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Folio  2
a Blibia. Vínome, pues, un deseo natural como a los otros, de querer investigar entre estos nuevos cristianos: qué era la vida que tenían en su infidilidad, qué era su creencia, cuáles eran sus costum  

Folio  2 v
a daría favor a mi deseo, y por hacelle algún servicio, aunque balbuciendo de poner la mano para escrebir algo por relación de los más viejos y antiguos desta Provincia, por mostrar a v[uestr]a Señorí  

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es y todos se llegan con tanta confianza a la presencia de v[uestra] S[eñorí]a que, quitando sus recreaciones y pasatiempos de señor, da audiencia todo el día hasta la noche a unos y a otros, que aun  

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elidad, porque por la menor desobediencia que tenían a sus señores les costaban las vidas y eran sacrificados, y lo que no podían acabar con tanta regurosidad, que les fuesen obedientes, alcanza ahora  

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orrado].[borrado] v[uestra] S[eñorí]a haga pues enmendar y corregir y favorezca esta escritura, pues se empezó en su nombre y por su mandamiento, porque esta lengua y estilo parezca bien a  

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a caza de patos y codornices llamado curú hapindi, éste recogía todas estas dichas aves para los sacrificios de la diosa Xarátanga, que se sacrificaban en sus fiestas, y después toda esta caza comía e  

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de la fiesta señalaban en los pechos, los sacerdotes, dos esclavos o delincuentes que habían de sacrificar el día de la fiesta. Y el día de la fiesta bailaban los dichos bailadores con sus rodelas de  

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echaban aquella sangre en las dichas fuentes. Después de hecho el sacrificio, salían aquellos dos llamados hauripicípecha, que quiere decir quitadores de cabellos, y and  

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bre de aquel dios que llevaban a cuestas.Había otros sacerdotes llamados axámencha, que eran los sacrificadores, y desta dinidad era el caçonçi y los señores, y eran tenidos en mucho.Había otros llama  

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echaban en la piedra del sacrificio. Había uno diputado sobre todos éstos.Había otros llamados paçáriecha, que eran los sacrista  

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asa, que se ponía en unas trojes.Sus hijos tenían sus casas, cada uno por sí, desde que los daba a criar. Y llegábanse los parientes de aquella mujer, cuyo era el hijo, y hacíanle sementeras y mantas;  

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ella leña en grandes rimeros en el patio. Entonces un sacerdote llamado hirípati, y cinco de los sacrificadores y cinco de otros sacerdotes llamados cúritiecha, hacían unas pelotillas de olores, en un  

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poníanse a las puertas de aquellas casas los sacrificadores y colgaban allí sus calabazas, a las entradas de las puertas, y iban los sacerdotes que  

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ban de aquellas pelotillas de olores y plumas de águilas y dos flechas ensangrentadas y entraban secretamente en los pueblos y ascondíanlo en algunas sementeras, o cabe la casa del señor, o cabe el cu  

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ués metíanlos en una cárcel llamada curúzequaro, donde estaban hasta la fiesta que los habían de sacrificar. Esta manera susodicha tenían en sus entradas.[ V ]COMO DESTRUIAN O COMBATIAN LOS PUEBLOS[ L  

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n miedo grande en los enemigos. Y traían todos estos cativos a la cibdad de Mechuacan, donde los sacrificaban en los qúes de Curícaberi y Xarátanga, y los otros dioses que tenían allí en la cibdad y p  

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unas, y contábanlos y apartaban todos los viejos y viejas y niños y los heridos de las flechas y sacrificábanlos como está dicho. E tenían puestas guardas por todos los caminos y sendas y allí quitaba  

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o a los otros principales que mandaba matar, y mandaba matar también sus ayos y amas que le habían criado, y los criados, porque ellos le habían mostrado aquellas costumbres.Mandaba matar los adúltero  

