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Folio  6
TENIA Y TIENE ESTA GENTE ENTRE SIDicho se ha en la primera parte, hablando de la historia del dios Curícaberi: cómo los dioses del cielo le dijeron cómo había de ser rey y que había de conquistar toda  

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í, que le servían de caza. Había otro diputado sobre toda la caza de patos y codornices llamado curú hapindi, éste recogía todas estas dichas aves para los sacrificios de la diosa Xarátanga, que se  

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hacía cotaras de cuero para el cazonçi; éste todavía tiene su oficio. Había otro llamado vsquarecuri, diputado sobre todos los plumajeros que labraban de pluma los atavíos de sus dioses y hacían lo  

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cerdote mayor, como obispo, diputado sobre los otros sacerdotes. Llamaban a todos estos sacerdotes curá, que quiere decir abuelo, y todos eran casados y veníanles por linaje estos oficios y sabían las  

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ino[a] las fiestas a bailar con el cazonçi. Estas hacían las ofrendas de mantas y pan para su dios Curícaberi. Decían  

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que eran aquellas mujeres de Curícaveri. En éstas tenía muchos hijos el caçonçi y eran parientas suyas muchas dellas y después cas  

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un sacerdote llamado hirípati, y cinco de los sacrificadores y cinco de otros sacerdotes llamados cúritiecha, hacían unas pelotillas de olores, en una casa que estaba en su casa del cazonçi, y ponían  

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cuyrípecha a echar encienso en los braseros, con la cirimonia y orden que se dijo en la fiesta de Curícaberi de Sicuíndiro. Y hacían todas estas cirimonias porque sus dioses diesen enfermedad en los  

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oses y alférez, y ansí se llegaban donde estaba la traza del pueblo que iban a conquistar, llamada curúzetaro, que era que las espías sabían todas las entradas y salidas de aquel pueblo y los pasos pe  

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raellos delante del caçonçi. Y dábanles a todos de comer y después metíanlos en una cárcel llamada curúzequaro, donde estaban hasta la fiesta que los habían de sacrificar. Esta manera susodicha tenían  

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, otros plumajes de papagayos colorados. Y tomaban los de la cibdad doscientas banderas de su dios Curícaveri, de plumas blancas, y de Cuyacan cuarenta, y de Pázcuaro cuarenta. Y sacaban cuarenta vara  

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llido de Enéani y Çacapu hireti y Vanácace que sois venidos aquí. Ya habemos traído a nuestro dios Curícaveri hasta aquí, puniéndole encima la leña y rama, que le habemos hecho su estrado de rama hast  

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He aquí la traza de los pueblos que se han de conquistar. Esto es lo que le dijeron a nuestro dios Curícaveri cuando le engendraron: que vaya con sus capitanías en orden, de día, y que vaya en medio n  

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nçi, y lo que os dijo el señor de Cuyuacan. E yo apruebo los que os han dicho, porque nuestro dios Curícaveri tiene su señorío en tres partes. Mirá caciques, que no [o]s halláis como de burla en esta  

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ra, poníanse todos los valientes hombres de la Cibdad de Mechuacan y los sacerdotes que llevaban a Curícaberi y a Xarátanga y todos los otros dioses mayores. Y poníanse dos procisiones, de una parte y  

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igos. Y traían todos estos cativos a la cibdad de Mechuacan, donde los sacrificaban en los qúes de Curícaberi y Xarátanga, y los otros dioses que tenían allí en la cibdad y por la Provincia. Y guardab  

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aban desta manera, salíanlos a rescibir y decían: "seamos todos unos y acrecentemos las flechas de Curícaveri, que dicen que son muy liberales los chíchimecas". Y traían un presente de oro y plata al  

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s el más exprimentado y el que era más obidiente. Y llamaba el cazonçi [a] los sacerdotes llamados cúritiecha y decíales: "llevalde al pueblo y contadle la gente que ha de tener en cargo". Y mandábal  

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es". Y respondía: "sea ansí, agüelo, yo me iré". Y iba un sacerdote con él, de los que se llamaban cúritiecha, a metelle en el señorío y dábale mantas el cazonçi y a su mujer naguas. Y llegaban al pue  

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blo divino, y esforzaríamosnos, a veces, y ayudaríamonos en defender en las guerras a nuestro dios Curícaveri. Si vosotros no me ayudáis, ¿qué puedo yo hacer solo? ¿Con quién tengo de estar? Mirá, que  

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s que han traido de la cabecera y cibdad de Mechuacan, donde está el rey, en lugar de nuestro dios Curícaveri. No os arrepintáis de lo que os viniere si no las oís y obedecéis. Mirá que es mancebo el  

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esta gente, y collares de turquesas y muchos zarcillos y llamaba un sacerdote de los que llamaban cúritiecha. Iban otros sacerdotes con él y decía que llevase a tal señor, aquella su hija o hermana o  

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todo rey, el viejo, mas tenían esta costumbre. Pues estaba enfermo el cazonçi viejo y llegábanse a curalle todos sus médicos, que eran muchos, entonces inviaba por médicos de toda la provincia y venía  

