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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.599
Folio p en ediciones
21 v 599

vivo y cubríanle de piedras, y ansí le mataban.

Y si algún hijo o hermano del cazonçi no vivía bien, si se andaba de
contino emborrachando, mandábale matar. Y aquél era heredero
del señorío, y traía leña para los qúes, que era más contino en el servicio
de los dioses y no se emborrachaba tanto. Y al hijo que mandaba ma-
tar, tomábale toda su hacienda, como a los otros principales que
mandaba matar, y mandaba matar también sus ayos y amas que le
habían criado, y los criados, porque ellos le habían mostrado aquellas cos-
tumbres.

Mandaba matar los adúlteros y ladrones. Y dábanle la pena según
la calidad del dilito, cuando estaba en su acuerdo el caçonçi. Por-
que algunas veces estaba borracho y daba sentencia y mandaba mactar a
los principales, cuando se quejaba alguno dellos, y después de
haber tornado en su acuerdo, le pesaba y reñía con los que los habían muerto.


[IX]
DE LA MUERTE DE LOS CACIQUES Y COMO SE PONIAN OTROS


[ LAMINA XXXVI ]