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es y collares de turquesas, que eran las insinias de señor, que le había dado el cazonçi cuando le criaban señor. Y como traían aquellas joyas, llevabánlas e poníanlas con las joyas del cazonçi y decí  

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s nuestra hija y nuestra señora, como es nos dada por mujer. No es dada por mujer, mas para que la criemos y que seamos ayos della. Ya os he oído, plega a los dioses que le podamos servir al rey, sien  

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o os ponga nadie la porra, con que matan, encima los pescuezos y no os cubran de piedras por algún crimen". Y decía a la mujer: "mira, que no os hallen en el camino hablando con algún varón, que os pr  

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ra la vida que habían de tener adelante, y después se juntaban en uno. Si era señora, hacían a sus criadas que los cubriesen a entrambos. Si era mujer de baja suerte, decía el marido a su mujer que le  

Folio  28 v
aquel mancebo, para casarse con aquella moza. Creían entonces sus padres della que la había conoscido y reprendían la hija por lo que había hecho y  

Folio  29
nse todos, agora, con aquellas que conoscieron doncellas en su tiempo. Otros se casaron después de cristianos, siendo la una parte fieles y la otra no, y después bautizóse la otra parte y quedáronse c  

Folio  29 v
se prometió a otra casamiento y tuvo cópula con ella, murió su mujer, no se puede casar después de cristiano con la que prometió.Uno se casó en su infelilidad con una mujer y murió. Dejó una hermana,  

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un bailador y un tañedor de sus atabales y un carpintero de sus atambores. Y querían ir otros sus criados y no los dejaban ir. Decían que habían comido su pan y que quizá no los tractaría como él, el  

Folio  32 v
re de la gente?, ¿quién la tendrá en cargo? Señor, prueba a sello, que ya eres de edad y tienes discreción". Y estaban cinco días hablando sobre esto, y emportunando que lo acetase. Y aceptaba y decía  

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e han cortado, y los olores que han echado los sacerdotes en los fuegos para las oraciones y los sacrificadores? ¿hánse de perder todo esto? Pues han llamado la diosa Cuerábaperi y los dioses celestes  

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asentado y rey, en lugar de su dios Curícaberi. Y hacía sacrificio a sus dioses de aquellos cativos que habían traído de las entradas. Y hacía mercedes a todos  

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y aquél se lo hacía saber al cazonçi. Decía, que a los pobres que habían traído leña y se habían sacrificado las orejas, les aparescían en sueños sus dioses y les decían qué habían dicho: que les darí  

Folio  36 v
esta gente que [to]dos sus dioses entraban muchas veces en sus casas y tomaban la gente para sus sacrificios. Pues llevó esta diosa aquella mujer un rato, hacia el camino de México, allí en el dicho p  

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estaban allá, los dioses, y probaron de contradecir los pobres a la madre Cuerávaperi, y no fueron creídos lo que querían hablar y fueron rechazadas sus palabras y no les quisieron recibir lo que quer  

Folio  37 v
aquí, cuando estábamos muy prósperos. Quebrá por todas las partes las tinajas de vino, dejá los sacrificios de hombres y no traigáis más con vosotros ofrendas, que de aquí adelante no ha de ser ansí.  

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al rey; no pienso que le placerá dello, ¿cómo, no os descuartizará vivos?, ¿cómo, no os sacrificará? Aparejaos a sufrir. Yo no quiero ir por agora a la guerra mas estarme aquí, porque no me m  

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ue el dios llamado Cúpanzieeri jugó con otro dios a la pelota, llamado Achuri hirepe, y ganóle y sacrificóle en un pueblo llamado Xacona y dejó su mujer preñada de Sirátatápezi, su hijo, y nació y tom  

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estas nuevas a vuestro señor y decidle que le rogamos mucho que no quiebre nuestras palabras; que crea esto que le decimos, que tenemos de nuestros dioses, que nos han dicho que nunca se ha de destru  

