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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.398
Folio p en ediciones
78 v 398

sin temor de ninguna cosa por toda la ribera, y tenían sus redes a se-
car puestas en unos palos cabe la ribera, y tenían su pescado por allí
a secar. Y hizo en aquel lugar un gran fuego Taríacuri y alzóse un
gran humo a la ribera de Haterio, y viendo la gente estas ahumadas y fue-
go, fuéronse todos huyendo para poner en cobro sus haciendas. Y dejá-
ronse por allí las piedras de moler y ollas y cántaros y el pescado
que quedaba tendido por el suelo y las mantas; y entráronse en la laguna
que alzaban las espumas hacia arriba, y no los tomaba nadie. Los mo-
chachos daban gritos y todos daban voces, nomás de por ver las a-
humadas, Y ansí se fueron todos que quedó todo desierto, hasta un lugar
llamado Zyrimbo. Y fué Taríacuri a Zirimbo y allí sacó también
fuego de un estrumento y hizo ahumadas. Y en otro lugar llamado
Chutío. De todos estos lugares se levantaron los isleños y dando gritos
se entraron en la laguna; nomás de por ver las ahumadas daban voces
y se iban, que no los tomaba nadie. Y allí también dejaban algunas
alhajas y había mucho pescado tendido por la ribera. Y de allí fué Ta-
ríacuri a un cerrro llamado Xanóato hucazio, y hizo allí tam-
bién ahumadas y levantáronse todos viendo el humo, y fuéronse
también los de Paréo y levantaban gran espuma al entrar de la
laguna. Y levantáronse también los de Charaben y Harámutaro.
Y llegando [a] Arámutaro hizo sus ahumadas Taríacuri y levantá-
ronse de allí y iba echando de allí los isleños, dándoles de rem-
pujones para hacerlos entrar en la laguna. Llegó también a un
lugar llamado Cuirís tucúpacháo y hizo sus ahumadas y vido
allí la isla de Xaráquaro y de Cuyámeo, vido el asiento de la isla.
Y daban voces los mochachos y tomaban las mujeres sus hijos en las
espaldas y íbanse, que no sabían dónde ir. Y así los cercó a todos
los de la isla que no había dónde saliesen a la ribera a labrar
ni por leña.