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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.669
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guna parte muy lejos." Y díjoles el cazonçi: "estémonos a ver aquí, a ver qué
nuevas hay y qué harán los españoles cuando vengan. Allá están apareja-
dos Vziçilçi y su hermano Cuýniarángari, esperemos a ver qué nuevas nos trae-
rán, a ver si los maltractan." Llegando los españoles a la cibdad, como supieron
todos los caciques y señores questaban en la cibdad quel cazonçi se había ido,
paráronse muy tristes y dijeron: "¿cómo se fué? ¿No tuvo compasión de nos-
otros? ¿A quién queremos hacer merced sino a él? Muy malos son los que
le llevaron." Y llegaron diez mexicanos a la cibdad, que enviaba Cristóbal
de Olí, y como vieron a toda la gente triste, dijeron a los principales: "¿por
qué [e]stáis tristes?". Y dijéronles: "nuestro señor el cazonçi es ahogado en la lagu-
na". Dijeron ellos: "pues, ¿qué haremos?. Tornémonos a rescibir a los que nos en-
viaban, que cosa es ésta de importancia." Y volviéronse los mexicanos
y hiciéronselo saber a Cristóbal de Olí, cómo el cazonçi era ahogado. Di-
jo Cristóbal de Olí: "bien está, bien está, vamos, que llegar tenemos a la cibdad".
Y antes que llegasen los españoles, sacrificaron los de Mechuacan ocho-
cientos esclavos de los que tenían escarcelados, porque no se les huyesen
con la venida de los españoles y se hiciesen con ellos. Y saliéronles a rescibir
de guerra Huiçizilzi y su hermano don Pedro y todos los caciques de la
Provincia y señores con gente de guerra. Y llegaron a un lugar, obra de
media legua de la cibdad por el camino de México en un lugar llamado Api,
y hicieron allí una raya a los españoles y dijéronles que no pasasen más
adelante, que les dijesen a qué venían, que si los venían a matar. Respon-
dióles el capitán: "no os queremos matar, veníos de largo aquí adonde
estamos, quizá vosotros nos queréis dar guerra." Dijeron ellos: "no
queremos." Díjoles el capitán Cristóbal de Olí: "pues dejá los arcos y fle-
chas y vení donde nosotros estamos". Y dejáronlos y fueron donde
estaban los españoles parados en el camino, todos los señores y caciques
con algunos arcos y flechas, y rescibiéronlos muy bien y abrazáronlos a
todos, y llegaron todos a los patios de los qúes grandes y soltaron allí
los tiros, y cayéronse todos los indios en el suelo de miedo, y espenzaron
a escaramuzar en el patio, que era muy grande. Y fueron después a las
casas del cazonçi y vierónlas y tornáronse al patio de los cinco qúes