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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.322
Folio p en ediciones
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Dijo el cazonçi a los señores: "verdad es que han venido gentes de otras
partes, y no vienen con cautela los mexicanos, ¿qué haremos? Gran trabajo
es éste. ¿Cuándo empezó a ser México? Muchos tiempos ha questá fundada
México y es reino, y este de Michuacan. Estos dos reinos eran nombrados,
y en estos dos reinos miraban los dioses desde el cielo y el sol. Nunca
habemos oído cosa semejante de nuestros antepasados. Si algo supieron
no nos lo hicieron saber Taríacuri y Hirépani y Tangáxoan que fueron
señores, que habían de venir otras gentes. ¿De dónde podían venir, sino del
cielo, los que vienen? Que el cielo se junta con el mar y de allí debían de salir,
pues aquellos venados que dicen que traen, ¿qué cosa es?". Dijéronle los
navatlatos: "señor, aquellos venados deben ser, según lo que sabemos nos-
otros por una historia, y es que el dios llamado Cúpanzieeri jugó con
otro dios a la pelota, llamado Achuri hirepe, y ganóle y sacrificóle
en un pueblo llamado Xacona y dejó su mujer preñada de Siráta-
tápezi, su hijo, y nació y tomáronle a criar en un pueblo, como que se
le habían hallado. Y después de mancebo fuese a tirar aves con un arco
y topó con una ivana y díjole: 'no me fleches y direte una cosa: el pa-
dre que tienes agora no es tu padre, porque tu padre fué a la casa del dios
llamado Achu hirepe, a conquistar, y allí le sacrificaron'. Como
oyó aquéllo, fuése allá para probarse con el que había muerto a su
padre, y vencióle y sacrificó al que había muerto a su padre y ca-
vó donde estaba enterrado y sacóle y echósele a cuestas y veníase con
él. En el camino estaba en un herbazal una manada de codornices, y levan-
táronse todas en vuelo, y dejó allí su padre por tirar a las codornices,
y tornóse venado el padre y tenía crines en la cerviz, como dicen
que tienen esos que traen esas gentes, y su cola larga. Y fuese hacia la
man[o] derecha, quizá con los que vienen a estas tierras". Dijo el cazonçi: "¿de
quién sabríamos la verdad". Y díjoles: "también dicen que aconteció en
Cuyacan esto que contaba una vieja pobre que vendía agua. Encontró
en la sabana los dioses llamados Tirípemencha, hermanos de nuestro