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aquellos médicos que le curaban y no le pudieron sanar; uno de aquéllos que le decían novelas; un chocarrero; un tabernero, q  

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aquella gente, que los habían emborrachado primero. Y enterrábanlos detrás del qu de Curícaberi, a las espaldas, con todas aquellas joyas que llevaban, de tres en tres, y de cuatro en cu  

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acuerdo y decían: "¿qué haremos, señores?, ¿cómo ha de quedar disierta esta casa?, ¿ha de quedar escura y de niebla, que no ha de ser frecuentada? Cuando escondimos a nuestro señor y venimos aquí, si  

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como él se asentaba, ayuntábanse en derredor dél todos los señores y caciques, y toda la gente concurría allí y levan-  

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aquí, ya habemos traído y metido en su casa al rey. ¿Cómo había de estar desamparada esta casa y oscura como niebla o anublada? Perdimos a nuestros señor hulano, que murió; agora habemos metido en su  

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riendo, que todo está desierto y oscuro como niebla, por eso decía que [tachado] era costumbre que hobiese mucho humo, que ansí tienen e  

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os sacerdotes que echaban encienso en los braseros, y los correos y los otros sacerdotes llamados cúritiecha y los alférez, que llevaban las banderas en las guerras, y traían toda aquella leña a los  

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los sacerdotes llamados cúritiecha para hacer traer leña para los qúes, y traian toda aquella leña la gente de los pueblos en  

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asentado y rey, en lugar de su dios Curícaberi. Y hacía sacrificio a sus dioses de aquellos cativos que habían traído de las entradas. Y  

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empezó el águila a silbar y a enherizar las plumas y con unos ojos grandes, que decían ser el dios Curícaberi, y salúdala el águila y díjole que fuese bien venida y ella también le saludó y díjole: "s  

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tro dios llamado Curita caheri, que era mensajero de los dioses y llamábanle todos agüelo. Y parescíale aquella mujer  

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Patamu, Chúysico. Todos estos hijos tengo y no sé quién será el que señalará por rey nuestro dios Curícaberi. Aquél oirá todo esto y el pobre no será mucho tiempo señor, porque será maltratado, pobre  

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espondió: "bien está, bien séais venidos, ya habéis hecho saber vuestra embajada a nuestros dioses Curícaveri y Xarátanga, yo no puedo por agora inviar gente, porque tengo nescesidad de esos que habéi  

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abemos oído cosa semejante de nuestros antepasados. Si algo supieron no nos lo hicieron saber Taríacuri y Hirépani y Tangáxoan que fueron señores, que habían de venir otras gentes. ¿De dónde podían ve  

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Curícaberi, y díjole uno. "¿Dónde vas, agüela?"., que ansí decían a las viejas. Respodió la vieja: "s  

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n mis palabras e quiebran la cuenta de la gente de guerra. ¿Cómo no se han de ensañar nuestro dios Curícaveri y la diosa Xarátanga? ¿Cómo, no tiene hijos Curícaveri? Y Xarátanga, ¿no ha parido ninguno  

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imos a la muerte." Y compusiéronlos como solían componer los cativos y sacrificáronlos en el cu de Curícaberi y de Xarátanga diciendo que iban con su mensaje al cazonçi muerto. Decían que les trajeron  

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r, sé rey." ¿Cómo ha de quedar esta casa desierta y anublada? Mirá que daremos pena a nuestro dios Curícaberi. Algunos días haz traer leña para los qúes." Respondió Zinçicha: "no digáis esto, viejos.  

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a y cuytlatecas y éscomaecha y chíchimecas, que todos estos acrecientan las flechas a nuestro dios Curícaveri. ¿Para qué están ahí, sino para esto? Aparéjese a sufrir el cacique, o señor de todos los  

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ngáçeo, questá cerca de Matalcingo, y traiga mantas de las ricas, de las que se llaman carángari y curiçe y zizupu y echere atácata y otras mantas delgadas; y gallinas y huevos; y pescado de lo que se  

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charon las piedras del sacrificio a rodar, por las gradas abajo, y a un dios questaba allí llamado Curita caheri, mensajero de los dioses. Y mirábalo la gente y decían: "¿por qué no se enojan nuestros  

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fina, cada doscientas rodelas en cada arca y mitras de plata, y unas como tortas redondas llamadas curinda, cuatrocientas, y esta plata había puesto allí su padre llamado Zuangua, dedicadas a la luna.  

