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Curatame 2.

Hijo de Tariacuri, nieto de Chanshori.

Curatame era muy probablemente el hijo mayor de Tariacuri y por ello parece haber tenido la primacía para suceder a su padre. Su madre, la hija de Chanshori, era originaria de Curinguaro y quizás por eso se dice en algún momento que Curatame había nacido allí, aunque nació cuando sus padres todavía residían en Hoataro pexo. Posiblemente su madre lo llevó consigo a Curinguaro cuando Tariacuri la dejó por adúltera, pero también es posible que viviera con sus amas en Pátzcuaro porque allí estaba cuando Tariacuri regresó después de años de ser perseguido por los de Curinguaro. Para entonces Curatame ya estaba en edad de casarse y de ser señor.

Tariacuri (quizás como una estrategia para sujetar a los de Curinguaro) lo manda a vivir a Curinguaro aconsejándole que se ocupe de llevar leña al templo del dios Hurendequavecara, pero Curatame no cumple con las expectativas de su padre y más bien se aficiona a las bebidas alcohólicas (supuestamente siguiendo el ejemplo de los de Curinguaro). A partir de entonces Tariacuri empieza a preguntarse por el paradero de sus sobrinos Hiripan y Tangaxoan considerando que ellos podrían ser sus sucesores, y cuando éstos regresan, tras años de vagar desamparados con su madre y su hermana, Tariacuri los recibe emocionado y también comienza a preparalos para ser señores. Tariacuri hace un último intento por reformar a su hijo Curatame, a quien sigue considerando su futuro sucesor, y para alejarlo de las malas costumbres que había adquirido en Curinguaro lo envía a vivir a Xaramu por algún tiempo antes de dejarle el señorío de Pátzcuaro. Sin embargo, las amas de Curatame le hacen ver las inconveniencias de estar en Xaramu, en donde no había "vino", y lo ponen en contra de su padre. En una ocasión Curatame invita a su padre a una fiesta, Tariacuri acude gustoso y le lleva unos plumajes, al parecer como símbolo de que será señor, pero apenas iniciada la conversación, Curatame, que había estado bebiendo desde temprano, se enoja con su padre y golpeándole la cabeza contra la pared lo desconoce como señor. Tariacuri reconoce que en efecto no es señor porque es hijo de una isleña, pero le recuerda a Curatame que él también tiene parte del dios Tangachuran de Xaraquaro, por lo cual tampoco puede ser señor, y que los verdaderos señores son Hiripan y Tangaxoan. No obstante, por razones que no quedan del todo claras, Tariacuri se va a vivir a Cutu y deja el señorío de Pátzcuaro en manos de Curatame.

A partir de entonces, sin embargo, la preferencia de Tariacuri por sus sobrinos va en aumento. Un año después del altercado, Curatame vuelve a invitar a su padre a una fiesta pero Tariacuri prefiere celebrarla en otro lado. Curatame también invita a sus primos quienes igualmente prefieren mantenerse en el cerro Xanoato hucazio vigilando a sus enemigos. Cuando Tariacuri se entera de que Hiripan y Tangaxoan no aceptaron la invitación de Curatame por el ambiente relajado que allí se vivía, decide de una vez por todas que ellos serán sus sucesores. Tiempo después, cuando Curatame se percata de que Hiripan y Tangaxoan han ocupado la región de Tzintzuntzan, molesto le reclama a Tariacuri que, tratándolos como si fueran sus hijos, se los haya permitido, y manda decir a Hiripan y a Tangaxoan despectivamente que, si lo hacen por hambre, él puede recibirlos como sirvientes. Aunque tanto Tariacuri como Hiripan y Tangaxoan parecen reconocer que Curatame es señor, el desprecio que sienten por él es cada vez más evidente. Al ofrecimiento ofensivo de Curatame, Tangaxoan responde también airadamente y Tariacuri se alegra de ello.

A pesar de las discordias, tiempo después Curatame acepta, a petición de Tariacuri, colaborar con Hiripan y Tangaxoan en la guerra que supuestamente éstos libraban con los isleños, sin saber que su propio padre le está tendiendo una trampa para matarlo. Curatame se baña, vela en la casa de los papas y se pone los atavíos de guerrero: "su carcaj a las espaldas y su cuero de tigre como guirnalda en la cabeza y muchos cascabeles de culebras, de las colas, que colgaban por las sienes y un collar de huesos de pescado de la mar, ricos" (f. 121 v). Luego se embarca en Aterio y atraviesa el lago de Pátzcuaro en una canoa acompañado de sus criados hasta el lugar en donde Hiripan, Tangaxoan e Hiquingaje, siguiendo las órdenes de Tariacuri, habían hecho unos ranchos. Después de comer, Curatame pide vino y toma hasta emborracharse, entonces Tangaxoan saca una porra que tenía escondida entre la paja y lo mata a golpes. Enterado de la noticia, Tariacuri manda echar el cuerpo de Curatame a la laguna y a partir de entonces vuelve como señor a Pátzcuaro.