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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.509
Folio p en ediciones
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[XXIX]
COMO TARIACURI ENVIO SUS SOBRINOS AMONESTAR Y AVISAR UN CUÑA-
DO SUYO QUE NO SE EMBORRACHASE Y COMO LOS RESCIBIO MAL, Y A LA VUELTA LO QUE
LE ACONTECIO A HIREPAN CON UN ARBOL EN EL MONTE

Envió a llamar Taríacury a sus sobrinos e hijo Hiquíngaje, y venidos, díjoles:
"hijos, ¿qué haremos? ¿ Cómo no iríades al señor llamado Hiuacha, hijo de mi suegro
Zurunban, que cada día se emborracha muy malamente y dicen que no come pan,
mas el vino sólo tiene por comida? Id a él y llevadle este pescado: decidle
que coma primero y que después empenzará a beber, y [tomará] una taza, y luego
comerá tras ella pan, porque no se muera, que le matarán estando borracho. Id
a él y amonestadle, que yo hablé con su padre desta manera". Partiéronse
sus sobrinos e hijo, todos tres juntos, y llegaron donde estaba Hiuacha,
que había salido del baño, que se había bañado, y estaba asentado a un lado
y saludólos y díjoles: "bien seáis venidos, chichimecas". Y pusieron allí el
pescado delante dél, y antes que hablasen ni le dijesen lo que les había dicho
Taríacuri, anticipóse Hiuacha y díjoles: "¿qué venís a decir? ¿Cómo, no ve-
nís a hablar de guerra? Esperad, contaremos los días: el día de la caña y el
día del agua y el día de la mona y de la navaja, que yo Hiuacha
no peleo, mas con mantas compro los esclavos". Acostumbran los mexica-
nos contar sus meses e días por unas figuras que tenían pintadas en
unos papeles, una caña y agua y una mona y una navaja. Así hay
veinte figuras, un perro y un venado, etcétera. Y contando por allí los días,
tomaban sus agüeros para pelear y para ver el nascimiento de cada uno. Y es-
ta cuenta paresce que la tenía este señor Hiuacha y no los chichimecas
y por eso dice que contarán el día de la caña y del agua, etcétera. Oyendo lo
que habló Hiuacha, Tangáxoan no se pudo contener y dijo: "¿quién te dijo
que cuentes los días? Nosotros no peleamos contando desa manera
los días, mas traemos leña para los cúes y el sacerdote llamado curí
y el sacrificador, toman olores para la oración de los dioses. Dos noches
estamos en nuestra vela para mirar cómo va la gente y para despedillos,
y con esto peleamos". Y tomaron sus arcos y asentáronse todos en el patio.