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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.390
Folio p en ediciones
2 390

me a mi bien y merced; y como lo empencé a saber que os juntastes en el llano y
que fuistes flechados entrambos, tú y tu hermano menor, entonces dije: 'quiero ir a
vesitallos, ¡Pobres dellos que los flecharon!, o si los pobres si son muertos. Meteré
en la lumbre estas dos mantas para quemallas en su nombre, o si por ventura
están y tienen vista, yo pobre, los cobriré con estas mantas que busqué con mi pobre-
za, con un poco de maíz'. Esto es a lo que vengo, señor, y en lo que ando de todo en
todo, vine por preguntar cómo estábades". Y díjole Vápeani: "mirá con qué viene
ésta; qué es lo que dice". Y llamó a su hermano y díjole: "hermano, ésta es una mala mujer
que viene con esto. Esta entra allá en el pueblo de los de Corínguaro y allí, en
alguna parte, la sobornaron en Corýnguaro y esto es lo que viene a decir
aquí. Vete de ahí; tú que dices eso, que despertarán estos señores". Dijo la vieja:
"señor, quédense aquí estas mantas y echaos en ellas". Dijo Vápeani eno-
jado: "mirá qué dice, ¿para qué se han de quedar?. Tórnatelas a llevar, tú que dices eso.
Nosotros ¿dónde las habemos de mostrar, ni parescer con ellas?". Y salióse la
vieja de la casa e fuese. Y como no dormiesen los isleño dijeron
a los suyos: "despertad, que estos chichimecas son de dos caras y hablan de
dos maneras. Que vinieron de Curínguaro y luego por la mañana nos
han de flechar y destruir nuestro pueblo". Y levantáronse luego todos a una
y sacaron los señores fuera de la casa, enojados, y saliéronse de la casa en
tropel los isleños y tornaron todos a pasar la laguna y fuéronse a sus
casas.


[IX]
COMO LOS DE CORINGUARO QUISIERON MATAR A LOS SEÑORES DE LOS
CHICHIMECAS EN UNA CELADA E SE LIBRARON DELLA Y DESPUES
MURIERON EN OTRA CELADA

Pasándose algunos días dijeron los de Curínguaro: "poco faltó que no los ma-
tamos y como son chichimecas no saben olvidar la injuria. Id a los
isleños y decidles que les envíen unos mensajeros que les digan, como que sale de-
llos: 'Vuestros suegros nos envían a vosotros, que estas vuestras mujeres por amor de vo-
sotros, no quieren comer y se mueren de hambre. ¿Cómo, riñeron con ellas ni ellas
con ellos?. Paresce que se quieren bien y eran buenos casados y nunca se hicieron
mal, aun emborrachándose, ni nunca se mesaron. Y ahora danos mucha
pena y estamos tristes por ellas. Id a los señores nuestros hermanos. Decidles cómo