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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.304
Folio p en ediciones
32 v 304

Muerto, pues, el cazonçi y sepultado, como se ha dicho, luego
el día siguiente se juntaban todos los caciques de la Provincia
en el patio del cazonçi muerto y juntábanse todos los señores
más prencipales: el de Cuyuacan y todos los viejos y valientes
hombres y los señores que estaban en las cuatro fronteras de la
Provincia, parientes del cazonçi, y entraban en su acuerdo y de-
cían: "¿qué haremos, señores?, ¿cómo ha de quedar disierta esta casa?, ¿ha de
quedar escura y de niebla, que no ha de ser frecuentada? Cuando escon-
dimos a nuestro señor y venimos aquí, si así nos volvemos a nuestras casas, ¿qué
sentido llevaremos?". "Pues a coyuntura y sazón venistes aquí, señores,
¿cómo, no sería bueno que probase a ser señor el que está aquí presente?,
¿cómo ha de quedar desamparada esta casa?". Entonces daba sus causas el hijo
del señor, por qué no lo había de ser y decía: "séalo mi tío, que tiene más es-
piriencia, que yo soy muchacho". Respondía el hermano del señor muerto: "yo
ya soy viejo, prueba tú a ser señor". Y decíale: "señor, ¿por qué no quieres ace-
tar de ser señor?, ¿cómo ha de quedar desamparada esta casa? ¿quién ha de hablar
en la leña de la madre Cuerápaperi y de los dioses engendradores del cielo,
y de los dioses de las cuatro partes del mundo y del dios del infierno,
y de los dioses que se juntan de todas partes y de nuestro dios Curícaberi y de la
diosa Xarátanga y de los dioses primogénitos?, ¿y la pobre de la gente?, ¿quién
la tendrá en cargo? Señor, prueba a sello, que ya eres de edad y tienes
discreción". Y estaban cinco días hablando sobre esto, y emportunando que
lo acetase. Y aceptaba y decía el que había de ser cazonçi y señor: "caciques y
señores que estáis aquí, que habéis delib[e]rado que acete yo este cargo.
Mirá, no [o]s apartéis de mí ni seáis rebeldes, yo probaré a tener este cargo.
Si no os supiere regir, ruégo[o]s que no me matéis con alguna cosa, mas
pacíficamente apartáme del oficio y quitáme el tranzado, ques in-
sinia de señor. Si no fuere el que debo ser, si no rigiere bien la gente, si
anduviere haciendo mal después de borracho, si hiciere mal a alguno, echáme
desta casa mansamente. Esta costumbre suele ser y plega a los dioses que yo
pueda regir la gente y tenellos a todos. Ya yo os he oído y hecho lo que ha-
béis querido. Mirá caciques, que no [o]s apartéis de mí porque si os apartá-