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no tenían mujeres, decían que eran sacerdotes del dios que había venido a la tierra y llamábanlos cúritiecha, que eran sus sacerdotes que traían unas guirnaldas de hilo en las cabezas y unas entradas  

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s, y el capitán general de la guerra, que lo era algunas veces aquel su gobernador, llamado angátacuri, y todos los caciques y todos los que se habían querellado. Y traían al patio todos los delicue  

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ES DEL CAÇONÇI Empenzaba ansí aquel Sacerdote mayor: "vosotros, los del linaje de nuestro dios Curícaueri, que habéis venido, los que os llamáis Enéami y Çacápuhireti, y los rey[e]s llamados Vanác  

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n aquí contando en todo su razonamiento este papa, todas las gue rras y hechos, atribuía a su dios Curícaueri que lo hacía y no va contando mas de los señores, y casi las más veces nombra los señores  

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la hacha con que corta la leña, porque de contino anda con los dioses de los montes llamados Angámucurachan, para hacer flechas, para andar a caza. Y tomarále el arco cuando venga de caza, y después q  

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a nuestro dios Curícaueri". Y respondieron los otros señores: "¿qué decís, señor?, ¿cómo, no tenemos nosotros arcos  

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abajaron del monte y llegando a un lugar llamado Quérequaro, díjole su mujer: "señor, tú llevas a Curícaueri en tu favor e ayuda, pues, ¿qué será de mi?. En mi casa está un dios llamado Vaçóriquare:  

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a su casa y quemáronle la casa, quel humo que andaba dentro había cerrado la entrada. Y tomaron a Curícaueri y lleváronselo y fuéronse. Y no estaba allí Sicuýrancha, que había subido al monte a caza  

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buena tierra. Y murió Curátame y fue enterrado al pie del cu. Cuatro señores fueron en Bayámeo: Sicúrancha y Curátame y Pauácume y Vápeani.[ IV ]COMO EN TIEMPO DESTOS DOS SEÑORES, POSTREROS, TUVO SU  

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an las mieses de Xarátanga, que su sacerdote se solía poner. Y sus hermanas llamadas Pazímbane y Çucúraue, escogeron destas dichas mieses el maíz colorado y lo pintado, y ensartáronlo y pusiéronselo e  

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mó su dios llamado Tirépeme turupten y llevóle a un lugar llamado Ylámucuo. Otro señor llamado Máhicuri tomó su dios llamado Tirípeme caheri y llevóle a un lugar llamado  

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una, de la parte de Santa Fe, pusié- ronle en el peñol que está allí, cabe la laguna, llamado Cápacurio y después en otro lugar llamado Patámuangácaraho. Todos estos dio- ses que se han contado er  

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n aquella isla que está en el agua?". Respondió el pescador: "señores, allí se llama Várutaten házicurin y por otro nombre Xaráquaro". Dijeron ellos: "bien está. ¿Comó se llaman los dioses que tienen  

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os tienes. No lo decimos por lo que piensas, que no queremos mujeres para adelante; decimos porque Curícaueri ha de conquistar esta tierra y tú pisaríes por la parte la tierra y por la otra parte el a  

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IERON SUS HIJAS POR MUJERES[ LAMINA III ] Pues, pasados algunos días, los chichimecas tomaron a Curícaueri y viniéronse a morar a un lugar llamado Tarímichúndiro, barrio de Pázquaro y allí creció l  

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umbre de conversar con ellos, a ver qué dirán". Y como se partiesen, viniese pescando con una caña Cúriparanchan, y como saltasen en tierra, fueron a Tarímichúndero donde estaban los chichimecas y dij  

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s de Curínguaro". Y, como viniesen con la embajada al señor de Xaráquaro llamado Carí caten, no se curó de lo que decían, y después de algunos dias, tornaron a enviar otros mensajeros los de Curínguar  

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a, no había camino, que estaba todo cerrado con árboles y con encinas muy grandes, y estaba todo escuro y hecho monte, y llegaron a la fuente del patio del señor obispo, que corre más arriba, donde e  

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gar, tuvieron sus antepasados, en mucha veneración y dijeron que aquí fué el asiento de su dios Curícaueri. Y decía el caçonzi pasado, que en este lugar, y no en otro ninguno, estaba la puerta del  

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de gallinas blancas, y al tercero día señalado, fueron todos a un lugar llamado Atáquaho y los de Curínguaro vinieron también a aquel lugar y juntáronse unos con otros a medio día y empenzaron a pele  

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que salían a echar los sahumerios en los fogones. Y dijeron los de Curínguaro: "¿Quién iría a preguntar cómo están los señores de los chichimecas?, que muy mal los tr  

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suyos: "despertad, que estos chichimecas son de dos caras y hablan de dos maneras. Que vinieron de Curínguaro y luego por la mañana nos han de flechar y destruir nuestro pueblo". Y levantáronse luego  

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on ellos: "así será, ya nos vamos". Y partiéronse para ir y venieron por un lugar llamado Cuçapu hacúrucu y iban algún tanto delante los corredores, y abajaron a lo bajo de la cuesta donde se turbaron  

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dotes: "hijos, bien querríamos que no fuésedes, que esas palabras no son de los isleños mas de los Curínguaro". Dijeron ellos: "no, agüelos, mas han de decirnos un poco, que dicen que habemos de destr  

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acia los suyos y alcanzáronle a la sobida de un monte que está aquí, en Pázquaro, llamado Çacapu hacúrua, donde moran los naguatatos, y allí le flecharon y juntáronlos a entrambos. Y como lo supiesen  

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etas los enterraron.[ X ]COMO LE AVISABAN Y ENSEÑABAN LOS SACERDOTES SUSODICHOS A TARICAUERI [Tariacuri] Y COMO PUSO FLECHAS EN LOS TERMINOS DE SUS ENEMIGOS Muertos estos dos señores, Vápeani y Pau  

