ziziqui baraqua y otro llamado ariuen y otro llamado cherequa. Y el sacerdote mayor, que estaba deputado sobre la leña de los fogo- nes del dios del fuego, que tinía las insinias de sacerdote: una ca- labaza a las espaldas y una lanza en el hombro, que tinía la gente en cargo sobre sus espaldas, y era de su oficio no emborracharse, de- jó todas sus insignias, la calabaza y la lanza y la guirnalda de hilo que tenía en la cabeza y las tenacetas del cuello, y salióse de las casas de los papas y metióse entre la otra gente [tachado: a bailar el bai- le llamado] común y empienza a bailar con ellos aquel baile llamado zizique varaqua. El sacrificador, considerando esto, él que tenía también ensinias de sacerdote: una calabaza a las espaldas, dejólo todo y mar- chóse con la otra gente a bailar el baile llamado ziziqui baraqua. También el sacerdote llamado tiuime que estaba deputado sobre gran cosa, de llevar los dioses a cuestas y estaba en el cu, que tañía la bocina en el cu a la media noche, abajóse del cu y entróse entre la otra gente y empienza a bailar con ellos el dicho baile. Así mesmo las mujeres que estaban encerradas, deputadas para hacer ofrendas a los dioses, saliéronse todas de su encerramiento y entráronse entre la otra gente y empenzaron a bailar el dicho baile, y ansí se hecieron todos unos y lleváronlas por ahí y juntáronse con ellas. Esto todo se hacía allí en Hetúquaro. Y no pasaron muchos días que las llevaron por diversas partes y casáronse con ellas y cada una traía, desde ha poco tiempo, su hijo a las es- paldas en sus cunas. Y por esto que se hacía, por haber dejado el servicio de los dioses, tuvieron muchos agüeros; que en las casas salían espadañas y hierbas y hacían las abejas panares en una noche sola, que a la maña- na estaban colgada[s] en sus enjambres de las trojes, y empenzaron los árboles, de [en blanco] aun hasta chiquitos, de tener fruto que las ramas
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