ribera, desconfiando que no habían de venir y dijo a su hija: ¿"Cómo, nos han engañado los chichimecas?; esperemos otro poquillo y iremos con nuestra canoa remando". Y los chichimecas desde la abajada de la cuesta del monte, como miraron a la laguna, dijeron: "¿cómo no viene el pescador?, ya se había de parecer la canoa y venir buen racto en la laguna. Vamos a la ribera". Y llegaron a la orilla y estaban asentados el pescador e su hija a la orilla, y sa- lundáronle los chichimecas, y dijeron: "pues, isleño". Respondió él: "muy espantado estaba, y me acuitaba diciendo: "¡cómo me han engañado los chichimecas!". Dijeron ellos: "tardámonos cazando. ¿Es ésta tu hija, la que dices?". Respondió el pescador: "sí, Señores; esta misma es; mirá cuán chequita es". Respondieron ellos: "no hace al caso: ¿có- mo, no se criará? ¿Querémosla agora de presto?, para adelante decimos. Ve y torna a pasar la laguna. Sépalo quien lo supiere de e- sos señores Vatárecha, y mira que te llamarán cuando lo sa- brán y diránte: ven acá, hermano: tú les has sacado una mujer a los chichimecas. Y dirásles: no señores, yo ¿a qué propósicto se la había de llevar?. Yo vivo desta manera: de noche pesco con la red a- sentado en mi canoa a popa y pongo a mi hija en la canoa para que reme, y de día pesco con anzuelo unos pececillos y pón- gola allí en la canoa, chiquilla, que no se paresce, y ctomóle gana de orinar y yo fuí a un lugar llamado Varichan hopótaco y allí me dijo: padre, tengo gana de orinar. Y yo le dije: ve, hija, y orina. Y como llegase a la orilla, salctó de la canoa y los chi- chimecas, que estaban por allí en celada, tomáronla, y asieron de- lla en el camino, y probé de quitársela, y como son chichime- cas empenzaron a quererme flechar y yo hóbeles miedo, y dejé- sela y ellos lleváronsela, y yo ¿cómo había de saber que la tie- nen por esclava?. Ya yo pensé que era muerta y sacrificada y parece que la tienen por esclava.[borrado] Esto solo les dirás. Vete, no respondas más; ni digas que nos la diste". Y fuéronse.
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