vióse y apartóse un poquito del camino y estaba echado allí. Y sobieron sus sobrinos a aquel montecillo y encumbraron y llega- ron donde estaban los montones de tierra y viéndolos dijeron: "¿qué cosa es ésta? ¿Quién limpió y escombró este lugar?". Y dijeron: "no sabemos quién hizo esto, y esta tierra ¿quién la juntó aquí? Cómo, ¿no la debía de ayuntar nuestro tío?". Dijeron: "si, mas, ¿para qué puso aquí esta tierra?". Y fingiendo Taríacuri que encumbraba el montecillo, llegó a ellos y díjoles: "pues, ¿qué hay, hijos? ¿Qué habéis hecho a- quí? ¿Para qué posistes aquí estos montones de tierra?". Dijeron ellos: "padre, no los posimos nosotros; cómo, ¿no los posiste tú?". Díjoles Taríacuri: "sí, hijos, discretos fuistes en no deshacellos. Oídme, hijos: mira, Hire- pan, ansí ha de haber tres señores. Tú estarás en este montón que está en medio, ques el pueblo de Cuyacan; y tú Tangáxoan estarás en este montón, que es el pueblo de Mychuacan; y tú Hiquíngaje estarás en este, que es el pueblo de Pázquaro. Así serán tres señores". Y trazó allí el pueblo del señor llamado Hiuacha Zirapen, y díjoles: "mirá que os quiero mostrar el pueblo: esta raya que está aquí es el camino por donde habéis de ir; ésta que está aquí, es una sierra. Vosotros habéis de ir por aquí, y los de Cumanchen por aquí; y los de Eróngariquaro y Hurichu y Pichátaro, irán por este camino, que ya vienen, que yo les señalé que viniesen mañana. Id, pues, hijos". Di- jeron ellos: "así será como dices, padre". Y partiéronse con toda la gente de guerra. Y en la tarde llegaron a un pueblo llamado Viramu angaru, y en anocheciendo tomaron a su dios Curícaueri, y iban los escuadrones partidos y cercaron todo el pueblo para destruille, y estuvieron en celada, y en rompiendo el alba, dí- joles a todos Hirepan: "levantaos todos". Y levantáronse todos
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