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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.687
Folio p en ediciones
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Dijéronles los españoles: "¿cómo, no sois amigos los de Cuýnaho y voso-
tros y entráis a ellos?". Dijeron ellos "No sabemos esa tierra." Dijéronle
los españoles al cazonçi: "¿cómo has venido aquí? ¿No tienes vergüenza, cómo es-
tás? ¿Cuándo, pues, le has de demostrar el tesoro que tienes a Nuño de Guz-
mán, questá muy enojado, y tienen allí un brasero de ascuas?. Haciendo
ademán que le querían quemar los pies, dijo el cazonçi: "¿dónde tengo de
traer más oro?". Dijéronle los españoles: "¿cómo, quieres morir?". Y espenzáron-
les a dar tormento y colgábanlos, y estaba allí un señor de los nabatlatos
llamado Juan de Ortega, y diéronle tormento en sus partes vergonzosas con
una verdasca. Y súpolo el padre fray Martín que era guardián en la dicha cibdad, que
se lo hicieron saber los muchachos, y tomó un crucifijo y vino a la casa de don
Pedro y los españoles que les estaban dando tormento dejáronlos y echaron
a huir. Y díjoles el padre: "¿por qué los traís desta manera?". Respondieron los
españoles: "no nos quieren decir del camino que les preguntamos y por eso los
tractamos ansí." Díjoles el padre al cazonçi y a don Pedro: "¿pues, sabéis el
camino?". Respondieron ellos: "no lo sabemos, ¿habemos de decir lo que no sabe
mos?". Díjoles le padre: "pues, ¿por qué los tractáis desta manera?, pues no saben
el camino." Dijeron ellos: "nosotros no les hacemos mal." Y tornóse el
padre al monesterio, y dijeron los españoles al cazonçi y a don Pedro: "vamos don-
de está Nuño de Guzmán." Y hiciéronlos llevar a cuestas y lleváronlos donde
se había aposentado Nuño de Guzmán y prendieron a Abalos y a don Alonso, y estaba
muy enojado Guzmán y díjoles: "bellacos, ¿quién lo dijo al padre? ¿tengo
os de dejar de llevar a la guerra aunque el padre vaya tras vosotros?". Y
queríase partir Guzmán y pidió al cazonçi ocho mil hombres, y díjole
al cazonçi: "envía por todos los pueblos; si no traes tantos como te digo, tu
lo pagarás." Dijo el cazonzi: "señor, envía vosotros por los pueblos, pues son
de vosotros." Díjole Guzmán: "tú solo has de inviar ¿cómo, no eres señor?". Enton-
ces invió el cazonçi por todos los pueblos sus prencipales. Y díjole tam-
bién Guzmán: "haz traer todo el oro de los pueblos." Díjole el cazonçi:
"No lo querrán dar aunque invíe, ¿para qué tengo de inviar?". Díjole Guzmán: "si
no tuvieren oro, dáles tú una troj a los caciques para que me traigan." Y tru-