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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.505
Folio p en ediciones
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gran ruido llorando y empenzaron a traer vino y emborracharse
todos. Y dijeron: "emborrachémonos para consolarnos". Y vino una
vieja, que no se sabía quién era, con unas nauas de manta basta de hi[er]-
bas y otra manta de lo mismo, echada por el cuello, y las orejas colgando muy
largas y entró en casa de un hijo de Zinzuni, que tenían un hijo que criaba su mujer,
y como la vió su mujer, díjole: "entrá, agüela", que ansí dicen a las viejas. Dijo
la vieja: "señora, ¿queréis comprar un ratón?". Díjole la señora: "¿qué ratón es aquél?".
Dijo la vieja: "señora, un topo es o tuza". Dijo la señora: "dale acá, agüela". Y tomó-
sele de la mano, y era todo bermejo, muy grande y largo. Díjole la señora: "¿qué de-
mandáis, agüela?". Dijo la vieja: "señora, de hambre vengo ansí: dame algu-
nas mazorcas de maíz". Dijo la señora: "agüela, traígasle en buen hora,
yo te le compraré que mi marido se está emborrachando y yo se le coceré para que coma;
asiéntate, entretanto". Y diéronle de comer y una cesta de maíz y despidióse la
vieja y dijo: "ya me voy, señora". Y fuese. Y chamuscó la señora aquel topo y lavóle,
y echóle en un puchero y púsole al fuego. Y coció su hijo en aquel puchero,
que había engendrado su marido Hopótaco, y estaba la cuna con las mantillas liadas que parescía
que estaba alli el hijo. Y a la tarde fuese a su casa su marido Hopótacu y entrando
en su casa llamó a su mujer y díjole: "señora, tengo hambre, ¿qué tengo de co-
mer?". Dijo ella: "señor, aquí tengo que comas, que te compré un ratón o tuza". Y la-
vó de presto una jical y púsole allí, en ella, tamales. Y tomó el puchero
y echó el caldo en otra jical, y como quisiese echar el topo cocido, pa-
resció ser su hijo y dió gritos llorando, y dió en el suelo con el puchero. Y esta-
ba todo blanco, de cocido, el niño. Y saltó encima la cama y desató la cuna
que estaba liada y estaba vacía, y como no halló el niño, turbóse y empien-
za a dar gritos la madre y díjole el marido: "¿qué has?". Y como viese el
niño, díjole: "¡oh bellaca, mala mujer!". Y como era valiente hombre, to-
mó su arco y flechas y puso una flecha en el arco y tiró la cuerda y flechó la
mujer por las espaldas y matóla. Y era de noche. En amanesciendo, fue-
ron todos los prencipales en casa del señor y recontaban todos lo que les ha-
bia acontecido estando borrachos y díjoles Zinzuni, el señor: "¿quién
ha hecho mal en esta borrachera?". Y uno decía: "yo", y otro, "yo [he] hecho mal".