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Mujeres de Tariacuri.
Mujeres que le sirven.
Tariacuri, como todos los señores, tenía varias mujeres que le servían y que muy probablemente se repartían los oficios de la casa, tal como se explica para el caso del cazonci. Algunas de esas mujeres deben haber sido sus parientas, otras quizas eran hijas de señores o principales y quizás también había algunas esclavas. Probablemente algunas de ellas habían sido mujeres de su padre. Es altamente probable también que esas mujeres fueran en primer término mujeres de Curicaueri. Sin embargo, nada de esto se desprende directamente de los datos que la Relación proporciona sobre las mujeres de Tariacuri en particular.
A éstas se les menciona cuatro veces a lo largo del relato del petamuti. La primera, de manera indirecta, cuando Tariacuri engaña a Zurunban y hace que se coma la carne de Naca, haciéndole creer que se trata de la carne de un esclavo al que sacrificó porque se "echó" con una de sus mujeres. La segunda, cuando Tariacuri huye a Hebario zinzu cuiquaro en donde lo encuentran los mensajeros de Zetaco y Aramen echado bajo una encina y rodeado por sus mujeres. Conviene hacer notar que en ese momento Tariacuri todavía no se había casado con la hija de Chanshori quien debe haber sido su "mujer natural" como se dice después de la mujer llamada yreri del cazonci. En los términos españoles, entonces, las demás mujeres serían mancebas de Tariacuri. Es interesante resaltar también que la hija de Chanshori sólo estará celosa de las mujeres que Zurunban le da a Tariacuri lo cual confirmaría que las demás mujeres no tenían el mismo rango que las "esposas". La tercera vez que se menciona a las mujeres de Tariacuri es a propósito de la fiesta que éste va a celebrar a Zacapu hacarucuyo para la cual sus mujeres preparan comida y fruta. Estando allá, los espías que Tariacuri había puesto para vigilar a los isleños ven a Hiripan y Tangaxoan que también vigilaban a los enemigos en un cerro cercano. Las mujeres huyen asustadas derramando la comida pero cuando el malentendido se aclara las mujeres vuelven y lograr juntar todavía algo de comida para ofrecer a Hiripan y Tangaxoan. Después, cuando Tariacuri se da cuenta de que sus sobrinos realmente pueden ser sus sucesores pide a sus mujeres que lo dejen a solas con ellos para hablarles. La cuarta vez que se menciona a las mujeres de Tariacuri es cuando sus sobrinos lo visitan para contarle cómo les fue con Hiuacha, el señor de Tariaran. Tariacuri, que ya estaba "viejo y cansado", pide a sus mujeres (que estaban "arrimadas" a él) que lo levanten y éstas lo ayudan a sentarse en una silla con respaldo. Seguramente para hablar a solas con sus sobrinos, Tariacuri le ordena a sus mujeres "entraos allá adentro", posiblemente a su casa. En esta ocasión Tariacuri llama a sus mujeres "madres", posiblemente por el cuidado que le brindaban.