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choso el que ha de ser rey". Y diciéndole esto asíanle de la oreja, diciéndole: "señor, señor Taríacuri, ¿cómo, no eres ya hombre? Acuérdate de vengar las injurias. Mira, señor Taríacuri, que nos oiga  

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emborrachando y andaban con mujeres y andaban desta manera en compañía de Taríacuri, y por ser hermano menor y pequeño, le traían en los hombros. Sabiéndolo los viejos, llamáronlos  

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los cabe la ribera, y tenían su pescado por allí a secar. Y hizo en aquel lugar un gran fuego Taríacuri y alzóse un gran humo a la ribera de Haterio, y viendo la gente estas ahumadas y fuego, fuéronse  

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gunos días dijo Carícaten, señor de la isla de Xaráquaro: "¿qué haremos? ¡Ha cercado la isla Taríacuri! ¿Dónde saldremos por leña para meter en la isla? Y tenemos ya hambre. ¿Qué haremos?, ¿dónde  

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os dijo: Vení acá y llevad este pescado a mi hermano Zurumban y decidle que le hago saber que Taríacuri me ha cercado en esta isla. ¿Dónde tengo de salir? ¿Qué tengo de quemar? ¿Dónde tengo de hacer m  

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partióse Nacá y estaba un pueblo en el camino llamado Syráueni y era señor en él uno llamado Quarácuri, y pasó por su puerta Nacá, y díjole Quarácuri: "seáis bien venido, hermano [borrado]. Ven acá y  

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or. ¿No es harto cerca, donde dices?. Y despidióse Nacá y dijo: "Ya me voy, señor". Respondió Quarácuri: "ve en buen hora, hermano. Llegaste a mi casa y vergüenza he habido de la comida que te he dado  

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te han de destruir y que estés apercebido y sobre aviso. Esto es los que me dijo". Respondió Taríacuri: "¿Eso es lo que dijo?". Dijo el mensajero: "esto es lo que me dijo, señor". Dijo Taríacuri: "qu  

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aquí. Esto es lo que le dirás a Nacá de parte de Quarácuri". Dijo el sacerdote: "que me place, señor, yo iré". Díjole Taríacuri: "y volveráste por aquí par  

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ludó y contóle todo lo que le había dicho Nacá. Dijo Taríacuri: "así es la verdad de lo que dice Nacá, ¿de quién ha de haber miedo, que de contino estamos en g  

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n puerto, bajó uno de las espías, y dijeron a los de la celada: "ya ha tomado puerto Nacá". Y Quarácuri le salió a recebir y le llevó comida. Pues díjole Nacá: "seas bien venido, hermano; ¿a qué hora  

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ninguno os ha de engañar?". Dijeron los chichimecas: "mirá, ¿qué dice éste?. Id y decíselo a Taríacuri". Y como fuesen, llegaron donde estaba Tariacuri y díjoles: "seáis bien venidos, hermanos, ¿pues  

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ne es. Y diráles: "¿Dónde tomamos este hombre?". Y ellos dirán: "señor, un esclavo era de Taríacuri y juntóse con una mujer suya, y hízole sacrificar; y trujeron un cuarto a tu hermano Quarácuri p  

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a Zurunban a quien le había enviado, y llevaron aquella carne los dos viejos que había dicho Taríacuri y el corredor quedóse buen rato apartado. Y fueron delante los viejos y saludóles Çurunban y dij  

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estaba asentada en el estómago y vientre. Y quedó muy corrido Zurunban del engaño que le hizo Taríacuri.[ XIV ]COMO ZURUNBAN HIZO DESHACER LAS CASAS A LOS DE TARIACURI Y COMO FUERON FLECHADOS DOS SEÑO  

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onra: el uno llamado Yripan y el otro Tangájuani. Y así los echaron del pueblo. Y sabiéndolo Taríacuri, pensando que venían tras dél, se levantó con toda su gente y dejaban todos por las casas sus co  

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es, que así las trataron a las pobres". Y como volviesen los mensajeros y oyesen lo que decía Taríacuri, dijeron: ¿"Esto es lo que dice el rey, que tomemos aquel maíz y lo comamos?. Aquello no es sino  

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de Purúaten y sacrificaldas y echaldas en la laguna a las bellacas, malas mujeres! Sabiéndolo Taríacuri, sintiólo mucho, y llamó a sus consejeros llamados Chupítani y Tecaqua y Nuríuan y dijo: "dad ac  

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Xarípitio. Esto es los que le diréis". Y así se volvieron los mensajero[s]. Y ya era partido Taríacuri para ir por Corýnguaro y topáronle por el camino. Y díjoles que fuesen bien venidos y contáronle  

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os de decir nosotros? Basta tu parescer que es bueno". Y como concertó de dársela por mujer a Taríacuri, llamó unos viejos y díjoles: "llevá esta mi hija a Taríacuri, de mi parte". Y mandóles lo que h  

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orrachando por las casas de los papas, sus amigos. Y yéndose una vez, nunca más tornó. Y vino Taríacuri de traer leña para los cúes y sacábale de comer solamente una tía de Taríacuri. Y comió y dijo:  

