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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.364
Folio p en ediciones
61 v 364

Y eran éstos las espías de la guerra, los que no habían ido a la gue-
rra o se volvían della sin licencia. Los malhechores; los médicos
que habían muerto alguno; las malas mujeres; los hechiceros;
los que se iban de sus pueblos y andaban vagamundos; los que
habían dejado perder las sementeras del caçonçi por no desher-
ballas, que eran para las guerras; los que quebraban los
maguéis y a los pacientes en el vicio contra natura.
A ctodos éstos echaban presos en aquella cárcel, que
fuesen vecinos de la cibdad y de todos los otros pueblos, y a
otros esclavos desobedientes que no querían servir
a sus amos, y a los esclavos que dejaban de sacrificar en
sus fiestas. A todos estos susodichos llamaban vázcata y,
si cuatro veces habían hecho delitos, los sacrificaban.
Y cada día hacíen justicia de los malhechores, mas una
hacíen general este dicho día, veinte días antes de la fiesta,
hoy uno, mañana otro, hasta que se cumplían los veinte
días [borrado]. Y el marido que tomaba a su mujer
con otro, les hendía las orejas a entrambos, a ella y al adúl-
tero, en señal que los había tomado en adulterio. Y les qui-
taba las mantas y se venían a quejar y las mostraba al que
tenía cargo de hacer justicia y era creído con aquella señal
que traye. Si era hechicero, traían la cuenta de los
que había hechizado y muercto; y si alguno había muercto, su pa-
riente del muercto cortábale un dedo de la mano y traíale
revuelcto en algodón y veníase a quejar. Si había arrancado el
maíz verde, uno a otro, traía de aquellas cañas para ser
creídos. Y los ladrones, que dicen los médicos que habían visto
los hurctos en un escudilla de agua o en un espejo. De todos
éstos se hacía justicia, la cual hacía el sacerdote mayor