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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.371
Folio p en ediciones
76 v 371

la tercera celada y allí flecharon a Vápeani y le mataron. El otro
hermano menor era muy ligero, y empenzó a correr hacia los suyos y al-
canzáronle a la sobida de un monte que está aquí, en Pázquaro, llamado
Çacapu hacúrua, donde moran los naguatatos, y allí le flecharon
y juntáronlos a entrambos. Y como lo supiesen los sacerdotes, sus
parientes, tomaron un collar de oro llamado Cazáretaqua e unos
plumajes y fueron con ello donde estaban los de la isla, alrededor
de los dos señores flechados, Vápeani e Pauácume, que los estaban mirando
y estábanles dando con los remos de punzadas. Y llegaron los viejos
y dijéronles: "pues, hijos, ya habéis peleado segud el rencor que tenía-
des y malquerencia. Ya os habéis tomado y despojado". Respondieron
ellos: "agüelos, nosotros no los matamos, que no habíamos tomado puerto
cuando ya estaban muertos; y parece ser que ya estaban aquí
los de Curýnguaro en celada y ellos los mataron". Dijeron los sa-
cerdotes: "hijos, ¿por qué decís eso?. Basta, que ya os flechastes. Rogamos os
que nos los queráis dar. Tomá estos plumajes para que os [los] pongáis [en] las fiestas
y este collar de oro para que os [los] pongáis al cuello". Respondieron los de la la-
guna: "¿y nosotros, a qué propósito habemos de llevar estos plumajes?. ¿Ma-
támoslos por ventura nosotros?. No los habemos de tomar, llevaos vuestros
señores ¡hélos ahí, donde están!, que nosotros se los quitamos a los Curíngua-
ro, que los llevaban a su pueblo". Dijeron los sacerdotes: "¿por qué decís esto
hijos, de no querer llevar los plumajes?. Llevadlos para poneros en las
fiestas". Dijeron los isleños: "sea como decís: llevémoslos". Y fuéronse
a sus casas. Y los sacerdotes trujeron los señores a Pázquaro a[l] lugar
donde se edificaron sus cúes, encima de aquel asiento llamado Petá-
zequa, y allí los quemaron, y tañen allí las trompetas y pusieron las ce-
nizas en unas ollas, y después en las ollas, por de fuera, pusiéronles dos
máscaras de oro y collares de turquesas y ataviáronles muy bien y pu-