que son muy hermosos y tienen una hermana muy hermosa. Traed- los aquí, y el uno será sacerdote y el otro sacrificador y su hermana hará ofrendas para Curícaueri". Y como fueron allá los viejos, es- condiólo su tía, y ansí fueron cuatro veces, y tantas los escondió. Y díjoles su tía: "los a vuestra tierra, hijos, lléveos vuestra madre. To- mad mazorcas de maíz verde y hazé alguna comida para el camino". Y hiciéronles comida para el camino y dijo a su madre: "torna a lle- var a tus hijos como los trujiste, que ya dicen que es venido Taría- curi a Pázquaro, porque no venga aquí Taríacuri a poner señales de guerra y los maten a vueltas. Llévatelos, y yo luego me iré tras vosotros". Y vínose la madre con sus hijos y trújolos a un lugar llamado Sypíaxo y de allí a otro llamado Matóxeo y de allí los trujo a otro lugar llamado Timban. Y dijeron a su ma- dre: "madre, ¿dónde vamos?". Y dijo ella: "hijos, bien tenemos de ir aquí iremos a un lugar llamado Eróngariquaro, allí está uno llamado Cuiuva, un hermano mío que es vuestro tío". Dijeron ellos: "Vamos, madre". Y llegaron a Eróngariquaro y entraron en casa de Cuyuva y dijéronle: "señor, aquí te asaremos la caza que toma- res y te traeremos leña del monte para quemar en casa y ha- remos tus sementeras y traeremos tus hijos a cuestas, si quieres que estemos aquí en tu casa". Dijo él: "seáis bien venidos, hijos". Y envió que les barriesen un aposento y aposentólos allí. Y los mancebos no entendían en ninguna cosa de las que ha- bían prometido, porque cada día iban al monte a tra- er leña para los cúes, todo el día e la noche, y andaban todas las sierras buscando leña. Y dormían en el monte. Y perdió la esperanza del servicio que le habían de hacer Cuyu- va, su tío, y dijo: "dónde se han ido mis sobrinos? ¿Cómo
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