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s, nosotros mismos nos venimos a la muerte." Y compusiéronlos como solían componer los cativos y sacrificáronlos en el cu de Curícaberi y de Xarátanga diciendo que iban con su mensaje al cazonçi muert  

Folio  43 v
rte mandó que ningún mercader ni otro señor comprase aquellos plumajes. Y compráronlos todos los sacristanes y guardas de los dioses, con las mantas que tenían los dioses diputadas para  

Folio  44
y gente delante para que viniesen de paz los señores de Colima, donde quedaban los españoles. Y sacrificáronlos allá a todos, que no volvió ninguno, y los españoles desconfiados de su venida y de esp  

Folio  44 v
stán los matalçingas y otomies y bétama y cuytlatecas y éscomaecha y chíchimecas, que todos estos acrecientan las flechas a nuestro dios Curícaveri. ¿Para qué están ahí, sino para esto? Aparéjese a su  

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o de los españoles y mexicanos, por la tarde. Y luego por la mañana le llevaron delante el capitán Cristóbal de Olí y hizo llamar un navatlato o intérpetre de la lengua de Mechuacan, y vino el intérpe  

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Taximaroa. Y díjole Cristóbal de Olí: "dí al cazonçi que no haya miedo, que no le haremos mal." Y fuéronse a oír misa los  

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Llegó pues don Pedro a la cibdad de Mechuacan y halló toda la gente de guerra y todos los criados del cazonçi a punto que querían ir con él, que se quería ahogar en la laguna, por inducimient  

Folio  47 v
a y llamábanle aquellos principales y decíanle: "señor, vamos, sal acá". Y el cazonçi hizo hacer secretamente un portillo en una pared de su casa, que salía al camino, y tomó todas sus mujeres, que er  

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ien está, bien está, vamos, que llegar tenemos a la cibdad". Y antes que llegasen los españoles, sacrificaron los de Mechuacan ochocientos esclavos de los que tenían escarcelados, porque no se les huy  

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mu, en ancho y en los qúes; questaban las entradas de los qúes y las gradas llenas de sangre del sacrificio que habían hecho. Y aún estaban por allí muchos cuerpos de los sacrificados. Y llegábanse lo  

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ez arcas de plata fina en rodelas, en cada arca doscientas rodelas y mitras para los cativos que sacrificaban, y mil e seiscientos plumajes verdes Curícaberi; otros tantos la diosa Xarátanga y otro su  

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ronles que no les hiciesen mal, que suyo era aquello, de aquellos dioses que lo llevaban. Sabiendo Cristóbal de Olí de aquellas arcas, hízolas sacar fuera y lleváronlas a las casas de los papas, dond  

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cieron ochenta cargas de aquel oro, de rodelas y mitras, y lleváronlo de noche a la cibdad. Y dijo Cristóbal de Olí al cazonçi: "¿por qué das tan poco?, trae más, que mucho oro tienes, ¿para qué lo qu  

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ida, di esto que dices, allá, después que hayas llegado y no aquí, y allá verás si mentimos y allá crearás lo que te dijimos." Y llegó a Cuyacan, donde estaba el Marqués, y holgóse mucho con él y resc  

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lo. Y llevaron las áncoras y volvióse a Mechuacan con mucho cacao que le dieron los españoles para Cristóbal de Olí. Luego, como vino don Pedro, llamóle el cazonçi y díjole: "ven acá ¿qué haremos de a  

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indios de Mechuacan iban a la guerra con sus dioses, vestidos como ellos solían en su tiempo, y sacrificaron muchos de aquellos indios y no les decían nada los españoles. Y volvieron los españoles y  

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y sombreros. Y después, andando el tiempo, los llamaron cristianos. Decían que habían venido del cielo, los vestidos que traían decían que eran pellejos de h  

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mucho esto, y aún agora, aún no sé si lo acaban de creer que tuvieron madres. Cuando decían misa, decían que miraban en el agua, que eran hechiceros. No  

