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Timas (Timaje).

Hijo de Zuangua o tío de Zinzicha o un principal al que Zinzicha llamaba tío.

Timas es un personaje importante y decisivo en los eventos relacionados con la conquista española de Michoacán. Era pariente y consejero de Zinzicha cuando llegaron los españoles. Se le puede considerar la contraparte de don Pedro Cuyniarangari por sus opiniones y reacciones opuestas acerca de los conquistadores.

Es difícil establecer el parentesco de Timas con Zinzicha. En una de las listas de hijos de Zuangua (f. 38 v) se menciona un Timas y en otra (f. 138 v) se le llama Timaje. Se deduce que Timas y Timaje son el mismo personaje porque se dice que Zinzicha mató a cuatro de sus hermanos persuadido por su hermano Timaje, quien le dijo que se querían apropiar del señorío; un asunto que se narra con más amplitud en otra parte (f. 43 v) y en el cual el personaje susodicho se llama Timas. Sin embargo, en esta ocasión el autor de la Relación no se refiere a él como hermano de Zinzicha sino simplemente como un principal; y en otra ocasión (f. 44 v) aclara que Zinzicha lo llamaba tío pero que era sólo un principal con mucho mando (aunque podría ser que este Timas fuera otra persona).

En todo caso, las intrigas de Timas reflejan los conflictos internos que existían en el gobierno tarasco a la llegada de los españoles, los cuales se incrementaron tal vez por la inesperada muerte de Zuangua (quien murió de viruela aunque ya era muy viejo), el problema de la sucesión y la inminente llegada de los españoles. Si efectivamente Timas era hijo de Zuangua, cabe la posibilidad de que fuera uno de los candidatos para sucederlo y que, al ser elegido Zinzicha, tuviera conflictos con él (a veces los señores elegían a su sucesor antes de su muerte pero Zuangua no lo había hecho). Quizás Timas tenía oscuras intenciones al convencer a Zinzicha para que matara a cuatro de sus hermanos o, quizás, realmente trataba de protegerlo. Pero cualquiera que sea la interpretación, debe tomarse en cuenta que la Relación recogió solamente la versión de don Pedro Cuyniarangari quien tuvo enfrentamientos directos con Timas y fue el encargado de matarlo por órdenes de Zinzicha como se dirá enseguida.

Poco después de asumir el gobierno del reino, Zinzicha recibió la noticia de que los españoles, al mando de Cristóbal de Olid, habían llegado a Taximaroa. Entonces llamó a sus consejeros, entre quienes se encontraban Timas, don Pedro Cuyniarangari y su hermano Huizizilzi (después de haber matado a sus hermanos, Zinzicha lamentaba haberse quedado solo y posiblemente entonces se hizo de nuevos "hermanos", don Pedro y Huizizilzi, mediante una alianza matrimonial). Zinzicha decidió enfrentar militarmente a los españoles y envió a sus consejeros a reunir gente de guerra por diversos pueblos. Don Pedro fue a Taximaroa y en el camino se encontró a Quezequapare, otro de los consejeros de Zinzicha, quien le comunicó que el pueblo estaba completamente destruido. Don Pedro siguió su camino, lo tomaron los españoles y se entrevistó con Olid, quien lo envió de vuelta con un mensaje para el cazonci. A su regreso don Pedro fue deshaciendo los batallones que se habían preparado para atacar a los españoles siguiendo el consejo de Xanaqua, el intérprete de Oid. Cuando don Pedro llegó a Mechoacan, Zinzicha, inducido por Timas, se estaba preparando para ahogarse en el lago. Entondes don Pedro y Timas tienen el primer enfrentamiento verbal. El primero intenta convencer al cazonci de que los españoles van en son de paz, pero Timas no le cree y argumenta que convertirán a Zinzicha en esclavo por lo cual es preferible morir. Don Pedro, como prueba de las malas intenciones de Timas, hace notar al cazonci que éste y los demás principales que quieren que se ahogue han tomado sus mantas y joyas y le propone que se esconda mientras él mismo y su hermano Huizizilzi esperan a los españoles, arriesgándose a morir si fuere necesario. Finalmente, Zinzicha decide seguir la sugerencia de don Pedro, se escabulle por detrás de su casa con sus mujeres y se va primero a un monte y después a Uruapan, a donde lo siguen Timas y los otros principales. Allá Timas intenta hacerlo huir aún más lejos, pero Zinzicha decide esperar las noticias de don Pedro y Huizizilzi que permanecen en Mechoacan para recibir a los españoles.