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eres tan celoso? Y comiéramos aquí todos y estuviéramos aquí en conversación un poco". Díjole Taríacuri : "no la truje, que no venía a entrar en tu casa, mas vine a dar ofrenda de leña a Huréndequavéc  

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?". Respondió ella: "así es la verdad, padre, que me vine de enojada que no sé lo que se dice Taríacuri. Nunca me había de enojar de lo que cada día me decíe haciendo flechas. Dicíe ques valiente homb  

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en llegando, la emborracharon y cometieron adulterio con ella, como solían. A la mañana vino Taríacuri de traer leña para los cúes y asentóse en un portal y trujéronle de comer. Y ella llegó entonces  

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Pasándose algunos días, por una fiesta de Purécotaquaro, fué Taríacuri con los suyos al sacrificio de las orejas que se hacía por aquel tiempo. Queriendo ir no sé a qu  

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comieron y trujeron vino y echáronles en las tazas. Y lavosé las manos Taríacuri y dióles a beber cada cuatro veces y convidáronle a él y dijéronle: "señor cuñado, ¿no habéis de  

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y los vestidos. Y a la mañana fuéronse a su pueblo y entróse la mujer en su casa. Y ya traía Taríacuri su leña para los cúes y venía todo la gente dando grita y venía delante de todos Taríacuri. Y ll  

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ue los salieron a recebir: "fuimos al monte llamado Hoátaro pexo y allí nos hendió las orejas Taríacuri, levantándonos que nos habíamos echado con su mujer". Dijeron ellos: "allá vamos a decillo a vue  

Folio  92 v
n a ella que las dijese a su padre para revolvellos. Pues dijéronle al señor de Curínguaro: "Taríacuri también dice que somos unos cobardes, que nos ha de matar y consumir a todos". Y todo lo demás q  

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cir, señor. ¿No sería bueno que fueses a casa a saber lo que quieren?". Y levantóse de presto Taríacuri, porque venían de la isla donde él había nascido y dijo: "vamos allá, señora tia". Y fuese a su  

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oses, y al infierno y a las cuatro partes del mundo. ¿Quién te deja de conoscer que te llamas Taríacuri? ¿Por qué causa has de jado el comer y beber? Mejor sería, señor, que comieses porque tuvieses f  

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a sus mujeres que estaban todas juntas, y díjoles Zurunban : "madres, mirá que no yerra golpe Taríacuri; que ya veis este pajarillo, qué tamaño es, que no era cosa que se puede flechar ¡mirá cuán herm  

Folio  94 v
n dónde vas y serán tus camareras cuando dormieres, porque saca de seso el vino". Y respondió Taríacuri: "esténse aquí, señor". Y púsolas allí entrambas y dijo Taríacuri: "dad de beber a estas señoras  

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después entregábanse y parábanse muy lucios. Esto se llamaba Virísquareny, y por eso les dijo Taríacuri a sus viejos que trujesen aquellos braserillos para tomar aquel humo. Y salió Taríacuri y asentó  

Folio  95 v
ron el agua para bañarse Taríacuri. Y ya era bien amanescido y tornóse a salir Zurumban y traía mucho vino consigo y hízo echar de  

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o llamado Huyana y dijo que buscase cacaxtles y que hiciese cargas de mantas para que llevase Taríacuri. Y entróse en un aposento y compuso dos señoras, con sus buenas sayas y collares de turquesas al  

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CURI[ LAMINA X ] Era fiesta de Sicuíndiro, cuando renovaban los cúes de Curícaueri, y tomó Taríacuri algunos esclavos y metiólos en las casas de los papas para velar con ellos en la vegilia de la f  

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los chichimecas y fuéronse a un monte llamado Vpapo hoato, donde hecieron otros cúes. Y llamó Taríacuri a sus viejos llamados Chupítani, Tacaqua, Nuriban, y díjoles: "tomad una carga de hachas de cobr  

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. Y pusieron en unos varales las cabezas de los sacrificados, que hacían gran sombra. Y dijo Taríacuri: "vení acá, viejos". Y díjoles: "si mi mujer, la hija del señor de Corínguaro, fuera varón, muy  

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a decir Taríacuri : "pues, ¿qués señora tía?". Entonces díjole su tía: "una cosa he sabido, que se dice, que los d  

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para los cúes". Y fuese con su gente Taríacuri al susodicho pueblo llamado Vacapu y rescibióle el señor de allí y estuvo allí algunos días. Y t  

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ánshori, hizo señor a su hijo antes de su muerte. Pues, llamó Vresqua sus viejos y enviólos a Taríacuri con un mensaje y díjoles: "id a Taríacuri y decidle que habemos oído que hizo una entrada hacia  

Folio  99 v
de llevar flechas, mas plumajes verdes de los largos". Díjoles Taríacuri : "¿qué decís, viejos? Mirá que esto es lo que dicen". Respondieron ellos: "no, señor. Cómo, ¿no  

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flechas. Todo lo que dice que son plumajes ricos, y éstas, pinturas son y no oro ni plata. Dice lucuras en lo que dice, yo nunca le oí decir tales cosas haciendo flechas, ni les ponía tales nombres".  