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uacan y todavía tenían reconoscimiento los señores de los pueblos que era su señor, y le sirvían secretamente. Invió el señor Marqués a la cibdad un hombre de bien llamado Cayzedo, que tuviese en carg  

Folio  55
tes?". Díjole el cazonçi: "porque nos lo pidieron como agora tú." Díjole Nuño de Guzmán: "¿por qué creístes a Tapia?". Díjole el cazonçi: "también irá don Pedro y entenderá en buscar si ha quedado alg  

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de plata, y lleváronlo a México y mostráronlo al navatlato Pilar, como les tenía mandado, y tomó secretamente cien rodelas de oro y ciento de plata, y dijéronle los prencipales: "señor, ¿qué haremos?,  

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plata y lunetas de oro y orejeras y brazaletes. Y lleváronlo a México y el nabatlato Pilar tomó secretamente, sin que lo viese Guzmán, como solía, cien joyas de aquellas, entre brazaletes de oro y lu  

Folio  56 v
mo tengo de quebrar tus palabras? Sea como quieres. Bueno es eso que dices." Dijo el cazonçi a sus criados: "id a decir a los viejos y a mis mujeres que ya no me verán más, que las consuelen los viejo  

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fray Martín que era guardián en la dicha cibdad, que se lo hicieron saber los muchachos, y tomó un crucifijo y vino a la casa de don Pedro y los españoles que les estaban dando tormento dejáronlos y e  

Folio  57 v
s herbazales, a la ribera del río y empezáronle a pregunctar y decir: "muestra los pellejos de los cristianos que tienes; si no los haces traer aquí, [a]quí te tenemos de matar. Si los hicieres traer  

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éronle garrote y ahogáronle y ansí murió. Y pusieron en rededor dél mucha leña y quemáronle. Y sus criados andaban cogendo por allí las cenizas, y hízolas  

Folio  58 v
echar Guzmán en el río. Y echó a huir la gente por su muerte, de miedo. Todavía algunos criados suyos trujeron de aquellas cenizas y las enterraron en dos partes: en Pázquaro y en otra part  

Folio  59
Y vieron alli los cuerpos de los sacrificados y destruyó aquel pueblo. Y allí creyó quel cazonçi no había puesto gente de guerra, ni hal  

Folio  61 v
a otros esclavos desobedientes que no querían servir a sus amos, y a los esclavos que dejaban de sacrificar en sus fiestas. A todos estos susodichos llamaban vázcata y, si cuatro veces habían hecho d  

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crificio, y habían quitado de allí una argolla de oro y una soga como sueltas que le dieron en el cie  

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"verdad dices: esto andamos nosotros también a buscar. Hacemos un día flechas y otro día vamos a recrear al campo, a caza, y no la tomamos para nosotros, mas los venados que ctomamos, mas con ellos da  

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Señores; esta misma es; mirá cuán chequita es". Respondieron ellos: "no hace al caso: ¿cómo, no se criará? ¿Querémosla agora de presto?, para adelante decimos. Ve y torna a pasar la laguna. Sépalo qui  

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ron a Curícaueri y viniéronse a morar a un lugar llamado Tarímichúndiro, barrio de Pázquaro y allí creció la mochacha y casóse con ella Pauácume, el hermano menor, y hízose preñada la moza de la lagun  

Folio  71 v
y trairémoslos aquí a las islas y casaríamoslos con ellas. Y el uno, de aquellos señores, sería sacrificador, aquí a la orilla en este cu; y el otro, sería sacerdote en Quacari xangatien y sacrificar  

Folio  72
el monte todos ellos, hechos vagamundos, con sus arcos largos en las manos? ¿Cómo no tienen discreción ellos que son isleños?, ¿cómo no han de tener hijos?, ¿cómo ha de ser un cuarto isleño y otr  

