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Zuangua 2.
Señor de Michoacán, hijo de Zizispandaquare, padre de Zinzincha.
Zuangua fue el penúltimo cazonci de Michoacán. Murió de viruela antes de que los primeros españoles entraran a Michoacán. La Relación no proporciona mucha información sobre su vida anterior a la conquista española. De manera ambigua se dice que "ensanchó" mucho el señorío y que, durante su reinado o el de su padre Zizispandaquare, los tarascos conquistaron Tamazula, Zapotlán y los pueblos Dábalos en el actual Jalisco. Además se especifica que los españoles encontraron en una casa de Mechuacan diez arcas, cada una con 200 rodelas de plata no muy fina, 4600 plumajes y diez jubones de plumas que Zuangua habia puesto allí. En Janitzio también encontraron ocho arcas con cientos de rodelas, mitras y unas "como tortas redondas" de plata que Zuangua había puesto allí dedicadas a la luna.
Supuestamente antes de 1519 Zuangua recibió noticias de que llegarían los conquistadores españoles. Por una parte, una mujer de Ucareo, poseida por la diosa Cuerauaperi, presenció un concilio de los dioses en el cual se les anunció que pronto serían destruidos. La mujer comunicó el mensaje a los sacerdotes de Cuerauaperi que habitaban en Zinapequaro y éstos, a su vez, le dieron la noticia a Zuangua. Por otra parte, un caimán le transmitió un mensaje similar a un pescador de tierra caliente para que se lo hiciera saber a Zuangua. Éste parecía saber incluso los detalles de su futuro inmediato y cuál sería el destino de su sucesor porque cuando recibió a los sacerdotes de Zinapequaro predijo que, aunque sería rey todavía por algún tiempo, moriría antes de la llegada de los españoles ("yo no lo oiré, que primero moriré") y que su hijo sería "maltratado" durante cuatro años, después de los cuales se "sosegaría" el señorío (f. 38 v). En ese momento, sin embargo, no sabía todavía cuál de sus hijos sería señor.
Tiempo después, siendo ya muy viejo, Zuangua recibió la visita de diez mensajeros mexicanos enviados por Moctezuma quienes le contaron cómo habían sido atacados por los españoles y le pidieron ayuda para acabar con ellos. Específicamente los mexicanos querían que los hijos de Zuangua fueran a México con su gente de guerra; Zuangua argumentó que no podían ir en ese momento porque estaban conquistando en otra parte (lo cual al parecer era mentira, pues por lo menos algunos de sus hijos se encontraban allí, disfrazados porque pensaron que los mexicanos iban por ellos), pero mandó a cuatro intérpretes a México para qué averiguaran si era verdad lo que decían los mensajeros y, en general, para saber exactamente qué estaba pasando. Pensando que era una trampa de los mexicanos mandó, además, un contingente de guerreros por otro camino. Poco después recibió la noticia de que en Taximaroa habían cautivado a tres otomíes que, huyendo de México, buscaban el amparo del cazonci y que relataron cómo había sido destruida la ciudad de Tenochtitlan.
Desconcertados por las noticias, Zuangua y sus consejeros buscaron diversas explicaciones de lo que estaba sucediendo. El cazonci recordó que en tiempos de su tío Ticatame los dioses tiripemencha habían anunciado que Cuyacan (Ihuatzio) sería destruido; los sacerdotes, preguntándose qué clase de seres eran los caballos, recordaron el mito del dios Cupanzieeri que se había convertido en un venado con crin; y todos, con miedo, trataban de entender qué pasaba. Finalmente regresaron los intérpretes que habían ido a México y le contaron a Zuangua cómo los habían recibido los mexicanos, lo que habían visto y cómo querían que los tarascos les ayudaran a pelear contra los españoles. Pero Zuangua decidió no ayudarlos y, en cambio, exigió a su gente que llevara más leña a los templos para aplacar la ira de los dioses.
Poco después, Zuangua murió víctima de la primera epidemia de viruela que se propagó en la Nueva España. Como su padre, Zizispandaquare, y su abuelo, Tangaxoan, fue enterrado en Mechuacan (Tzintzuntzan). Zuangua dejó varios hijos: Tangaxoan o Zinzicha, el mayor, Tirimarasco, Acinche o Hazinche, Cuini, Chacinisti, Aconsti, Sirangua, Timas o Timaje, Taquiani, Patamu, Chuysico y muchas hijas.