Folio  100 v
fueron de otra y los de Taríaran de otra: dicen los isleños que tornes a tu asiento". Y rióse Taríacuri, y díjoles: "¿qué quieren de mí los isleños? Cómo, ¿ellos no son los que me han maltratado? ¿Qué  

Folio  101
y iban haciendo polvareda, huyendo. Y volvióse Taríacuri a su asiento de Pázquaro, con su gente.[ XX ] COMO TARIACURI BUSCABA SUS SOBRINOS HIREPAN Y TANG  

Folio  101 v
y dejóle. Y nunca hacía sino preguntar por sus sobrinos Hirepan y Tangáxoan. Dejemos ahora a Taríacuri y contemos lo que les sucedió después que dél se partieron. Como eran muchachos, fuéronse con su  

Folio  102 v
y dijo a su madre: "torna a llevar a tus hijos como los trujiste, que ya dicen que es venido Taríacuri a Pázquaro, porque no venga aquí Taríacuri a poner señales de guerra y los maten a vueltas. Llév  

Folio  104
leña del monte y llevábanlo a los cúes de Curícaueri a Pázquaro. Y como preguntase de contino Taríacuri por sus sobrinos Hiripan y Tangáxoan, y como trujesen leña a los cúes de Pázquaro, ponían la leñ  

Folio  104 v
an a su primo hermano:"Vámonos, que quizá se lo dirá y nos tomarán aquí". Y fuéron-se. Estaba Taríacuri en la casa de la vela, a un rincón, ve-lando en su oración con unas orejeras de oro en las o-rej  

Folio  105
¿qué hay?". Dijo Chupítani: "señor, no hay nadie aquí: ya son idos". Enojóse Taríacuri y dijo: "qué es lo que dicen éstos? ¿Por qué los dejastes ir? ¿Dónde dicen que partieron?". Dijo  

Folio  105 v
, y casas de los papas para que velasen. Y allí traían leña para los cúes y avisábalos su tío Taríacuri. [ XXI ] COMO TARIACURI ENVIO A LLAMAR SU HIJO CURATAME DE CURINGUARO Y DE LAS DIFERENCIAS QUE  

Folio  106
nían en costumbre beber. Decíanle: "señor Curátame, ¿Cómo dice Taríacuri, mi hijo es Curátame? ¿por qué te quiso traer a este lugar donde te mandó venir? ¿Por qué no te  

Folio  106 v
padre y díjole que fuese bien venido. Y Taríacuri le dijo "estés en buen hora, señor". Y como llegó a su casa, sacóle luego de beber y bebió cuatr  

Folio  107
bre. Y siendo ya la vigilia de la fiesta, llamó Curátame sus viejos y díjoles: "id a mi padre Taríacuri, que venga a ver mi fiesta y llamá también a mis primos Hiripan y Tangáxoan, que vengan a mirar,  

Folio  107 v
Curátame?". Y fuéronse con toda la gente de guerra y llevaban dos banderas. Y ya era partido Taríacuri, por otro camino, y llegóse con los suyos al pie del monte del barrio llamado Çacapu hacúrucuyo  

Folio  108
deras y conosciendo las banderas, las espías, dijeron: "de los nuestros son: ídselo a decir a Taríacuri, porque no caigan las mujeres y se lisien, que no son sino Hiripan y Tangáxoan". Y oyéndolo Tarí  

Folio  108 v
tra parte, entre tanto que el señor hace su fiesta". Díjoles Taríacuri: "por eso vine yo también aquí, por no hallarme en su fiesta". Díjoles: "hijos, id allá que aún  

Folio  109
jo menor llamado Hiquíngaje en otra parte". Y a la sazón era sacrificador Hiquíngaje, hijo de Taríacuri. Y el viejo, asiéndoles de la oreja les empenzó a decir a sus sobrinos desta manera: "buscá peta  

Folio  109 v
Y en Curínguaro ya es muerto el viejo Chánshori y están allí sus hijos por señores: Cando, Huresqua y otro  

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clavo? ¿Dónde los llevaste todos? Que tú cien esclavos tomaste ¿Tómaslos tú? ¿No está aquí el dios Curícaueri que los toma? Por hacerte merced te di parte de Curícaueri. Tórnate a llevar tu esclavo. N  

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año. Y como eran de los nuestros, todos se perdieron por hambre, quel señor de Hararo llamado Thicúricata y otro llamado Thiácani, los llevaron por esclavos. Y por los males que hacían en Hetóquaro  

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estar muertos por los herbazales y que a él solo ninguno le hará mal. Veis aquí, hijos, dijo Taríacuri, cómo Querenda angápeti ordenó lo que había de ser del pueblo de Çacapu y por esto fué señor el  

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mpañero para que entienda en la leña de los cúes y en el servicio de los dioses. Yo solo soy, Taríacuri, yo solo me quejo. Pues también los pueblos de Pungácuran y Sauinan y Arançan y Cápacuero. [borr  