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renda de leña a los dioses para contra nosotros y el sacerdote eche los olores en el fuego y el sacrificador, para la oración a los dioses para contra nosotros y nosotros también traeremos leña y e  

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n celada a la orilla de la laguna. Y vernán los chichimecas. No dejarán de venir porque no son discretos y ansí los mataremos. Diréisles más a los isleños: que si aquí trujesen su pesquería a Coríngu  

Folio  75 v
ía, mirando los humos de los chichimecas y nunca hacen sino mirar allá y nunca quieren comer. Y no crean que hay en alguna parte peligro como el pasado, cuando nos quisimos flechar, que no supimos cóm  

Folio  76
a en sus arcos y flechas. Esto les irán a decir, ellos vernán, y no dejarán de venir que no son discretos". Esto es lo que les dijeron a los isleños y respondieron ellos: "ciertamente iremos a ellos y  

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aco, no hacían sino amonestalle y avisalle todos tres y diciéndole: "señor Taríacuri, ya tienes descreción: trai leña para los cúes, da de comer leña a Curícaueri, porque te han hecho huérfano los isl  

Folio  77 v
y a la garganta collares de turquesas y plumajes verdes en la cabeza. Trai leña para los cúes y sacrefícate las orejas. Dichoso el que ha de ser rey". Y diciéndole esto asíanle de la oreja, diciéndol  

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i: "Así es la verdad, hermanos. Dad acá ese bolsón". Y diéronsele y sacó de allí una navaja para sacrificar las orejas y díjoles: "mirá, llevad esta navaja. Con ésta daba yo de comer al dios del fuego  

Folio  82 v
y espérele otro al desembarcadero. Y como supiéredes que es desembarcado, empenzaréis a sacrificaros las orejas haciendo grandes aberturas y esparciréis aquella sangre en unas hierbas y en el  

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ros por aquí, hijos?". Dijeron ellos: "ayer hecimos flechas y subimos a este monte esta mañana a recrearnos, y hallamos en este lugar un venado y no le flechamos bien. Mira, que por aquí fué, he aquí  

Folio  83 v
ellos: "dice: paso, paso que me hiriréis". Dijo Taríacuri: "¿por qué lo dice?. Llevadle al cu y sacrificalde".[ XIII ]COMO TARIACURI MANDO COCER A NACA Y LE DIO A COMER A SUS ENEMIGOS[ LAMINA VI ]  

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bre?". Y ellos dirán: "señor, un esclavo era de Taríacuri y juntóse con una mujer suya, y hízole sacrificar; y trujeron un cuarto a tu hermano Quarácuri para que velase y hiciese la salva con él. Y di  

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s ha tratado Taríacuri!. Que estas palabras no fueron de Quarácuri, sino de Taríacuri". Y llamó un criado suyo y díjole: "ven acá, Vyyana. Toma gente y ve a Bacánabaro, que está allí gente de los chic  

Folio  86 v
otras mujeres a esta señora: "mira qué artera eres. Dices que eres mujer de Carícaten. Mira qué discreta eres. Tú, por ventura, ¿piensas o sientes a quien tienes por marido? Que un chichimeca se junta  

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shonrólos y díjoles: "¿quién os dijo que trujesedes sus hermanas? ¡Llevadlas al cu de Purúaten y sacrificaldas y echaldas en la laguna a las bellacas, malas mujeres! Sabiéndolo Taríacuri, sintiólo muc  

Folio  88 v
n fuego que se alzó una gran llama y humo cabe la troj del dios Vréndequavécara de Corínguaro, y sacrificaron aquel venado al pie de la troj y atáronle y pusiéronsele a las espaldas. Y ya había rato q  

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ara. Y por esto sólo vine a entrar en tu casa, por el venado que tomamos cabe Zirýnbaro. Allí le sacrifiqué y por esto vine acá". Díjole su suegro: "bebe, que yo te quiero dar a beber". Dijo Taríacuri  

