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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.357
Folio p en ediciones
56 v 357

Pues vinieron mensajeros cómo Nuño de Guzmán venía a la conquista
de Xalisco, con la gente de guerra, y antes que se partiese vieron los indios
en el cielo una gran cometa. Y llegó a Mechuacan con toda su gente. Ya es-
taban hechos los jubones de algodón que mandó hacer, cuatrocientos dellos,
y cuatrocientos arcos y doscientas flechas de casquillos de metal, hachas
y mucho número de las otras de cobre. Y tenían recogidas cuatro mil cargas
de maíz y infinidad de gallinas. Y saliéronle a rescibir los señores y traía
consigo el cazonçi, y díjole Guzmán: "ya has venido a tu casa. ¿Dónde quieres
estar? ¿Quieres que estemos juntos en mi posada, o irte a tu casa?". Y díjo-
le el cazonçi: "bien querría ir un poco a mi casa y veré mis hijos." Y díjole
Guzmán. "¿A qué has de ir? ¿Ya no has venido a tu tierra, y estas casas no son tuyas,
donde estás agora?. Haz llamar aquí a tus hijos e tu mujer, que ningún es-
pañol entrará en tu aposento y aquí te entoldarán una cama y estarás
allí." Díjole el cazonçi: "sea ansí. ¿cómo tengo de quebrar tus palabras? Sea como
quieres. Bueno es eso que dices." Dijo el cazonçi a sus criados: "id a decir a
los viejos y a mis mujeres que ya no me verán más, que las consuelen los vie-
jos, que no siento bien de mi hecho, que pienso que tengo de morir, que miren
por mis hijos y no los desamparen, que cómo me ha de ver aquí. Y que se apare-
jen y den de comer a los españoles, porque no me echen a mí la culpa los espa-
ñoles si hay alguna falta. Que ahí están los prencipales que tienen en cargo la
gente para lo que fuere menester." El siguiente día llevaron a Guzmán
los jubones de algodón y todo lo que había mandado hacer, y enojóse y dijo:
"¿por qué traés tan pocos?". Y dijo al cazonçi: "todos los has llevado a
Cuýnao y por eso traes tan poco." Y sacó el espada y dió despaldarazos
con ella a don Pedro, y hizo echar prisiones al cazonçi y a don Pedro, y hizo lle-
var al cazonçi a las casas de don Pedro, al navatlato Pilar y a Godoy, pa-
ra que los amedrentasen y que dijese del tesoro que tenía. Y como le lle-
varon de noche, empezáronle a preguntar: "¿es verdad que fueron ocho mil hom-
bres de guerra a Cuýnaho y que llevaron allá todos los jubones de guerra
y armas? Decí la verdad. ¿Cómo es aquella tierra? ¿Por qué camino habemos de ir?".
Respondió el cazonçi y don Pedro y dijéronles: "no sabemos el camino".