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Cuanzan.

Señor de alguno de los pueblos de la sierra (Pungacuran, Sauinan, Arançan o Capacuero).

Cuanzan es uno de los señores que menciona Tariacuri cuando les explica a Hiripan y Tangaxoan (y posiblemente a Hiquingaje) por qué sólo ellos serán señores. Debe haber sido señor de alguno de los siguientes pueblos de la sierra: Pungacuran, Sauinan, Aranzan o Capacuero. Según Tariacuri, los señores de estos pueblos (la lista completa incluye a Cuanzan, Hutaco hozi, Tiunchunba, Ynzinguato y a Hapunduri) peleaban entre sí por el territorio, por lo cual "riñó" con ellos, pero éstos enojados protestaron diciendo: «¿qué es lo que dice Taríacuri? ¿Cómo, no lo dice lo que dice, confiando en la laguna? ¿Cuándo le daríamos de coces y le conquistaríamos? Traigamos diferencias entre nosotros, [o] compongámonos, ¿qué se le da a él? ¿Para qué nos dice nada? Estos plumajes que tenemos y atavíos, no los quitamos a nadie por fuerza, mas dejáronnoslos nuestros padres y por eso hacemos fiestas con ellos". Probablemente todos los señores mencionados eran chichimecas o por lo menos habían sido sus aliados, pues Tariacuri dice de ellos: "eran de los nuestros".

Notas: El comentario acerca de la confianza que Tariacuri tenía "en la laguna" podría referirse quizás al apoyo que tenía de los isleños. Sin embargo, hay que hacer notar que en ese momento Tariacuri parecía estar más bien muy desprotegido pues al encontrar a sus sobrinos se había quejado de que hasta sus parientes chichimecas lo perseguían. En todo caso, la respuesta de los señores de la sierra sugiere que Tariacuri los había amenazado y que quizás pensaba quitarles sus plumajes y atavíos argumentando que no les pertenecían. Por otra parte, es interesante el hecho de que Tariacuri comente, al referirse a la guerra que tenían entre sí ("tomaban sus arcos y flechas", "flechábanse"), que los dioses del cielo bajaban a comer sangre. Probablemente con tal comentario pretendía justificar la futura conquista o destrucción de los señoríos de la sierra por la intervención divina. Nótese que en otras situaciones que anticipan la destrucción, abandono o conquista de algún pueblo hay indicios de que los dioses tenían hambre. .