de turquesas y zarcillos de tortuga, además de pulseras y buenas sayas.