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sangre, y flechábanse y yo reñí con ellos, y enojáronse comigo diciendo: ¿qué es lo que dice Taríacuri? ¿Cómo, no lo dice lo que dice, confiando en la laguna? ¿Cuándo le daríamos de coces y le conqui  

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en su celada y decía: "paso que me lisiaréi[s]". Que le querían flechar. Y dijo: "¿qué es de Taríacuri?". Y ellos enojándose con él, dijeron: "mirá. ¿qué dice? ¿A qué ha de venir aquí Taríacuri? Allá  

Folio  114 v
os dos días flechas con toda la gente, y el siguiente día a la tarde las trujeron a mostrar a Taríacuri y pusiéronlas todas en el patio. Y tomábalas Taríacuri y parescíanle bien y decía: "Estas flecha  

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da Cuyúmeo, los viejos y viejas y mochachos y otra mucha gente, y venieron todos donde estaba Taríacuri, el cual los rescebió a todos y los saludó. Y sacáronles a todos de comer y enviólos Taríacuri a  

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ros: "que vaís a él, que os quiere hablar". Y ellos partiéronse luego y llegando donde estaba Taríacuri, él los saludó y dijo que fuesen bien venidos; y ellos así mesmo a él, y diéronle toda aquella c  

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oles sus vainas. Y buscaron conejos y pájaros y venados y fueron todos a llevar un presente a Taríacuri, que era aquello premicias y ofrendas de lo que habían cogido. Y como los vió Taríacuri, recebió  

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ere decir esto? ¿Qué les [en blanco] [dice]? ¿Por qué dice que son sus hijos?". Y dijéronle a Taríacuri los viejos lo que decía su hijo Curátame y respondió: "yo ¿qué les tengo de haber mandado? Yo no  

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tros? Y a lo que dice que andamos por aquí: no se le dé a él nada, andemos como quisiéremos, no se cure de nosotros. ¿Para qué nos dice lo que nos dice? Nosotros andamos por hacelle a él señor y andam  

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dre". Díjoles Taríacuri: "ahora id a él, a ver qué dirá, que quizá irá o quizá no querrá ir". Y fueron Hiripan y Tangáxo  

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la laguna y llevaron un presente a su tío, y él, como los vió, rescebiólos muy bien y díjoles Taríacuri: "vení acá, hijos, ¿qué lugar es donde traéis la leña para los fuegos de los dioses?". Respondie  

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mos sino traer leña y ponella por allí". Díjoles Taríacuri: "yo os quiero dar una parte de Curícaueri, ques una navaja de las que tiene consigo, y ésta pon  

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os, las cabezas bajas, y después fuéronse por leña para los cúes. Era ya media noche y estaba Taríacuri en la casa de los papas, a un rincón arrimado, en su vela, y llamó sus viejos y dijo: "Chupítani  

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decían que era estrado de aquel señor que moría. Por eso Taríacury envió al señor de Pacandan que era viejo, que tuviesen pelea los suyos unos con otros, por tener  

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e fuese Hyrepan, y determinaron de ir todos tres. Y pasaron la laguna y llegaron donde estaba Taríacuri. Y a la sazón que llegaban, estaba Chupitan contando la respuesta de Bárapame, señor de la isla  

Folio  120 v
viábanos él para que te lo hiciésemos saber y no queríamos venir". Dijoles Taríacuri: "pues, ¿qué le dejistes?". Respondieron ellos: "no le dejimos nada". Dijo él: "discretos sois.  

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PUES DE BORRACHO[ LAMINA XVIII ]Como andoviesen haciendo entradas, enviólos a llamar su tío Taríacuri y fueron a él y díjoles: "vení acá, hijos; ¿qué haremos? Id, pasá la laguna y haréis un rancho p  

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y hicieron un rancho. Y envióle Taríacuri a decir a su hijo Curátame, con Chupitan, que le dijese que venieron sus sobrinos a él con mucha  

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puerto y fuéronle todos a rescebir, todos tiznados con sus insinias de valientes hombres. Y venía Curátame asentado en una silla en la canoa, con una manta de pluma de patos puesta. Y como llegasen a  

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ío cómo reñimos e le matamos, a ver qué dirá". Y pasaron la laguna los mensajeros y dijeron a Taríacuri: "tus sobrinos nos envían a ti, que te hiciésemos saber que riñeron con Curátame". Díjoles Taría  

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umadas donde tenían el cu nuevo, en Querétaro. Y como pasasen algunos días, envióles a llamar Taríacuri y fueron a él y díjoles: "vení acá, hijos; qué pena me dáis, ¿dónde váis ya? Y ¿dónde hacéis ahu  

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le que le daría todas las insignias de los señores. Esto es lo que soñé, padre". Oyendo esto Taríacuri, díjole: "señor Tangáxoan, dichoso tú: ¿dónde tomaste aquella leña para los fuegos? ¿Cómo no dej  

Folio  124 v
UVIERON LOS DE YZIPARAMUCU[ LAMINA XX ]Estaba una población llamada Yzíparámucu, que era de los de Curínguaro, cerca donde estaba Tangáxoan, y vían los fuegos y ahumadas que hacían en Puréperio. Y est  

