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Hurendequavecara (Vrendequabecara, Vrendequavecara).

Dios de Curinguaro

Hurendequavecara era uno de los hermanos de Curicaueri ( "que fueron engendrados juntos", dice Chanshori) posiblemente de los llamados Tiripemencha. Originalmente debe haber sido uno de los dioses de los chichimecas que se asentaron en Vayameo (desde tiempos de Sicuirancha), pero tras el agüero de las culebras Tarepecha Chanshori lo llevó a Curinguaro y por lo mismo aparece siempre como dios de dicho lugar.

Se le ataviaba con mantas, con penachos de plumas de diversos colores (verdes, rojas, blancas, amarillas) de papagayos y de otras aves, con collares de turquesa y de otras piedras preciosas, con collares hechos de huesos de peces del mar y de oro y plata, y con cascabeles de cobre.

Se le hacían ofrendas de maíz y frijol (los cuales se guardaban en unas trojes), de vino (pulque quizás), de pescado (por lo menos en alguna ocasión los de Curinguaro le sugieren a los isleños de Xaraquaro que pueden llevar ofrendas de pescado para Hurendequavecara), se sacrificaban venados para él (al menos una vez Tariacuri le ofrece un venado, pero se hace notar que los de Curinguaro no sabían desollar animales) y humanos (cuando los de Curinguaro expulsan a Tariacuri de Hoataro pexo sacrifican a los esclavos capturados por éste para Hurendequavecara). Tariacuri le dice a su hijo Curatame, quien había nacido en Curinguaro, que le lleve leña a Hurendequavecara pero no está claro si normalmente se le llevaba leña o si es algo que sólo decide hacer Tariacuri.

Al igual que Curicaueri, el dios Hurendequavecara se guardaba en una troje. Y parece haber estado asociado al color rojo porque los guerreros de Curinguaro, cuando expulsan a Tariacuri de Hoataro pexo, pintan los templos de "blanquebol" (color rojo), como acostumbraban hacer con los templos de Hurendequavecara, y "enalmagraron" (es decir también pintaron de color rojo) las casas de los papas.

Existe la remota posibilidad de que Hurendequavecara estuviera asociado al planeta Venus. El único indicio para establecer tal asociación es la oración que se hacía al dios del fuego en las ceremonias de la guerra, en la cual se le pedía a Hurendequavecara, "dios del lucero", que recibiera los "olores" (pelotillas de tabaco) que se quemaban en tal ocasión. Posiblemente también el que "nombran primeramente mañana de oro" y el que tiene "la cara bermeja", enlistados en la misma oración, sean referencias a Hurendequavecara, aunque más bien parece que se trata de otros dioses.

Es probable que cuando Hiripan, Tangaxoan e Hiquingaje conquistaron Curinguaro, el dios Hurendequavecara se haya incorporado al panteón general tarasco. Por lo menos él fue uno de los dioses que, junto con Curicaueri, Xaratanga y Querenda angapeti, trataron de contradecir a la diosa Cuerauaperi cuando ésta anunció que llegarían otros hombres a la tierra (refiriéndose a los españoles).