Don Pedro y Huizizilzi junto con otros caciques y señores reciben, efectivamente, al ejército de Olid y no sin cierto recelo se entregan pacíficamente. Luego don Pedro va a México con las primeras cargas de oro y plata para Cortés. Mientras está allá, Cortés recibe la noticia de que Zinzicha no ha muerto (los tarascos le habían hecho creer a Olid que el cazonci sí se había ahogado en el lago), don Pedro siente temor creyendo que Cortés lo matará por haber mentido, se justifica diciendo que él no sabía que Zinzicha estaba vivo y Cortés, tranquilizándolo, lo envía de vuelta a Michoacán con un mensaje para el cazonci. Mientras tanto, Huizizilzi, acompañado por dos españoles, va a Uruapan por Zizicha. Entonces éste reconoce que Timas y los principales que lo convencieron de huir tienen "rencor" contra él y que "de verdad" no son sus parientes. Zinzicha se encuentra con don Pedro en Pátzcuaro, quien le reitera que los españoles están "alegres", que no le harán daño y que Cortés lo quiere ver en México. Zinzicha no parece confiar mucho en don Pedro y temeroso va a México creyendo que es una trampa y que allá lo matarán. Sin embargo Cortés lo recibe bien, aunque amenazadoramente pues lo lleva a ver a Cuauhtemoc a quien mantienen preso y le habían quemado los pies, y le dice que a partir de entonces los tributos que reciba serán para los españoles.

Zinzicha regresa más o menos contento (jugando patoli) a Michoacán y aparentemente sigue gobernando. Entre otras cosas, le ordena a don Pedro ir a matar a Timas y a los demás principales que quisieron matarlo. Don Pedro encuentra a Timas en Capacuero, donde se había refugiado. Supuestamente estaba borracho y ataviado con collares de turquesas, orejeras de oro, su guirnalda de hilo en la cabeza y cascabeles de oro en las piernas. En tono burlón, Timas le dice: "¿por qué viniste tú? ¿Eres tu valiente hombre? Peleemos entrambos. ¿Con qué pelearemos, con arcos y flechas o con porras? [...] "qué, ¿eres muy valiente hombre? ¿dónde estuviste tú en el peligro de las batallas donde pelean enemigos con enemigos? ¿Dónde mataste tú, allí, alguno? ¿a qué veniste tú?". Luego dice que no es necesario que lo maten pues él mismo se ahoracará al día siguiente y acusa a don Pedro y a su gente de ser codiciosos y avarientos. Don Pedro se defiende argumentando que él no ha robado a nadie y que en cambio Timas si robo al cazonci y a sus hermanos y que mató a todos los señores (refiriéndse al parecer a los otros hermanos de Zinzicha). Entonces Timas entra a su casa y se prepara para morir. Le avisa a sus mujeres, queman mucho hilo para llevarse a la tumba y matan a una de sus mujeres para que lo acompañe. Luego le ofrece vino a don Pedro pero éste lo tira y Timas enojado pregunta: "¿por qué lo derramaste? ¿qué tenía?". Don Pedro, enojado también, le contesta: "¿vínete yo, por ventura, a visitar para que me dieses a beber? Yo hambre tengo y no sed". Timas nuevamente en tono de burla le dice a don Pedro: "¿quién no sabe que eres valiente hombre y que conquistaste a Çacatula?". Don Pedro, efectivamente, había ido a Zacatula con dieciseis mil hombre y dos españoles cumpliendo el encargo de Cortés de llevar unas anclas y, quizás, sí había colaborado en la conquista del lugar pues en la misma Relación se comenta que llegando allá los españoles le habían pedido que se ataviara con collares y penachos para que lo vieran los de Zacatula (tal vez para amedrentarlos). En todo caso, don Pedro niega su papel en la conquista de Zacatula y le da todo el crédito a los españoles: "burlas en lo que dices que conquisté yo a Çacatula --le contesta a Timas-- ¿No la conquistaron los españoles?". Después de esta conversación, don Pedro mata a Timas golpeándolo con unas porras en la cabeza. La gente que acompañaba a don Pedro saquea la casa de Timas y le quitan las mantas a sus mujeres como se acostumbraba, pero don Pedro hace que se las regresen y dice a las mujeres (que querían morir para acompañar a su señor) que no les harán daño. Sin embargo, sí toman toda la "hacienda" de Timas a quien entierran allí en Capacuero. Luego capturan a los otros principales (que al perecer habían huido tras la muerte de Timas), los matan y también les quitan sus bienes.