Folio  90 v
Pasándose algunos días, por una fiesta de Purécotaquaro, fué Taríacuri con los suyos al sacrificio de las orejas que se hacía por aquel tiempo. Queriendo ir no sé a qué parte a holgar, sacaro  

Folio  91
or el mucho desconcierto que tengo en bebello. Bebé, que yo os escanciaré". Y dábales a beber. Y secretamente hizo liar las hachas para ir al monte y secretamente las sacaron de casa. A la tarde despe  

Folio  92
ue estaba cerca y con más poder, que no él. Pues los adúlteros, yéndose a su casa, por el camino sacrificáronse las orejas, que se hicieron grandes aberturas en ellas y hendiéronselas como solían hace  

Folio  92 v
todo lo demás que su hija le había dicho antes y de la misma manera se lo contaron, y por eso lo creyó el señor de Corýnguaro, por lo que le había dicho su hija. Y dijo: "verdad es que Taríacuri hab  

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selo, y púsoselo delante; y tomó las poleadas y bibióselas de presto y comió. Entre tanto, su tía, cruzando las manos de miedo, decía entre sí: "ay, ¿qué le diré? No sé qué me haga, como es verdad que  

Folio  94
". Y díjole Taríacuri : "póntelo, hermano". Y díjole Zurunban : "póngome ahora este color porque sacrifiqué unos malhechores llamados vázcata para que vayan sus ánimas con las ofrendas a la madre Cuer  

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tortugas y atabales, y tu vino concertado. Y el sacerdote llamado Curiti echaría los olores y el sacrificador, para hacer oración a los dioses para tomar cativos en la guerra. Y velarías siquiera dos  

Folio  96 v
frenta nos ha hecho tan grande". Y dijo a su gente: "Taríacuri, la tierra que tiene no es suya". Y crió sacerdotes. Y tomó algunas mantas de los atavíos de su dios Huréndequavécara y compusiéronse los  

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la casa de los papas enalmagraron. Y tomaron los esclavos que tenían para el sacrificio de Curícaueri y sacrificáronlos a Huréndequavécara. Y levantáronse de allí todos los chichim  

Folio  97 v
u, y después iba un arroyo de sangre por el patio. Y pusieron en unos varales las cabezas de los sacrificados, que hacían gran sombra. Y dijo Taríacuri: "vení acá, viejos". Y díjoles: "si mi mujer,  

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aos; y pedí las pledras de moler y las ollas y todas las alhajas y escojed los viejos y viejas y sacrificaldos, para hacello saber a los dioses". Y rescatáronse, y escojeron los viejos e viejas y sacr  

Folio  102 v
muy hermosos y tienen una hermana muy hermosa. Traedlos aquí, y el uno será sacerdote y el otro sacrificador y su hermana hará ofrendas para Curícaueri". Y como fueron allá los viejos, escondiólo su  

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ngáxoan, y como trujesen leña a los cúes de Pázquaro, ponían la leña a la puerta donde estaba el sacrificador, el cual dormía a la sazón, y tomaron unos cañutos de sahumerios y fuéronse a su casa. El  

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or y yo me saldré desta casa donde estoy". Y estando allí nunca hacía sino beber y las amas que le criaron revolviéronle con su padre, porque les sabía bien el vino y lo te-  

Folio  106
en vino cuando quieren, que hay allí maguéis". Y como le dijesen estas sus amas, esto todo el día, creyólas. Y siendo una fiesta de Purécotáquaro, a la tarde de la fiesta, entró en su fiesta Taríacuri  

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comida muy mayor cosa es. ¿Quién se podrá sufrir sin comer? Que todo esto es como leche con que se crían los hombres. ¿Quién se podrá sufrir un día y una noche sin comer? ¿Quién podrá dormir? Aunque s  

Folio  109
na parte y Tangáxoan en otra y mi hijo menor llamado Hiquíngaje en otra parte". Y a la sazón era sacrificador Hiquíngaje, hijo de Taríacuri. Y el viejo, asiéndoles de la oreja les empenzó a decir a su  

