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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.359
Folio p en ediciones
57 v 359

jeron ocho mil hombres de los pueblos y conctáronlos y mostráronse-
los a Guzmán. Dijo Guzmán: "basta, bien está. Mirá que no se huya na-
die, que no ha de hacer más de llevarme hasta donde voy y se volverán. De aquí
a tres días me partiré. Ya no tengo de hablar más en esto." Y empezaron
a tomar los españoles los ocho mil hombres que habían traído y re-
partillos entre sí, quien más podía, sin contallos, y huyóse mu-
cha gente y echaron presos los señores, y al cazonçi llevaron-
le en una hamaca con unos grillos. Y partiéronse todos los espa-
ñoles y llegaron a un río de los chíchimecas, doce leguas de la cib-
dad, y asentaron allí cabe aquel río. Ya el cazonçi estaba desco-
lorido y no quería comer nada y estaba como negro el rostro. Y mos-
tráronle los prencipales las cargas, cómo venían todas, que no habían de-
jado los tamemes ninguna en el camino, y dijo: "bien está, bien está,
guardaldas bien." Y lleváronlos a la posada del mayordomo de Nuño de
Guzmán y echaron también prisiones a los navatlatos y a Abalos e-
cháronle unos grillos dos días. Y llevaron unos españoles al cazon-
çi apartado donde no andaban españoles, a unos herbazales, a la ribe-
ra del río y empezáronle a pregunctar y decir: "muestra los pellejos de
los cristianos que tienes; si no los haces traer aquí, [a]quí te tenemos de
matar. Si los hicieres traer iráste a tu casa y serás señor como lo e-
ras. Y también haz de decir la verdad si fueron ocho mil hombres a Cuý-
nao, si llevaron los jubones de guerra y arcos y flechas y si es
verdad que habéis hecho allí hoyos donde caigan los caballos." Díjoles
el cazonçi: "señores, no es verdad nada deso." Dijéronle los españoles: "di
la verdad." Y [a]táronle las manos y echábanle agua por las narices y empe-
zaron a preguntalle por el tesoro que tenía y un ídolo de oro grande
y decíanle: "es verdad que tienes un ídolo grande de oro." Díjoles el cazon-
çi: "no tengo, señores." Dijeron: "cómo: ¿no tienes más oro?". Díjoles el cazonçi:
"Yo lo preguntaré a ver si hay más." Dijéronle los españoles: "nosotros ire-
mos por ello: ¿dónde está" Díjoles el cazonçi: "no sé si hay algún poco en Pázquaro".