nían en costumbre beber. Decíanle: "señor Curátame, ¿Cómo dice Taríacuri, mi hijo es Curátame? ¿por qué te quiso traer a este lu- gar donde te mandó venir? ¿Por qué no te puso en otro lugar llamado Paré xarípitio y de allí no está lejos para que fueras a beber, que harta riqueza tienen los que están en aquel lugar, que beben vino cuando quieren, que hay allí maguéis". Y como le dijesen estas sus amas, esto todo el día, creyólas. Y siendo una fiesta de Puréco- táquaro, a la tarde de la fiesta, entró en su fiesta Taríacuri, y Curátame llamó [a] sus viejos y díjoles: "id a mi padre, que venga acá por la mañana, que habemos de hablar un poco". Y fueron los viejos, y estaba Taríacuri en las casas de los papas, a un rincón, en su vela y como vió los viejos, díjoles: "¿a qué venís?". Y dijéron- le: "señor, tu hijo nos envía". Y contáronle su embajada. Respon- dió el viejo: "razón tiene mi hijo porque es señor. Decidle que luego voy por la mañana y que yo llegaré allá a comer, que aún no le he dado ningunos plumajes; esto le diréis". Y luego, en ama- neciendo, ataron todos los plumajes que había de llevar a su hijo y mucha comida y dijo Taríacuri a sus mujeres: "vamos, que allá comeré en casa de mi hijo: dicen que me llama". Y par- tiéronse. Y iban delante dél sus viejos y llevaban una man- ta de plumas de patos, puesta, y una guirnalda de trébol en la cabeza y muchos plumajes que llevaban para su hijo, el cual se había levantado muy de mañana y había bebido y estaba ya bo- rracho y andaba bailando dentro de casa. Y como llegase cerca Taríacuri, salióle a recebir su hijo, que se iba cayendo, y iba compuesto de fiesta, sonando con su cascabeles, y saludó a su
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