Folio  110
sino porque te dieron en Corínguaro una señora y por eso los partes los que tomas. Aquí también sacrifican y no se seca la sangre de los sacrificados, que de contino está reciente, porque de contino  

Folio  110 v
ar el baile llamado] común y empienza a bailar con ellos aquel baile llamado zizique varaqua. El sacrificador, considerando esto, él que tenía también ensinias de sacerdote: una calabaza a las espalda  

Folio  111 v
beber otro, sino él. Y el atabalero llamado Zizanba lo bebe y anda borracho por su casa, y otro sacrificador. Allí tampoco en Cumachen, habrá señor. Buscad, hijos, petacas para echar los despojos que  

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iendan en las guerras? ¿Por qué no entienden sus hijos? Estos agüeros tienen en Çacapu porque no sacrificaban aquella vieja y la descuartizaban y la echaban en el río. Allí tampoco en Çacapu ha de hab  

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untara con alguna mujer?". Esto hacía aquella mujer. ¡Pluguiera a los dioses que la tomaran y la sacrificaran sus hermanos y la echaran en el río! Por esto no ha de haber señor en Taríaran donde está  

Folio  116
cavaba la tierra a la ribera de la laguna, en tierra temprana. Y sembraron allí maíz y frísoles, y crióse: y hizo sus cañas el maíz y los frísoles sus vainas. Y buscaron conejos y pájaros y venados y  

Folio  116 v
y Tangáxoan, que estaban sudando de hacer flechas, y tienen las orejas gordas y hinchadas de los sacrificios que habían hecho y de la sangre que habían sacado dellas. Y saludaron a los que enviaba Cur  

Folio  117
cen en una tinaja de vino y que allí se hartará. Y que busque más mujeres. Y vosotros que sois sus criados, buscáselas y entrad de casa en casa y llevadle las que tuvieren grandes muslos y grandes asi  

Folio  117 v
nos mostramos, señor". "Pues ¿qué hay?". Dijeron ellos: "dice vuestro padre que habíades de ser sacrificador". Y dijéronle todo lo que decía su padre. Y oyéndolo Hiquíngaje dijo: "verdad dice mi padr  

Folio  118 v
os tomó? Mochachos mocosos, ¿quién os dijo, id haced cues? ¿Ya los habéis hecho? ¿Qué habéis de sacrificar en ellos? ¿Han de ser algunas mantillas que habéis de poner en la puerta? ¿Es, por ventura,  

Folio  119 v
tes cuando los enterrasen. Y hacíanlo también porque le diese el señor algunos de los suyos para sacrificar en aquellos cúes, que habían hecho sus sobrinos, como se los dió de miedo o por aquella cost  

Folio  120 v
joles Taríacuri: "pues, ¿qué le dejistes?". Respondieron ellos: "no le dejimos nada". Dijo él: "discretos sois. Vení acá y mandaros he lo que habéis de hacer. Estas palabras que oístes, mías son. El s  

Folio  121 v
os de Pacandan y otro de la isla de Xaráquaro, y dicen que no bastan para ellos, quél tiene muchos criados, que deje si quesiere el vino y que se bañe y entre una noche en la casa de los papas y a la  

Folio  122
en una silla en la canoa, con una manta de pluma de patos puesta. Y como llegasen a la ribera, sus criados, pusiéronse a su lado, y así llegó al puerto y saltó de la canoa y saludólos. Y al salir rece  

Folio  123 v
ento de mis baños que se llama Puque hurínguequa que está en medio, donde algunas veces tengo de sacrificar a los dioses de la mano izquierda llamados Vyránbanecha, dioses de tierra caliente. Limpia t  

Folio  125
s partes y que quieren venir contra nosotros. Esto diréis a mis sobrinos y que si no lo quisieren creer, que se abra la puerta por mi pueblo de Yzíparámucu, que yo con mi gente estábamos hechos una c  

