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Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.570
que eran aquellas mujeres de Curícaveri. En éstas tenía muchos hijos el caçonçi y eran parientas suyas muchas dellas y des- pués casaba algunas destas señoras con algunos principa- les. Todas éstas tenían repartidos los oficios de su casa entre sí.
Una tenía cargo de guardar todas sus joyas, como era bezo- tes de oro y de turquesas y orejeras de oro y brazaletes de oro; llamábase ésta chuperi pati y ésta tenía otras mujeres consigo.
Era otra su camarera, con otras mujeres que le daban de vestir, que servían de pajes.
Había otra que tenía cargo de guardar todos sus jubones de guerra de algodón y jubones de plumas de aves.
Había otra que era su cocinera, con otras mujeres que le ha- cían pan para él, y no digo para su mesa porque no comían en mesas.
Había otra que era paje de copa llamada atari.
Otra que le traía la comida, que servía de maestresala.
Otra que hacía sus salsas llamada yyámati. Todas éstas cuando le traían de comer traían los pechos de fuera.
Había otra que tenía en cargo todas sus mantas delgadas llamada siquapu vri.
Había otra mujer diputada sobre todas las esclavas que te- nía en su casa, llamada paçápeme.
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