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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.385
Folio p en ediciones
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el monte todos ellos, hechos vagamundos, con sus arcos largos en las
manos? ¿Cómo no tienen discreción ellos que son isleños?, ¿cómo no han
de tener hijos?, ¿cómo ha de ser un cuarto isleño y otro chichimeca? ¿cómo
no tienen discreción para sentir esto?, ¿cómo han de perder sus dioses, que no son
pequeños dioses?. Y también los chichimecas, ¿por qué no se duelen de Curícaueri?,
¿cómo, es pequeño dios que ha sido engendrado muy altamente?. Id y decidles
que los echen fuera de sus casas, que se vayan y pasen la laguna. No lo
decimos por otro fin, ni por invidia. No dejen de oir esto que les decimos: [borrado]
dos entendimientos pueden tener sus palabras de los de Curínguaro". Y,
como viniesen con la embajada al señor de Xaráquaro llamado Carí-
caten, no se curó de lo que decían, y después de algunos dias, torna-
ron a enviar otros mensajeros los de Curínguaro y dijeron: "decid-
les, que ¿por qué no creen lo que les decimos los de la laguna; qués la causa por
qué no nos quereis creer?; ¿por qué les distes aquesas señoras?, ¿Qué necesidad te-
níades dellos?, ¿de qué provecho son, que todo el dia andan por los mon-
tes a caza?. Si fuera aquí en Corínguaro, aquí se hacen muy buenos ma-
izales y simillas de bledos y mucho ají que se hace por los campos. A-
quí pudieran traer pescado que ofresciéramos a nuestro dios Vréndequa-
vécara y, ellos, en su tiempo, llevaran mazorcas de maíz y simillas de
bredos y frisoles y ají para ofrecer a su dios Acuize catápeme. ¿Qué nece-
sidad teníen dellos para que se las diesen?. Id e decidles que los echen de sus
casas, y les quiten los mastiles y los bezotes y orejeras y los tranzados,
y que los echen a empujones y los envíen, que nos crean esto que les decimos".
Y oyendo esta segunda embajada, los isleños creyéronlos y qui-
táronles los bezotes y orejeras, y tranzados y mastiles y echáron-
los a empujones, y echáronlos fuera de la laguna y veníen babeando
por los bezotes que les habían quitado, y tornáronse a venir todos ellos que moraban
ya cerca de la laguna, y fuéronse a su primer asiento llamado Tarímichú-
diro, un barrio de Páscuaro, y descansaron allí.