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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.444
Folio p en ediciones
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Zirútame". Y fueron a casa de aquel su tío, pariente de su
madre, y prometieron lo mesmo que en las otras partes y oyéndolo
aquel su pariente, lloró muy fuertemente y abrazóse con ellos
y díjoles: "¡Ay señores Hyrypan y Tangáxoan, seáis muy bien ve-
nidos! Traé leña para los cúes. ¿Cuándo los señores se suelen al-
quilar y ir al monte por leña? Yo os trairé leña del monte a
vosotros y haré vuestras sementeras y traeré vuestros hijos a cuestas y se-
ré vuestro esclavo y os buscaré hachas y cinchos para que traigáis leña
para los cúes". Este los recebió de verdad y díjoles: "ahí está nuestro dios
Curícaueri en Pázquaro y los señores chichimecas, sus hermanos. Id, lle-
vadles leña a sus cúes". Y empenzaron de traer leña del monte
y llevábanlo a los cúes de Curícaueri a Pázquaro. Y como pregun-
tase de contino Taríacuri por sus sobrinos Hiripan y Tangáxoan,
y como trujesen leña a los cúes de Pázquaro, ponían la leña a
la puerta donde estaba el sacrificador, el cual dormía a
la sazón, y tomaron unos cañutos de sahumerios y fuéronse
a su casa. El siguiente día trujeron también leña a los
cúes y así otras dos noches. A la tercera noche que traían
su leña, cuando la trujeron, no dormían los sacerdotes
viejos llamados Chupítani, Tecaqua y Nuríuan y dijeron
entre sí: "mira aquellos mancebos, cuán hermosos son". Y como
a la media noche trujesen su leña, pusiéronla allí y empen-
zaron a tomar sus sahumerios, como era de costumbre en las
casas de los papas. Y levantóse Chupítani con un cañuto de
aquellos en la mano y fuése para ellos y díjoles: "bien seáis ve-
nidos, hijos". Y ellos le saludaron así mesmo. Y díjoles: