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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.386
Folio p en ediciones
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ludó y contóle todo lo que le había dicho Nacá. Dijo Taríacuri: "así es
la verdad de lo que dice Nacá, ¿de quién ha de haber miedo, que de contino estamos
en guerra?. Vete a tu casa y dilo a nuestro padre que le espere y que le saque vino
al camino". Y fuese el sacerdote. Y dijo Taríacuri: "vení acá y llamaréis
mis hermanos Zétaco y Aramen, que vengan acá". Y fueron por ellos y venidos dí-
joles: "vení acá, hermanos". Dijéronles ellos: "¿qué mandas, señor?". Díjoles Taría-
curi: "dicen que Nacá es ido a la laguna y que va a hacer gente, y ha enviado
a llamar los de Curínguaro y que mañana ha de estar todo el día en la
isla haciendo gente, que nos han de destruir el pueblo, que pidieron los
isleños ayuda a Çuruban, el de Taríaran". Dijeron sus primos: "sea a-
sí señor, como dicen". Díjoles Taríacuri: "¿qué os parece, hermanos? ¿Qué decís
que yo os oiré?". Respondieron ellos: "qué habemos de decir, señor manda
tú y diremos lo que sentimos: ayudarte hemos". Dijo Taríacuri:
"Así es la verdad, hermanos. Dad acá ese bolsón". Y diéronsele y sacó de allí
una navaja para sacrificar las orejas y díjoles: "mirá, llevad esta
navaja. Con ésta daba yo de comer al dios del fuego, que hace llamas
en medio de las casas de los papas, y llevad también estas guir-
naldas de cuero de venado". Dijeron los hermanos: "que nos place, señor, que las
llevaremos". Díjoles Taríacuri: "mañana, luego por la mañana, empe-
zaréis hacer flechas y sean anchos los carcajes, que tengan cuatro
apartados; poné muchas flechas en ellos. Y partiréis os a medio
día y estaréis en Panga hacúgueo y subiréis la cuestecilla. Y
poné allí leña y no durmáis, velá toda la noche, hasta la mañana,
puniendo leña; y en amanesciendo, tomá dos de vosotros y súbanse
encima el monte llamado Harázinda, y esténse allí echados
y miraréis desde allí a la laguna a ver quién viene, y veréis si vie-
en una canoa sola o cuatro o cinco canoas. Vosotros sois mocha-
chos. Abaje uno de las espías y avise a otro para que os lo haga saber