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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.389
Folio p en ediciones
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que salían a echar los sahumerios en los fogones. Y dijeron los de Curínguaro:
"¿Quién iría a preguntar cómo están los señores de los chichimecas?, que muy mal
los tratamos cuando los flechamos y como son chichimecas no saben olvidar
la injuria. ¿Quién iría a preguntar por ellos, si por ventura morirán?". Y dije-
ron otros: "¿ha de faltar quien vaya? Ahí está la mujer de Curú zapí que es de Sin-
chángato; ella dice que son sus sobrinos, ella entrará en sus casas y hablará
con ellos. Llamarémosla y ella irá". Y dijeron a unos suyos: "id y llamal-
da". Y llamáronla y dijéronle: "ven acá, tía", y ella dijo: "¿qué mandáis, señores?".
Y diéronle de comer y dijéronle: "¿qué haremos tía que tenemos una pena, que fle-
chamos a los chichimecas. Y nos juntamos en un llano llamado Atáquaho
y allí jugamos sobre las espaldas de la tierra y flechamos a los dos hermanos,
no sabemos si les hirimos en algud lugar peligroso, de que suelen morir.
¿Por ventura, no se morirán?, ¿cómo no iréis a saber qué tales están?". Respon-
dió ella: "que me place, señores. Cierto, yo iré". Y dijéronle ellos: "ve y tórnanos
con la respuesta". Y diéronle dos mantas y dijéronle: "lleva éstas que
te cubras y estas dos les llevarás a ellos y como que son tuyas. Mira qué
te dirán a la despedida, porque las palabras que les dijeres han de ser tuyas y
no que sientan que son de nosotros". Y dijo ella: "señores, yo iré; no tengáis pena
ni estéis tristes por esto, que si ellos están buenos o si son muertos, yo lo sabré;
yo los hablaré". Y partióse y llegó a donde tenían su casa en Sinchángato. En ano-
checiendo partióse y traía las dos mantas que le habían dado y era invierno,
tiempo de aguas, y la pobre no sé cómo venía que llegó a la media noche a la casa dicha del
águila y estaban en esta casa, a la una banda los isleños y de la otra banda los
chichimecas y estaban en compañía velando, que habían venido a vellos de la laguna.
Y la vieja venía atrancando por los herbazales con el rocío y entró en la casa
y iba pasando junto a ellos, sagudiendo el rocío; y no dormía Vápeani y la vieja
inclinóse sobre él, para ver si dormía, y dijo Vápeani: "¿quién anda aquí?". Y
respondió ella: "señor, yo ando". Díjole: "¿quién eres tú?". Y dijo ella: "señor,
yo soy tu tía, mujer de Carú çapí". Y díjole Veápeani: "pues ¿en qué andas?". Dijo
ella: "ay señor, ahora poco ha que lo supe, quién me lo había de contar por hacer-