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ajes verdes de las plumas largas que trujeron de Pázquaro por rescate de Tamápucheca, hijo de Taríacuri, que cativamos". Y bajaron de una troj una arca de aquellas plumas verdes y tomábanlas todos en  

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MAL, Y A LA VUELTA LO QUE LE ACONTECIO A HIREPAN CON UN ARBOL EN EL MONTE Envió a llamar Taríacury a sus sobrinos e hijo Hiquíngaje, y venidos, díjoles: "hijos, ¿qué haremos? ¿ Cómo no iríades al  

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rientes; que así será como dices". Y fuéronse su camino y llegaron a Pázquaro y no hablaron a Taríacuri ; mas fuéronse todos enojados de largo, al cu nuevo a Querétaro, donde tenían su asiento, en Mic  

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de vivir. Vámosle a decir lo que nos dijo Hiuacha". Y partiéronse para ir donde estaba su tío Taríacuri, el cual era ya muy viejo y cansado. Y tenía unas orejeras de oro en las orejas y algunas turque  

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AQUEL SEÑOR LLAMADO HIUACHA[ LAMINA XXII ] Como viniesen los mensajeros que había enviado Taríacuri al señor de Cumanchen, al tercero día, envió Taríacuri por su sobrinos, haciéndoles saber cómo h  

Folio  129 v
a de ayuntar nuestro tío?". Dijeron: "si, mas, ¿para qué puso aquí esta tierra?". Y fingiendo Taríacuri que encumbraba el montecillo, llegó a ellos y díjoles: "pues, ¿qué hay, hijos? ¿Qué habéis hecho  

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ido y dormieron allí una noche. Y a la mañana contáronlos todos y enviaron a hacello saber a Taríacuri, cómo los habían conquistado y cativado y vino a dar la nueva un prencipal llamado Zapíuatame y  

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y éste que viene con él dice que es su hermano, que se llama Zipaqui. Díjoles Taríacuri: "¿qué dice Hiuacha?". Dijéronle: "¿qué ha de decir, señor?". Dijo Taríacuri: "allí está. ¿Qués  

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conquistáronle y descansaron. Y cuando ellos andaban conquistando estos dichos pueblos, murió Taríacuri y fué enterrado en su lugar de Pázquaro, donde le sacó después un español, digo sus cenizas con  

Folio  131 v
Taríacuri, nuestro tío. Tú, Tangáxoan, vete a Mechuacan y yo me iré a Cuyacan y Yquíngaje estará aquí en P  

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torná a tomar vuestros árboles de fruta y vuestras tierras y sementeras. Basta. Y ya nuestro dios Curícaueri ha usado de liberalidad y os lo torna. Traed leña para sus cúes y cavá sus sementeras para  

Folio  132 v
umu, Hacándiquao, Haroyo, Xungápeo, Chapato hoato, Haziro hauánio, Taximaroa que era de otomíes. Pucuri equátacuyo, Maróatio, Hucario, Hirechu hoato, Acánbaro, Hirámucuyo, Tebéndaho, Mayao, Eménguaro,  

Folio  133
odo en todo, son chichimecas los que están en los caminos desta Provincia, para las necesidades de Curícaueri. Oid, esto os digo: vosotros qué decís que sois de Michuacan, ¿cómo, no sois advenedizos?  

Folio  133 v
rificamos ni comimos. Y mirá que prometistes gran cosa: que haríades las sementeras a nuestro dios Curícaueri y prometiste el cincho y hacha, que fué que trairías leña para sus cúes y que estaréis a  

Folio  134
íades vuestro arco y flechas y os pondríades vuestros jubones de guerra, que así anda nuestro dios Curícaueri, y así iríades a la guerra a defendelle en las batallas. ¿Cómo habéis de ser valientes ho  

Folio  135
JO DE TARIACURI LLAMADO TAMAPUCHECA QUE CATIVARON Y COMO LO MANDO MATAR SU PADRETenía un hijo Taríacuri llamado Tamápucheca, el cual se nombra en esta historia pasada, que cativaron en un pueblo llama  

Folio  136
rta parte le dijo: "aqui fué muerto un señor de Corínguaro por una mujer, y fué desta manera: Taríacuri, señor de Pázquaro, como tenía guerra con los señores de Coringuaro, cerca de Pázquaro, tenía un  

Folio  137 v
los traían de la guerra. Puso allí la cabeza en un lugar llamado Pirúen y vínose a su casa a Taríacuri y contóle lo que le había acontecido y hicieron todos grande regocijo. Y díjole Taríacuri: "ya h  

Folio  138
]DE LOS SEÑORES QUE HUBO DESPUES DE MUERTOS HIREPAN Y TANGAXOAN Y HIQUINGAJEDicho se ha cómo Taríacuri repartió en tres señoríos a Michuacan: Hirepan fué señor de Cuyacan, y allí fué la cabecera porq  

Folio  138 v
yacan, y aquel Ticátame, otro llamado Tucúruan, y el Tucúruan, otro llamado Paquíngata, que fué padre de doña María la que está casada con u