Folio  125 v
l señor de Yzíparámucu, saludólos y díjoles: "¿pues qué dicen?". Dijeron los viejos: "señor, no lo creen". Dijo Zinzuni: "basta lo que han hablado: ven acá, tabernero". Y veniendo, díjole: "señor, ¿qu  

Folio  126
lo, y las orejas colgando muy largas y entró en casa de un hijo de Zinzuni, que tenían un hijo que criaba su mujer, y como la vió su mujer, díjole: "entrá, agüela", que ansí dicen a las viejas. Dijo l  

Folio  126 v
tenemos cabezas con nosotros": diciendo que sus enemigos los tomarían e cativarían a todos y los sacrificarían y que sus cabezas pondrían en varales. Y hacían cuenta que los habían tomado. Por eso dic  

Folio  127
s contando desa manera los días, mas traemos leña para los cúes y el sacerdote llamado curí y el sacrificador, toman olores para la oración de los dioses. Dos noches estamos en nuestra vela para mirar  

Folio  129
señor de Cumanchen, que es muy creíble como mochacho, quél será con nosotros y se juntará con [n]osotros. Y si no bastare con esta a  

Folio  129 v
os: "padre, no los posimos nosotros; cómo, ¿no los posiste tú?". Díjoles Taríacuri: "sí, hijos, discretos fuistes en no deshacellos. Oídme, hijos: mira, Hirepan, ansí ha de haber tres señores. Tú esta  

Folio  130
curi, y diéronles a todos de comer y escogeron los que habían de guardar en la cárcel para estos sacrificios. Y desataron al viejo llamado Parengua, el mayordomo de Hiuacha, y fueron él y su hermano d  

Folio  130 v
s compuestos. Y Taríacuri estaba asentado en una silla a la entrada de las casas de los papas. Y sacrificaron a todos aquellos cativos. Y un día entero no hecieron sino sacrificar. Y tenían al cuello  

Folio  131
s hombres y no los pudieron vencer y apartáronse a medio día. Y viendo esto Hiripan y Tangáxoan, sacrificáronse las orejas, y toda la gente, por podellos vencer. Y avergonzábanse unos a otros porque n  

Folio  132
ara sus cúes y cavá sus sementeras para la guerra y estad a las espaldas dél en sus escuadrones y acrecentá sus arcos y flechas y libradle cuando se viere en necesidad". Y todos respondieron que así l  

Folio  133 v
de nuestra boca, que no os sacrificamos ni comimos. Y mirá que prometistes gran cosa: que haríades las sementeras a nuestro dios C  

Folio  134 v
eran de los malhechores y algunos cativos para sacrificar en la fiesta general de Cuyngo. Y los otros que condenaba a muerte, los achocaban con una po  

Folio  135
sta historia pasada, que cativaron en un pueblo llamado Yzíparámucu y rescatáronle las amas que le criaron, por un plumaje muy rico. Este dicho Tamápucheca yendo una en una entrada a este dicho pueblo  

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iese ir a su pueblo Tamápucheca, trujéronle los atavíos de que se componían los que se habían de sacrificar, y pusiéronle una mitra de plata en la cabeza y diéronle una banderilla de papel en la mano  

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é nada. Ve a Paré xarépetio, llega a la casa de los papas, donde están las mujeres, y entrará el sacrificador a decir la historia de los huesos y empenzarán a cantar. Entonces entrarán las mujeres y e  

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orínguaro. Y cuando llegó era ya media noche y echóse allí a las puertas de los papas y entró el sacrificador a hacer su sermón acostumbrado y empenzaron a cantar con los esclavos y entraron las mujer  

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presto al cielo". Segud la costumbre que solían tener cuando tomaban algud cativo que habían de sacrificar, bailaban con él y decían que aquel baile era para dolerse dél y hacelle ir presto al cielo.